Lo contrario a sentirse cansado es sentirse estimulado, pleno de energía y entusiasmo.
Cuando
nos sentimos cansados y fatigados está muy claro que nuestras energías
no están fluyendo de manera natural en nuestro cuerpo y esto nos deja en
un estado que no corresponde a un estado natural, o sea, entramos en un
estado no deseado por nuestro creador para nosotros.
Lo
natural es que nos sintamos entusiasmados con la vida, específicamente
con nuestra vida y entonces nuestra vitalidad es desbordante en la misma
relación que nuestro grado de entusiasmo.
La
naturaleza es sabia, tan sabia, que el cansancio es señal potente y
clara de que no estamos haciendo las cosas que nos apasionan, que
generalmente corresponde a la expresión de nuestros dones y de nuestra
misión en la vida, la realización de aquella función que nos queda bien y
que nadie más puede hacer como nosotros y la que nos hace sentir tan
dichosos.
Si
escuchas el mensaje de tu cansancio, obtendrás información muy valiosa
para guiar tus pasos en la expresión de tus dones y virtudes. Si
escuchas tu cansancio podrás concluir que no has ido en el camino
adecuado para ti, que en algún momento de tu existencia, tomaste un
rumbo que no permitía la expresión libre de lo que eres, de tu SER en
toda su plenitud.
Observa
cómo se siente una persona que ha logrado encaminar su vida en la
expresión de sus talentos y verás con total claridad su estado de
entusiasmo que le imprime una energía que percibes desde lejos y
posiblemente no logres comprender como lo hace para estar allí.
Si
un gran cansancio te ha alcanzado, es muy claro que te has alejado de
tu expresión personal, algunas personas o algunas circunstancias te han
influenciado para que te alejaras de este estado natural que tenías
cuando eras niño, te has contaminado, te has olvidado de lo que eras y
hacia donde querías ir. ¿Recuerdas cuándo eras niño?, ¿recuerdas tu
vitalidad y tú entusiasmo hasta con las cosas mas simples?
La
sociedad no respeta la expresión del SER, impone muchas creencias,
impone limitaciones y condiciones que tienes que cumplir por tu bien.
Si
recuerdas, es posible que hasta identifiques el momento en que
renunciaste a tu libertad, aunque generalmente esto sucede tan
lentamente y con muchas situaciones pequeñas en forma tan repetitiva y
gradual, que hasta no nos damos cuenta de cómo y cuándo entramos en ese
estado de apatía y agotamiento que ahora manifestamos.
Estas
observaciones pueden hacerte sufrir al inicio, sin embargo, tu
cansancio no ha venido a visitarte para que sufras, sino, para que
comprendas que es natural expresar lo que es tu SER y que la vida te da
la oportunidad de hacer todos los cambios que desees con cada nuevo
amanecer.
Patricia Gonzalez..