viernes, 30 de septiembre de 2016

EL PUNTO CIEGO DE LOS BLOQUEOS EMOCIONALES



Para tener un presente pleno, es preciso devolverle a nuestro niño interno la alegría del vivir… el que se sienta amado de manera incondicional… Es preciso brindarle la libertad para experimentarse en lo que desea probar… Sin prejuicios y condicionamientos… Sin regaños o manipulación por medio de la culpa… Sin imposiciones o descalificación…

Sin prohibiciones o desvalorización… Esto significa que podemos comenzar por fomentar un completo respeto hacia nuestro sentir, hacia nuestras inclinaciones y preferencias constructivas, y si no fuese así, aun en estos casos, respetarnos en tanto no causemos daño con nuestro comportamiento a otros …
Ello significa entonces el evitar reprimirnos… el tratar de no valorizarnos, compararnos e imponernos algo por sentirnos atrapados… Se trata del permitirnos seguir nuestra alegría y pasión, alejándonos de la victimización y auto frustración ¿Saben cómo darse cuenta si aman vuestro niño interno de manera incondicional?... ¿Saben de algunas señales que les puedan guiar? Quizás cuando se sientan en paz ciertamente… Pero esta situación no es una garantía de que permanezcan así por mucho tiempo, puede presentarse alguien en los siguientes minutos y decirles algo realmente desagradable que suscite una reacción de indignación y enojo que a su vez activa una secuela de más emociones debilitantes, como el temor y la preocupación. Entonces no confundan un estado de paz y relajación en donde se mantienen tranquilos, en tanto nada les desafié, por ese otro estado de paz interna derivado de un equilibrio emocional real. ¿Qué es entonces un estado de amor y paz?... Ciertamente es un sentimiento de comprensión profunda, de aceptación y reconciliación con algún aspecto o parte de su personalidad que les lleva a sentir una integración y unidad con todo lo que les rodea. ¿Y cuáles son sus partes por atender?... En este sentido, existe una gran ceguera por parte de ustedes, no las saben identificar, poco han aprendido al respecto… ¿Entonces como podrían hacerse conscientes de ello?… Les mostraremos un camino sencillo… Pongan su atención en todo aquello que les molesta de otros y de ustedes mismos. Se ha extendido en su sociedad la creencia de que aquello que le sucede a otros y les molesta, no les corresponde, ni compromete… de tal suerte que se sienten libres para juzgar y son expertos en apreciar los errores de su vecino… quizás porque sea poco atento, descortés, sin educación o mandón… quizás sea desorganizado, descuidado y sucio… o poco agradecido, un creído e impaciente que piensa que el mundo gira a su alrededor y le deben servir… a lo mejor es un sabelotodo y ser maravilla donde solo él puede hacer las cosas bien… puede ser que les moleste que sea impositivo o quejoso, superficial o hable golpeado… un pesimista o amargado… escandaloso o desconsiderado, irrespetuoso o inmoral… inmaduro o insensible… poco perceptivo y detallista… La lista podemos hacerla muy larga, pero solo se trata de darles unos ejemplos de aquello que pueden reconocer fácilmente en otros pero no ver en ustedes... Aprender a retroalimentarse, para hacerse más conscientes del porque les molesta algo y cuál es su origen, es el propósito de esta reflexión. Existe un proceso psicológico al que le llamaremos “El Punto Ciego de Vuestra Personalidad”… Con el fin de que se den cuenta, cuando se encuentran en esta situación, les brindaremos una explicación lo mas llana posible. El punto ciego es un proceso mental que alimenta la psicología del auto engaño, donde se sostienen creencias debilitantes y auto frustrantes…

Les invitamos considerar y hacer una lista de todo aquello que les molesta y de quienes proviene… por favor háganlo… anoten lo que les viene en un lapso de un par de minutos… Seguramente entre lo que respondieron se encuentra la frase… “No me gusta su forma de ser o de tratarme”… Interesante respuesta…

Ahora pongan atención en la energía que conlleva su reacción… ¿Se dan cuenta de cuanta desaprobación y control ejercen sobre otros?... Su actitud agrede aunque traten de encubrirla con cortesía… En el fondo, ustedes no soportan a esa otra persona cuando se comporta de cierta manera… es intimidante la energía que emiten y ellos se dan cuenta a nivel extrasensorial aunque traten de evitarlo. ¿Se han preguntado por qué son así?... Su niño tiene la respuesta… ¿Cuántas veces fueron tratados sin consideración por otros en su niñez?... ¿Cuántas veces fueron agredidos con desaprobación y descalificación?... ¿Cuántas veces no se sintieron amados, apreciados y tomados en cuenta?... Probablemente muchas… pero como ya paso bastante tiempo, pareciera que ustedes lo olvidaron…

Sin embargo una parte de su ser no se ha podido recuperar de esos traumas, viven resentidos… es decir, con un profundo enojo reprimido por todo el maltrato recibido, por toda la falta de consideración y comprensión hacia su sentir. Esta situación ha generado en su niño interno una fuerte carga emocional irresuelta, está a su vez se enterró en su psique hasta volverse invisible e inconscientes de ella…
A esto le llamamos el punto ciego de vuestra personalidad… "Esta energía, por seguir presente, les vuelve sensibles e irritables hacia la forma de ser de otros"… Ustedes podrán apreciar que en determinadas situaciones son fáciles de ofender, y hay que tratarlos con cuidado o se desbordan arrasando con lo que tengan enfrente, aunque después lo lamenten… Se han vuelto controladores y demandantes... y ello se refleja en cómo se conducen en su familia, trabajo o vida social… Les gusta imponer su visión del mundo disfrazada de buenas intenciones hacia los demás, y se dicen trabajar por su bien… También son propensos a ejercer la manipulación psicológica por medio de la descalificación y la crítica para someter a otros a su voluntad… Todo ello se disfraza con reglas de convivencia y conveniencia razonables para ustedes, sin embargo no fueron sometidas a un conceso entre las partes involucradas… En el fondo, no tienen consideración por el sentir de quienes les rodean, tampoco les interesa lo que piensen, ni desean escucharles realmente para tomarles en cuenta, su opinión vale poco... ustedes son los que mandan y para justificarse se autodenominaron los guardianes de cierta moral y los principios que se deben respetar. Por lo tanto no saben participar y dar oportunidad para que otros se desarrollen libremente… Les desafía que alguien les lleve la contraria o camine por otra dirección… Se han convertido en aquello que les traumatizo… Ahora son los nuevos adultos que agreden a los niños internos de otros… o quizás al niño de ustedes mismos... Han traído a su presente la energía de incomprensión de sus tutores, y la siguen recreando de diversas formas y también expandiendo en sus relaciones… Ustedes continúan repitiendo los mismos errores y se han vuelto en una parte activa del problema que los lastimo... Se volvieron sensibles e irritables hacia la forma de ser de otros, son impacientes e intolerantes en la medida que fueron desaprobados y lastimados... Existe un niño dentro de ustedes que desea venganza... ello puede asumir actitudes insospechadas y de cuidado hacia otros... El resentimiento los lleva a la impulsividad emocional y después a la culpa... finalmente siguen recreando más energía de desaprobación hacia ustedes mismos... Se dicen... no es suficiente, estoy mal, soy una decepción, estoy negado, no valgo nada realmente, me falta mucho... Ustedes internalizaron la energía de rechazo de sus orígenes para convertirse ahora en los nuevos portadores. ¿Cuáles son las consecuencias de este estado mental disfuncional? Al encontrarse sumergidos en el punto ciego de vuestra personalidad, están verdaderamente imposibilitados para ejercer cambios reales en su vida… Esto sucede porque se sienten como unas victimas desposeídas del derecho para ser felices… sin poder real y opciones… se sienten abandonados y limitados… confinados y atrapados a tener que soportar una serie de situaciones que no les agradan… Todo ello sigue alimentando esa carga emocional de enojo reprimido que puede derivar en estrés, tristeza, apatía o depresión… y ya que siguen recreando e interpretando lo que les sucede desde el punto ciego de vuestra personalidad, su sociedad les sigue retratando como víctimas de su familia y la educación, de las circunstancias sociales, del karma y la genética… de un plan divino o la voluntad de un dios… y hasta de formas de existencia extraterrestre o astral. Vemos que tienen muchas razones para estar molestos y les entendemos… sin embargo… “Si tan solo reconocieran que son la parte activa del problema que les afecta”… Su vida daría un giro increíble, alentador y estimulante… Ustedes, al recuperar su niño interno se conectan con la alegría del vivir y estar, de experimentarse y ser. ¿Ustedes creen que ya comprendieron el origen de sus bloqueos emocionales?... ¿De su descontento y frustración?... ¿De su malestar e irritabilidad?... ¿De su intolerancia y enfermedad?... ¿De su falta de auto estima y temor? Percibimos que no queridos… siguen extraviados en el punto ciego de la energía emocional de su niña(o) interno… Por ello se ven expuestos una y otra vez a situaciones y personas que les desafían e incomodan.

La retribución mental los retrata como victimas… es un engaño psicológico porque sus bloqueos emocionales obedecen a postulados energéticos basados en la ley de la atracción, es decir… que todo aquello que les moleste, les corresponde y pertenece… Es una parte de ustedes, es una proyección o reflejo de vuestra propia energía traumatizada… y aunque no lo puedan ver por ahora… Se encuentran encerrados en vuestra propia prisión mental. @ Ari Shemoth

jueves, 29 de septiembre de 2016

Eckhart Tolle: el amor egoico y el amor trascendental


Lo que convencionalmente llamamos “amor” es una estrategia del ego para evitar rendirse. Estás buscando a alguien para que te dé eso que sólo puede venirte en el estado de rendición. El ego utiliza a esa persona como un sustituto para no tener que rendirse. El idioma español es el más honesto a este respecto. Utiliza el mismo verbo ‘querer’, para decir “te amo” y “te quiero”.

Para el ego, amar y querer (desear) son lo mismo, mientras que el amor verdadero no tiene ningún deseo, ningún deseo de poseer o que tu pareja cambie.

El ego escoge a alguien y lo hace especial. Utiliza a esa persona para tapar el constante sentimiento subyacente de descontento, de “no suficiente”, de ira y odio, que están estrechamente relacionados entre sí. Estas son facetas de un sentimiento profundamente arraigado subyacente en los seres humanos, que es inseparable del estado egoico. Cuando el ego escoge algo y dice “yo amo” esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar o eliminar los sentimientos profundos que siempre acompañan al ego: el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan familiar .

Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces, inevitablemente, en algún momento, la persona que has elegido, o has hecho especial a tus ojos, deja de funcionar como una tapadera para tu dolor, el odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación de insuficiencia y de sentirse incompleto.

Entonces, surge la sensación que estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido elegida y hecha especial – quien pensabas que en última instancia iba a “salvarte”. De repente, el amor se convierte en odio.

El ego no se da cuenta de que el odio es una proyección del dolor universal que sientes dentro. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más profundo de tu ser – no ser uno con uno mismo. El objeto del amor es intercambiable, tan intercambiable como el objeto del deseo egoico. Algunas personas pasan por muchas relaciones. Se enamoran y desenamoran muchas veces. Aman a una persona por un tiempo hasta que ya no funciona, porque ninguna persona puede de forma permanente ocultar ese dolor. Sólo la rendición puede darte lo que estabas buscando en el objeto de tu amor. El ego dice que la rendición no es necesaria porque amo a esta persona.

Es un proceso inconsciente, por supuesto. En el momento en que aceptas completamente lo que es, algo dentro de ti emerge que había sido ocultado por el deseo del ego. Es una paz innata que mora en el interior, quietud, vitalidad.

Es lo incondicionado, lo que eres en tu esencia. Es lo que habías estado buscando en el objeto de amor. Es tú mismo. Cuando esto sucede, un tipo completamente diferente de amor está presente, que no está sujeto al amor/odio.

No elige a una cosa o una persona como algo especial. Es absurdo incluso usar la misma palabra para eso. Ahora bien, puede suceder que, incluso en una relación normal amor/odio, de vez en cuando, introduces el estado de rendición.


Temporalmente, brevemente, sucede: experimentas un profundo amor universal y una plena aceptación que a veces puede brillar a través, incluso en una relación egoica. Sin embargo, si la rendición no continúa, se cubre de nuevo con losviejos patrones egoicos.

Por lo tanto, no estoy diciendo que el verdadero amor profundo no se pueda presentar de vez en cuando, incluso en una relación normal de amor/odio. Pero es raro y por lo general de corta duración. Siempre que aceptas lo que es, algo más profundo emerge en ese instante. Así, puedes quedar atrapado en el dilema más doloroso, externo o interno, en los sentimientos o situación más dolorosos, y en el momento en que aceptas lo que es, vas más allá de ellos, los trasciendes. Incluso si sientes odio, en el momento en que aceptas que esto es lo que sientes, lo trasciendes. Todavía puede estar ahí, pero de repente estás en un lugar más profundo donde nada de eso importa ya. Eckhart Tolle

Los niños amados se convierten en adultos que saben amar..



by loheriva..
Nuestras primeras experiencias con el mundo marcan nuestro desarrollo emocional. En los niños se entreteje una red que conectará su mente y su cuerpo, lo que determinará en gran parte el desarrollo de la capacidad de sentir y de amar.
En este sentido, nuestro crecimiento emocional dependerá de nuestros primeros intercambios emocionales, los cuales nos enseñarán qué ver y qué no ver en el mundo emocional y social en el que nos encontramos.
Así, el campo de nuestra infancia nos permite sembrar las semillas del amor de manera natural, lo que determinará que la capacidad de amar y ser amados crezca de manera saludable y nos ayude a desarrollarnos.
“Somos seres emocionales que aprendimos a pensar, no máquinas pensantes que aprendimos a sentir” -Stanisla Bachrach-
SI ALIMENTAMOS A LOS NIÑOS DE AMOR, LOS MIEDOS MORIRÁN DE HAMBRE
Las muestras de cariño y afecto elevan la autoestima en los niños y les ayudan a construir una personalidad emocionalmente adaptada e inteligente. Es decir, nuestro amor les ayuda a manejar los miedos naturales que surgen en las diferentes edades, fomentando un grado de sensibilidad saludable.
Los niños tienen una confianza natural en sí mismos. De hecho, nos asombra que ante desventajas insuperables y fracasos repetidos no se rindan.

O sea, que la persistencia, el optimismo, la automotivación y el entusiasmo amistoso son cualidades innatas.
En este sentido, es el mundo o, mejor dicho, los adultos, los que vamos mermando esa inteligencia emocional con la que todos nacemos.
Darnos cuenta de esto nos ayuda a ser conscientes del papel tan relevante que tiene amar a nuestros hijos y educarlos desde el respeto, la empatía, la expresión y la comprensión de sentimiento, el control del enfado, la capacidad de adaptación, la amabilidad y la independencia.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA CRIAR NIÑOS FELICES Y SALUDABLES?
El temperamento de un niño refleja un sistema de circuitos emocionales innatos específicos en el cerebro, un esquema de su expresión emocional presente y futura, y de su comportamiento. Estos pueden ser o no adecuadas, por lo que la educación debe convertirse en apoyo y guía para ellos.
Para lograr una salud emocional óptima, debemos cambiar la forma en la que se desarrolla su cerebro. La idea es que a través del amor y de la educación emocional fomentemos ciertas conexiones neuronales saludables en los niños.
O sea, todos los niños y todos los adultos parten de unas características determinadas que tienen que gestionar juntos para lograr su bienestar físico y emocional.
Por ejemplo, el hecho de que un niño sea tímido por naturaleza, suele provocar que los adultos que nos encontramos a su alrededor lo sobreprotejamos, haciendo que se vuelva ansioso y perturbable con el paso del tiempo.
En este sentido, con lo que hoy en día conocemos, la educación emocional requiere de cierto desaprendizaje adulto. Un niño tímido debe aprender a poner nombre a sus emociones y a enfrentar lo que le perturba, no debe sentir que le cortamos las alas porque es vulnerable.
Un adulto tiene que mostrarse empático sin reforzar sus llantos y sus preocupaciones, proponiéndole a su vez nuevos desafíos socio-emocionales que le permitan evolucionar. Es decir, hay que proteger su salud emocional a través del desarrollo de sus características naturales.
LAS CLAVES BÁSICAS DE UNA EDUCACIÓN EMOCIONAL ..
Algunas de las claves básicas de una educación emocional saludable son:
Los especialistas suelen recomendar ayudar a los niños a hablar de sus emociones como una manera de comprenderse a sí mismos y a los demás. Sin embargo, las palabras solo dan cuenta de una pequeña parte (un 10%) del verdadero significado que obtenemos a través de la comunicación emocional.
Por esta razón, no podemos quedarnos solo en la verbalización, sino que tenemos que enseñarles a comprender el significado de la postura, de las expresiones faciales, del tono de voz y de cualquier tipo de lenguaje corporal. Esto resultará mucho más efectivo y completo para su desarrollo.
Desde hace años se viene promocionando el desarrollo de la autoestima de un niño a través del elogio y los refuerzos constantes. Sin embargo, esto puede hacer mucho más daño que bien. Los elogios solo ayudarán a nuestros niños a sentirse bien consigo mismos si están relacionados con logros específicos y con el dominio de nuevas aptitudes.
El estrés es uno de los grandes enemigos de la niñez. Sin embargo, es un inconveniente con el que tienen que vivir, por lo que protegerlos en exceso es una de las peores cosas que podemos hacer. Ellos tienen que aprender a enfrentar estas dificultades naturales de tal forma que desarrollen nuevos caminos neurales que les permitan adaptarse al medio en el que viven.
No podemos tratar de criar a nuestros niños en un mundo Disney de inocencia e ingenuidad. El estrés y la inquietud forman parte del mundo real y de la experiencia humana tanto como el amor y el cuidado.
Si tratamos de eliminar estos obstáculos, impediremos que tengan la oportunidad de aprender y desarrollar capacidades realmente importantes que les ayuden a enfrentar desafíos y decepciones que son inevitables en la vida.
Fuente: Raquel Aldana (psicóloga) lamenteesmaravillosa.com

domingo, 25 de septiembre de 2016

ENTRENA LA MENTE PARA LA FELICIDAD..



El hecho de señalar el estado mental como el factor fundamental para alcanzar la felicidad no significa negar que debemos satisfacer nuestras necesidades físicas básicas de alimentación, vestido y cobijo.

Pero, una vez satisfechas esas necesidades, el mensaje es claro: no necesitamos más dinero, ni más éxito o fama, no necesitamos tener un cuerpo perfecto ni una pareja perfecta… en este momento tenemos ya una mente con todo lo imprescindible para alcanzar la completa felicidad.

Al presentar este enfoque para trabajar con la mente, el Dalai Lama dijo:

- Al referirnos a la «mente» o «conciencia», no debemos olvidar que hay muchas variedades de ella. Tal como sucede con las condiciones externas o los objetos, unos son muy útiles, otros nocivos y algunos neutros; al tratar con la materia exterior solemos identificar primero las sustancias útiles, para cultivarlas y beneficiarnos, y nos libramos de las nocivas. De modo similar, hay miles de «mentalidades» diferentes. Entre ellas, algunas son muy útiles y deberíamos fomentarlas. Otras son negativas, muy nocivas, y deberíamos intentar desecharlas.


- Así pues, el primer paso en la búsqueda de la felicidad es aprender. Primero tenemos que aprender cómo las emociones y los comportamientos negativos son nocivos y cómo son útiles las emociones positivas. Tenemos que darnos cuenta de que dichas emociones no sólo son malas para cada uno de nosotros, personalmente, sino también para la sociedad y el futuro del mundo. Saberlo fortalece nuestra determinación de afrontarlas y superarlas. Por otra parte, debemos ser conscientes de los efectos beneficiosos de las emociones y comportamientos positivos; ello nos llevará a cultivar, desarrollar y aumentar esas emociones, por difícil que sea: tenemos una fuerza interior espontánea. A través de este proceso de aprendizaje, del análisis de pensamientos y emociones, desarrollamos gradualmente la firme determinación de cambiar, con la certidumbre de que tenemos en nuestras manos el secreto de nuestra felicidad, de nuestro futuro, y de que no debemos desperdiciarlo.

En el budismo se acepta el principio de causalidad como una ley natural. Al tratar con la realidad, hay que tener en cuenta esa ley. Así, por ejemplo, en el campo de las experiencias cotidianas, si se producen ciertos acontecimientos indeseables, el mejor método para asegurarse de que no vuelvan a ocurrir es procurar que no se repitan las condiciones que los producen. De modo similar, si quieres tener una experiencia determinada, lo más lógico es buscar y acumular aquellas causas y condiciones que la favorecen.

Sucede lo mismo con los estados y las experiencias mentales. Si se desea la felicidad, se deberían buscar las causas que en otras ocasiones la han producido, y si no se desea el sufrimiento, debería procurarse que no vuelvan a presentarse las causas y condiciones que dieron lugar al mismo. Es muy importante aprender a apreciar este principio.

Hemos hablado de la importancia suprema del factor mental para alcanzar la felicidad. Nuestra siguiente tarea, por tanto, consiste en examinar la variedad de estados mentales que experimentamos. Necesitamos identificarlos con claridad y clasificarlos en función de que nos conduzcan o no a la felicidad.

-¿Podría indicarme algunos ejemplos específicos de diferentes estados mentales y cómo los clasificaría? -le pregunté.

Por ejemplo, el odio, los celos, la cólera, son nocivos -explicó el Dalai Lama-. Los consideramos estados negativos de la mente porque destruyen nuestro bienestar mental; cuando se abrigan sentimientos de odio o de animadversión hacia alguien, cuando la persona se siente llena de odio o de emociones negativas, todo nos parece hostil. La consecuencia es que hay más temor, una mayor inhibición e indecisión una sensación de inseguridad. Estas cosas, al igual que la soledad se desarrollan en un mundo que se considera hostil. Todos estos sentimientos negativos se desarrollan debido al odio. Por otro lado los estados mentales como la afabilidad y la compasión son definitivamente muy positivos. Son muy útiles…

-Siento curiosidad -le interrumpí-. Dice que hay miles de estados mentales diferentes. ¿Cuál sería su definición de una persona psicológicamente saludable o bien adaptada? Podríamos utilizar esa definición como guía para determinar qué estados mentales cultivar.

Se echó a reír y luego respondió con su característica humildad:

-Es muy probable que, como psiquiatra, tenga usted una definición mejor de la persona psicológicamente saludable.

-Pero me interesa su punto de vista.


 
-Bueno, yo considero saludable a una persona compasiva, cálida y de corazón bondadoso. «Si tienes sentimientos de compasión y deseas ser amable, hay algo que abre automáticamente tu puerta interior y puedes comunicarte mucho más fácilmente con otras personas. Ese sentimiento de cordialidad ayuda a abrirse a los demás. Se descubre entonces que todos los seres humanos son como uno mismo, de modo que puedes relacionarte más fácilmente con ellos.» Eso genera un espíritu de amistad. Entonces hay menos necesidad de ocultar las cosas y, como resultado, desaparecen los sentimientos de temor, las dudas sobre uno mismo y la inseguridad. Eso inspira también confianza en torno a ti. Podría pasar, por ejemplo, que encontraras a alguien muy competente, y supieras que puedes confiar en sus aptitudes, pero si esa persona no es amable, surgen en ti algunas reservas. Piensas:

Bueno se que es capaz, pero ¿puedo confiar realmente en él?». El recelo siempre te distanciará.
En cualquier caso, creo que cultivar los estados mentales positivos, como la amabilidad y la compasión, conduce decididamente a una mejor salud psicológica y a la felicidad.

Disciplina mental.

Mientras él hablaba, encontré algo muy atractivo en su enfoque para alcanzar la felicidad. Era absolutamente práctico y racional: había que identificar y cultivar los estados mentales positivos, así como identificar y eliminar los estados mentales negativos. Aunque inicialmente me pareció un tanto seca esta sugerencia de analizar sistemáticamente la variedad de estados mentales que experimentamos después, me dejé arrastrar por la fuerza lógica de su razonamiento. Me gustó el hecho de que, en lugar de clasificar estados mentales, emociones o deseos con arreglo a juicios morales externos como «La avaricia es un pecado», o «El odio es maligno», clasificara las emociones simplemente sobre la base de si conducen o no a la felicidad última.

La tarde siguiente, al reanudar nuestra conversación, le pregunté: -SI la felicidad depende simplemente del cultivo de estados mentales positivos, como por ejemplo la afabilidad, ¿por qué hay tanta gente desdichada?.

Alcanzar la verdadera felicidad exige producir una transformación en las perspectivas, en la forma de pensar, y eso no es tan sencillo -contestó-. Para ello es preciso aplicar muchos factores diferentes desde distintas direcciones. No se debería tener-, por ejemplo, la idea de que sólo existe una clave, un secreto que, si se llega a desvelar, hará que todo marche bien. Es como cuidar adecuadamente del propio cuerpo; se necesitan diversas vitaminas y nutrientes, no sólo uno o dos. Del mismo modo, para alcanzar la felicidad hay que utilizar una variedad de enfoques y métodos, superar los variados y complejos estados negativos. Si tratas de superar ciertas formas negativas de pensar, no podrás conseguirlo practicando una técnica una o dos veces. El cambio requiere tiempo. Hasta el cambio físico lo exige. Si te trasladas de un clima a otro, por ejemplo, el cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Hay muchos rasgos mentales negativos, de modo que afrontarlos y contraatacar no es fácil. Requiere la reiterada aplicación de diversas técnicas y tomarse el tiempo necesario para familiarizarse con ellas. Se trata de un proceso de aprendizaje.

A medida que pasa el tiempo, se van acumulando los cambios positivos. Cada día, al levantarte, puedes desarrollar una sincera motivación positiva al pensar: “Utilizaré este día de una forma más positiva. No desperdiciaré este día”. Luego, por la noche, antes de acostarte, analiza lo que has hecho y pregúntate: “¿Utilicé este día como lo tenía previsto?”. Si todo se desarrolló tal como lo habías pensado, deberías alegrarte por ello. Si alguna cosa salió mal, lamenta lo que hiciste y examínalo críticamente. Gracias a métodos como éste, puedes ir fortaleciendo los aspectos positivos de la mente.

En mi caso, por ejemplo, como monje creo en el budismo y, a través de mi experiencia, sé que su práctica es muy útil para mí. No obstante, pueden surgir ciertos sentimientos, como cólera o apego, debido a la costumbre o a muchas vidas anteriores. Hago entonces lo siguiente: primero aprender el valor positivo de las prácticas, luego incrementar mi determinación y finalmente tratar de ponerlas en práctica. Al principio, la utilización de las prácticas positivas es muy débil, porque las influencias negativas siguen siendo muy poderosas. Finalmente, sin embargo, a medida que intensificas las prácticas positivas, disminuyen los comportamientos negativos. Así que, en realidad, la práctica del Dharma (*) es una batalla constante dentro de nosotros, en lo que se trata de sustituir el condicionamiento o la costumbre negativa por un condicionamiento positivo.

Tras una pausa, continuó:

No hay actividad que no se torne más fácil gracias al entrenamiento constante. Podemos cambiar, transformarnos a través del entrenamiento. En la práctica budista existen varios métodos para mantener una mente serena cuando sucede algo perturbador. La práctica repetida de ellos nos permite llegar a un punto en el que los efectos negativos de una perturbación no pasen más allá del nivel superficial de nuestra mente, como las olas que agitan la superficie del océano pero que no tienen gran efecto en sus profundidades. y aunque mi experiencia sea escasa, he descubierto que eso es cierto. Por tanto, si recibo una noticia trágica, es posible que experimente alguna perturbación en la mente, pero ésta desaparece muy rápidamente. O quizá me sienta irritado y manifieste enfado, pero siempre se disipa con rapidez. Eso es lo que se logra mediante la práctica gradual. No olvidemos que no es algo que se consiga de la noche a la mañana.

Desde luego que no. El Dalai Lama lleva ejercitando su mente desde que tenía cuatro años.

La estructura y la función del cerebro permiten el entrenamiento sistemático de la mente, el cultivo de la felicidad, la genuina transformación interna mediante la atención hacia los estados mentales positivos y el rechazo de los negativos. Hemos nacido con un cerebro que está genéricamente dotado de ciertas pautas de comportamiento instintivo; estamos predispuestos mental, emocional y físicamente a responder adecuadamente para sobrevivir. Este conjunto básico de instrucciones está codificado en innumerables pautas innatas de activación de las células nerviosas, en combinaciones específicas de células cerebrales que actúan en respuesta a cualquier acontecimiento, experiencia o pensamiento dado.

Pero el cableado de nuestro cerebro no es estático, ni está fijado de modo irrevocable. Nuestros cerebros también son adaptables. Los neurólogos han documentado el hecho de que el cerebro es capaz de diseñar nuevas pautas, nuevas combinaciones de células nerviosas y neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten mensajes entre las células nerviosas) en respuesta a nuevas informaciones. De hecho, nuestros cerebros son maleables, cambian continuamente, recomponen sus conexiones nerviosas al compás de nuevos pensamientos y experiencias. Como resultado del aprendizaje, la función de las neuronas cambia, permitiendo que las señales eléctricas viajen más fácilmente a través de ellas. A la capacidad inherente del cerebro para cambiar, los científicos la llaman «plasticidad». Esta capacidad para modificar el «cableado» del cerebro, para producir nuevas conexiones neuronales, ha quedado demostrada en experimentos como el realizado por los doctores Avi Karni y Leslie Underleider del Instituto Nacional de Salud Mental. Los investigadores pidieron a los sujetos que realizaran una sencilla tarea motora, un ejercicio de tecleo, e identificaron las partes del cerebro implicadas en la tarea tomando un escáner cerebral MRI. A continuación, los sujetos, practicaron diariamente el ejercicio durante cuatro semanas, de modo que gradualmente fueron más eficientes y rápidos en su ejecución. Al final del período de cuatro semanas, el escáner cerebral mostró que la zona que intervenía en la tarea se había expandido, lo que indicaba que la práctica regular de la tarea había exigido la utilización de nuevas células nerviosas y cambiado las conexiones neuronales originarias.

Esta notable hazaña del cerebro parece constituir la base fisiológica de la posibilidad de transformar nuestras mentes. Al movilizar nuestros pensamientos y practicar nuevas formas de pensar, podemos reconfigurar nuestras células nerviosas y cambiar la forma en que funciona nuestro cerebro. También constituye la base para la idea de que la transformación interna se inicia con el aprendizaje (nueva información) e implica la disciplina de sustituir gradualmente nuestro «condicionamiento negativo» (que se corresponde con nuestra característica actual de pautas de activación celular nerviosa) por un «condicionamiento positivo» (formar nuevos circuitos neuronales). Así pues, la idea de entrenar a la mente para alcanzar la felicidad se convierte en una posibilidad real.

* El término Dharma tiene muchas connotaciones; no existe un equivalente exacto en el léxico español. Se utiliza con frecuencia para referirse a las enseñanzas y doctrina de Buda, incluido e! cuerpo tradicional de escrituras, así como el estilo de vida y la conciencia que se derivan de la aplicación de las enseñanzas. A veces, los budistas utilizan la palabra en un sentido general, para referirse a prácticas espirituales o religiosas, a la ley espiritual universal o a la verdadera naturaleza de los, fenómenos, y el término Buddhadharma, más específico, para los principios y practicas del camino budista. La palabra sánscrita Dharma deriva de una raíz que significa “sostener» y, en este sentido, tiene un significado más amplio, al referirse a cualquier comportamiento o comprensión que sirva para «sostener» al individuo y protegerlo del sufrimiento y sus causas.

Del Libro “El Arte de la Felicidad”, Dalai Lama.
 

De la co-dependencia a la libertad





El co-dependiente coopera, es partícipe, apoya la dependencia de otro, porque en sí mismo es otro dependiente

El término de co-dependencia comenzó a salir a la luz cuando personas cuyas vidas habían comenzado a ser inmanejables como resultado de tener una relación comprometida con un alcohólico, empezaron a reunirse para apoyarse mutuamente.

Como resultado de esto, se dieron cuenta que así como los dependientes manifestaban condiciones similares, los acompañantes o co-dependientes también manifestaban patrones de pensamiento y comportamiento afines.

A pesar de que este término es ampliamente utilizado y conocido allí en donde hay algún tipo de adicción (juego, drogas, alcohol, etc.), es importante reconocer que los patrones de la co-dependencia son mucho mas comunes de lo que pensamos, dentro de la sociedad en la que vivimos.

Una persona co-dependiente es aquella que permite que los comportamientos de alguien lo afecten y como consecuencia entra en el juego de querer controlarlo. Esa otra persona puede ser un niño, un adulto, una pareja, un padre, un hijo, un amigo, hermano, etc.

Este articulo te invita a que te auto-evalúes y observes si en el presente tu vida está liderada por información que te atrapa dentro de patrones de dependencia, aún así no haya síntomas o experiencias relacionadas con "adicciones" alrededor tuyo.

Patrones de la co-dependencia

Algunos de los patrones que se repiten en la co-dependencia:

Sentirse responsable por los estados emocionales de otros.
Sentirse atrapado en una relación.
Sentir que no es posible “vivir sin el otro”.
Sentirse culpable, ansioso al tomar distancia de alguien.
Preocuparse e incluso enfermarse por los demás.
Sentir la necesidad de “salvar o rescatar”, “cubrir” o “impedir” los errores de otros.
Tolerar maltratos o abusos porque “se ama”.
Nutrir en el interior la esperanza de que los demás van a cambiar gracias a sus “consejos y apoyo”, mientras los hechos muestran que todo sigue igual o peor.
Experimentar coraje cuando la “ayuda”, “consejo” o “guía”, muchas veces no solicitada, no resulta efectiva.
Anticiparse a las necesidades de los demás.
Responder con un “si” inmediato cuando en realidad se quiere dar un “no” como respuesta.
Sentir la necesidad de complacer a otros por encima de las necesidades propias.
Tendencia a negar los patrones familiares disfuncionales.
Tendencia a mantenerse ocupado para no pensar.
Intentar ayudar utilizando métodos que no traen ninguna solución.
Influenciar, controlar, manipular las decisiones de otros para sentirse bien.
Experimentar miedo por herir los sentimientos de alguien porque en realidad es una forma de herirse a si mismo.
Ser fácilmente "herible" o susceptible.
Efectos que se generan

Relaciones limitantes
Relaciones exclusivas
Apegos
Sentimientos: rabia, culpa, victimización, impaciencia, control, preocupación, sensación de ser utilizado o abusado, celos
Protección y fortalecimiento de miedos e inseguridades
Debilidad física, propensión a problemas de salud
Limitar el potencial propio y el de las partes involucradas
Necesidad de huir y no enfrentar lo que demanda un cambio
Confrontaciones
Juicios y críticas permanentes a sí mismo y a quienes no piensan y actúan de la misma manera
Comunicación disfuncional
Causas que originan la co-dependencia

Interpretación equivocada del Amor
Baja autoestima
Inseguridad
Miedos
Copia de modelos familiares automáticos que vienen siendo transmitidos de generación en generación y que se basan en el miedo


De la co-dependencia hacia la libertad

Hay un camino por recorrer para acercarse a la comprensión de la libertad.

Los patrones de la co-dependencia hacen parte de este camino ya que los resultados de las acciones que tomamos a partir de las creencias que nutrimos en nuestro interior, nos dan una retro-alimentación permanente de la información que lidera nuestra vida.

A pesar de lo trágico o dramático que parece el proceso para los ojos del ego, el universo en su perfecta pedagogía permite cada paso, cada error y cada consecuencia del mismo, porque es la comprensión de todo el proceso lo que da acceso a la verdadera libertad y a la evolución de cada una de las partes involucradas.

Negación

En un principio el ego "cree" que todo es y debe ser como está, a pesar de los resultados des-armónicos y de las cargas emocionales que se experimentan.
Hay resistencia frente a los posibles llamados de atención que vienen de personas que pueden ver claro, y una profunda tendencia a proteger los patrones insanos de comportamiento y a las personas involucradas.

Crisis

Se experimentan permanentes crisis, dificultades, fricciones como consecuencias de las decisiones que se toman, sin embargo el ego se empecina en utilizar la misma fórmula a pesar de seguir obteniendo los mismos resultados.

Saturación

Después de experimentar múltiples crisis, llega una situación que genera la saturación. Ante esta, uno de los egos involucrados en la relación de co-dependencia baja la guardia.

Después de haber intentado todas las opciones posibles sin ningún resultado en positivo, se agota la energía vital y se abre una puerta de luz. Esto quiere decir que finalmente la persona busca un camino que lo lleva al inicio de la comprensión de la cadena de causas y los efectos que se generan a partir de las decisiones que ha venido tomando.

La ley de evolución nos permite pasar a través de situaciones de crisis para así poder romper con conceptos cristalizados que nos limitan y nos llevan a permanecer en estructuras rígidas. La confrontación que el ego vive frente a una gran crisis, lo lleva a ensayar nuevas opciones y a activar el potencial de la persona de comprensión y liberación.

Cambio de patrones para relacionarse

Cuando el ego se rinde, aparece la luz, sin embargo no se ha comprendido la nueva fórmula para establecer relaciones sanas, hasta que ésta se convierte en un nuevo hábito.

Esto implica un cambio de dinámica en la relación y por lo tanto en muchos casos, el distanciamiento momentáneo o incluso definitivo de la relación.

Es justamente este paso el que mas teme el ego porque a pesar de las señales de la vida y de los mensajes en momentos de consciencia, que invitan a realizar cambios, este no ha aprendido a llenar sus propios espacios vacíos, y ha creado cadenas que se hacen difíciles de romper.

Esta etapa del proceso generalmente requiere un apoyo externo para retro-alimentarlo y empoderarlo porque una vez la persona ha recobrado su energía vital, el ego tiende a volver a utilizar la información y los patrones de comportamiento que conoce, así ya haya verificado que no funcionan.

La libertad

Cuando empezamos a comprender el verdadero significado del Amor, y nos alineamos con la forma como fluye la energía universal, nuestra experiencia de vida se transforma y con esto viene la vivencia de la libertad.

La persona co-dependiente quiere ser la "buena del paseo". Aquella que pone por encima de sus propias necesidades, las necesidades de otros, o busca que otros la "necesiten" porque no ha aprendido a AMARSE a sí misma.

No ha aprendido a encontrar sus propios valores, y busca llenar sus espacios vacíos de manera inconsciente a través de las relaciones con otros, así estas sean destructivas.

Una persona co-dependiente puede estar rodeada de miles de personas, pero por dentro sentirse vacío o experimentar permanentemente miedo ante la posibilidad de enfrentar la soledad. En otros casos puede vivir en soledad a pesar del miedo que le tiene a esta. Lucha contra ella, y a la vez se protege con ella.

La libertad se experimenta cuando:

Se disfruta la soledad tanto como la compañía.
Se establecen lazos que empoderan.
Se unen fuerzas con otros para crear, descubrir, explorar, permitir, crecer.
Se asumen los resultados de los errores propios y se permite a los demás que comentan errores y que tomen responsabilidad de trascenderlos.
Se comprende que tanto lo bueno como lo malo son conceptos del ego y que la consciencia y el Amor están por encima de estos polos opuestos.
Se aprende a pasar a través de las emociones y los sentimientos que se experimentan como resultado de las creencias que se tienen, pero a la vez está presente la fuerza que activa la voluntad para no liderar la vida desde estas energías.
Se es suficientemente flexible como para adaptarse a las creencias y formas de vivir de los demás, y suficientemente firme como para no permitir que los sentimientos y decisiones de los demás afecten las decisiones propias.
Se busca un bienestar común y no únicamente individual.
Hay coherencia entre lo que lo que se piensa, se dice y se hace.
Se permite el uso del libre albedrío de las personas con quienes se establecen relaciones. Esto implica no interferir en el proceso evolutivo de nadie.
Se comprende el profundo valor del Respeto.
Se ha aprendido a amarse, valorar y amar todo lo que existe aunque el ego no lo comprenda.

A mayor comprensión, menos miedos que nos limiten y mayor libertad. Libertad de tomar decisiones y de asumir los resultados que se generen de estos.


Los apegos nos anclan a un mundo rígido y limitado, y no nos permiten evolucionar y avanzar a través de un camino libre de sombras y miedos. Decídete a soltar viejos amarres para dar la bienvenida a nuevas perspectivas y acciones llenas de libertad




En una relación de AMOR...

Cada uno sabe que es responsable de sus sentimientos, pensamientos, acciones y de los resultados que obtiene en la vida...

Cada uno es responsable de su propia felicidad y se siente feliz porque el otro lo sea, aún así esto implique no compartir el mismo espacio y/o los mismos ideales...

La relación se convierte en una compañía para crecer y evolucionar y se apoya permanentemente en la energía del Respeto...

Se desarrolla la comprensión y la sabiduría...

En la codependencia...

Cada uno "cree" que es responsable de los pensamientos, sentimientos, acciones y de los resultados que el otro obtiene en la vida...

Cada uno asume que es responsable de la felicidad del otro y ninguno ha aprendido a ser feliz por si mismo...

Cada uno se convierte en una interferencia en la evolución del otro...

Se desarrolla el ego...


Cop. de Total Presencia..