En esos momentos, se apodera de nosotros nuestra porción pequeña de mente, y el dolor emocional que vive en nosotros, el cual Eckhart Tolle ha llamado con mucha certeza “el cuerpo del dolor” en libros como “Practicando el Poder del Ahora”.
La mente combinada con este dolor nos querrá hacer creer que toda percepción más elevada y de Amor Verdadero no es verdadera. Nos querrá hacer creer que todas las bendiciones que hemos sentido, conexiones, sueños profundos en los que nos hemos abrazado, son solo ilusión.
Todo esto, en medio de un gran dolor, y la misma mente creará en nosotros más y más pensamientos que alimentan a ese dolor, pensamientos tales como “si yo hubiera hecho tal o cual cosa”, o “ella tenía una vida por delante”, (cuando en realidad ella Existe y Es en una Eternidad) etc, y ese dolor sigue siendo combustible para crear más y más pensamientos de este tipo, casi compulsivamente.
Otra característica de estos estados es que nos hacen creer muy fuertemente que siempre ha sido así, y que va a ser siempre así, pero esto también es parte de la ilusión.
Ante un estado como este:
1) Primero y principal, tomemos conciencia de que, aunque una parte nuestra lo cree, es parte de un estado ilusorio, el cuerpo del dolor se ha apoderado de nosotros, de la mano de una mente empañada por dicho dolor. Sólo tomemos conciencia de este hecho, observémoslo y aceptémoslo, y no tratemos de resistir. Como ya habíamos comentado, toda forma de resistencia o juicio interno es más de lo mismo entrando por la puerta de atrás.
2) Entonces, lo mejor que podemos hacer luego de esta auto observación, es Abrazar, con todo nuestro Amor, todo lo que somos y sentimos en ese momento. Permitírnoslo. Si es necesario seguir llorando un poco más, tan solo hagámoslo. Dejar que todos estos sentimientos estén dentro nuestro. Pero a la vez, ir viendo que no tiene sentido seguir aferrándonos a ese estado de dolor eternamente, estado que no nos hace sentir bien, pero que en algún lugar es adictivo. Sólo observémoslo en nosotros, las sensaciones que causa en nuestro cuerpo. Comencemos a observar también nuestros pensamientos, y ya no alimentemos ese dolor. Tan solo observemos, respiremos profundamente, y dejemos que la mente se vaya aquietando. Observemos nuevamente nuestro cuerpo y sus sensaciones. Puede ser un nudo en la garganta, una sensación de incomodidad en el plexo solar, centro de las emociones ubicado arriba del ombligo, o alguna otra sensación. Sólo observemos, sintamos, y respiremos profundamente, dejando ser lo que sea que sintamos, sin resistirnos a nada. Y entreguémonos al momento presente, y veamos qué sucede a continuación…Sentir esto puede comenzar a crear un espacio muy grande y vasto de profunda Paz dentro nuestro.
3) Una vez que estemos sintiendo verdadera Paz y verdadero Amor, podemos ir al siguiente paso, que es realmente una Bendición, tanto para nosotros, como para el Ser que está iniciando su Viaje Cósmico. Dejar partir. Impulsar a ese Ser a que siga su viaje, acompañarlo desde nuestro Corazón. Permitir que este Ser se vaya Fundiendo con la Consciencia Cósmica, con el Amor Universal. Hacia allí vamos todos. Ese es nuestro Hogar.
En un principio, yo me resistía un poco a esta idea. Me sentía cómodo estando en contacto tan cercano con este Ser que había partido. Pero con el tiempo pude comprender más y más, y pude soltar más y más. Y este Amor Verdadero jamás se pierde, sólo se transforma en algo más Total y más indescriptible.
Es el Amor Verdadero de nuestras Almas. Permitir esto sin aferrarnos a las formas, nos ayuda a ir conectando más y más con nuestra propia Esencia, que está Unida a la Esencia de los Seres que partieron, y está Unida a Todo.
Y he aquí la magia y el regalo de toda partida de un Ser Querido.
A medida que vamos progresando en este camino, más y más de nuestra Verdadera Esencia, más y más de nuestra Alma aflora en nosotros. He aquí el profundo sentido de Redención que tienen las Partidas, y que lamentablemente a la mayor parte de la humanidad en la sociedad occidental se le escapa, y quedan en el dolor por el resto de sus días sin poder dar más pasos y poder comprender verdaderamente a dónde nos lleva todo esto.
Todos estamos en un Viaje de Regreso a Casa. Afrontarnos con la muerte y aceptarla, nos hace avanzar muchísimo en este camino. El resultado es que podemos vivir una Vida Plena, en Conexión con nosotros mismos y en Conexión con los Seres que partieron, como también en Conexión Verdadera con los Seres Queridos que están vivos pero no están todo el tiempo a nuestro lado.
El hecho de extrañar comienza a ser trascendido. Nos sentimos unidos más allá de distancias. Las relaciones comienzan a cobrar una profundidad que antes no estaba presente.
Todo esto que cuento fue y es un proceso que fuimos viviendo como familia también, y cada uno a su paso. Poder compartirlo con la familia puede ser muy sanador para todos. Pero es importantísimo no interferir con el camino de cada uno, dejar que cada uno lo viva a su tiempo y a su manera.
No pretendamos hacer esto de una vez y que a partir de allí no sintamos nunca más dolor. Lo más probable es que esta serie de “pasos”, por acomodarlo de alguna manera, tengan que ser transitados una y otra vez, muchas veces, como en una espiral ascendente. Así es nuestro crecimiento. Parece que nos toca vivir nuevamente lo mismo una y otra vez, pero en realidad estaremos pasando por algo igual o muy similar a un nivel o escalón superior. De ahí la analogía con una escalera en espiral ascendente.
Akasha Sanación Integral - Elizabeth Romero Sánchez
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