domingo, 13 de agosto de 2017

LUZ SIN SOMBRAS..



(extracto del libro La Vida - Javier G. Delgado)


A todo el mundo le llega antes o después un estado: estar en armonía con todo lo que Es. Se puede medir el acercamiento a este estado en un reflejo, en la introspección de cómo te sientes a cada momento. Desde esta medición continua o intención semejante a llegar a este estado, nace (por decirlo así) un círculo que siempre te lleva al mismo estado eufónico y penetrante con uno mismo en la disposición de todos los elementos. Si imaginamos dicho círculo en espiral, ésta, cada vez sube más y más. Nuestras experiencias en este estado que intentamos maquetar se hacen difícil de explicar al intentar filtrarlo mediante el vehículo de las palabras.

De todas formas, en lo experiencial tendríamos que hablar de la magia de todas las cosas (algo que no puede medirse mentalmente), que no puede estar quieta ningún momento. Y todo está siempre en movimiento. En vibración constante cuando lo que miras en la transfiguración de la forma, ves, o alcanzas a comprender alguna vez, indoctrina o sepulta cualquier idea de muerte sea ésta pequeña o grande.


Todos han tenido alguna vez algún momento que verdaderamente ha sido de una gran felicidad, y muchos, tal vez se han quedado pensando que sería ideal vivir siempre en ese estado sin importar de qué manera se estén desarrollando las circunstancias externas. Todo apunta a ver que si han pensado así, éstas personas pueden llegar a ver que todo cuanto se siente por dentro dependa de uno mismo. Existe todavía una mayoría de personas que ponen como primer obstáculo el creer que esto no es posible. Para fomentar lo anteriormente dicho, depende de la habilidad que tenga la persona para rodearse de pensamientos, personas y cosas que le hagan sentirse bien. Y si no desarrollas la capacidad de hacer esto, seguirás pensando que no es posible. Una vez más se puede ver aquí, que siempre son los pensamientos inadecuados los que obstaculizan.

Precisamente porque a partir de ellos estás creando el estado correspondiente a cómo te vas a sentir.
Y tras esto mismo, acompañarlo de la inteligencia intencionada de perseguir el objetivo de rodearse así. Obviamente todos sabemos que no se manifiesta siempre así, como deseamos. Para ello está, ésta inteligencia a la que nos referimos que no nace del mundo de los pensamientos, sino del sentir. En la mente nunca encontrarás ésta inteligencia, puesto que mirar desde ella, llevará al miedo. Sería tal vez interesante decir ahora que la mente nunca puede amigarse con la felicidad (si mente y conciencia no están aún fusionadas: o sea, si ambas caminan en separación), porque sencillamente esa no es su función. La mente controla con buen equilibrio, lo cotidiano. Todo lo que pertenece al diseño del entorno material, mantenimiento del cuerpo físico. Esa es su función y para ella se maneja de manera ecuánime. No sirve para ver la vida, eso sería competencia del Ser.

Para cada cual lo suyo.

La mente, desde el individuo que aún no ha sanado, hace constancia continua de que el miedo (lo más peligroso para la felicidad desde un contexto lógico) es su resguardo. Y siguiendo por este trazo que marcamos, necesita de la aprobación de los demás, del mundo de las apariencias y de un largo listado de pensamientos que sí hacen daño: todos basados en el temor. Y lógicamente no se puede encontrar la felicidad por este camino. Los últimos milenios lo han demostrado de todas las formas disponibles.
Pero ese no es el tema ahora, ya lo hemos tratado muchas veces y hemos dado una amplia diversidad de formas de tratarlo y aclararlo incluyendo un gráfico visual y una tabla de sanación. 

La luz sin sombra de la que queremos hablaros, reside primero en la imaginación (sin la sombra). Imaginación es, según el diccionario, la facultad de una persona para representar imágenes de cosas reales o ideales. Se hace interesante que diga reales acompañado de ideales, por cierto. En verdad lo son pero nadie te lo va a demostrar a menos que llegues a verlo por ti mismo/a.

Para aquellos que se les dé bien animar su vida con todo el esplendor posible del multicolor mundo en el que el protagonismo es procurar en cada momento sentirse bien…, éstas personas pueden crear a mayor velocidad una luz sin sombra para lo siguiente: llegar a abrir su conciencia lo suficiente en la que ya no exista marcha atrás. Lógicamente nunca habrá un mismo camino para todos, por lo que esto aquí explicado es solo otra posible forma de aclarar que cuanto más se acerca uno a ese estado que todos queremos, más proximidad existirá entre la felicidad y uno mismo. Más comprensión se tendrá para tener claro que los momentos no deseados son creados también por uno mismo.

La luz sin sombra de hoy consiste en llevarte lo bueno de cada instante y no intentar cambiar nada de cuanto ocurre fuera del cuerpo. Puede parecer demasiado radical, ya que algunos querrán cambiar aquello que no desean que ocurra y se entiende, o sea, hasta cierto punto es natural pretenderlo si lo miramos desde la vida que hemos conocido hasta aquí. El único inconveniente para este axioma, es que no somos la vida que hemos llevado hasta aquí.

Continuando lo anterior, lo que hace la diferencia es pretender cambiar aquello que opone resistencia al cambio. Y es en esta resistencia donde reside la señal para olvidarnos del asunto. Entonces, para ir deduciendo: aquello que te cause la suficiente resistencia que no te compense en beneficios de cambio, o aquello que se oponga lo suficiente para que sus resultados sean mayor parte de sufrimiento que beneficios, olvídalos también. Cada uno tiene que aprender su propio equilibrio en estas cuestiones. Lo que puede ocurrir en esta práctica es ir afinando más cada vez y por consiguiente tener mayor capacidad de rodearse de aspectos que compensen en agradabilidad. El sistema carece de sistema porque pocas veces vas a saber qué está pidiendo el cambio a no ser que tengas muy agudizado el sentir. Y aún así los “errores” se cometen a diario.

Entonces, puedes aprovecharte de estos “errores” que es lo que más nos hace aprender. El beneficio de estos “errores” es el pasaporte ideal en la diligencia apropiada. Y de este elemento llegamos nosotros a deducir o a intuir los beneficios que puede aportar la Agenda de Sanación que ideamos gracias también a su brújula. Sería semejante también si anotaras todos los días los “errores” que has cometido vistos como propios “errores” para recordar más en otras ocasiones semejantes. O puede que se te ocurra un método ideal en tu caso que te proporcione buenas opciones. Puedes partir siempre de aquellas cosas que más te hagan sufrir para aprender a identificar dónde puede estar el cambio en ti con la cuestión que sea. 

En el empezar a hacer estas cosas contrastándolas con los acontecimientos que se dan, se abren puertas desconocidas. Todo esto te dará ayudas para fluir. Momentos de mayor paz. Todo depende de tu intención, de si aceptas cuanto sucede para no interferir en las experiencias ajenas elegidas por otros y estar en armonía con todo lo que Es.

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