sábado, 4 de julio de 2015

La Intuición


¿Alguna vez te ha dado la impresión de que sabías algo sobre una persona en el momento mismo de conocerla? Hay algunas personas en las que uno confía de forma instintiva, y en cambio otras en las que uno desconfía.intuicion¿Alguna vez te ha dicho alguien: “confía en mí” y tú has sentido que no debías hacerlo? ¿Has lamentado haber confiado en esa persona? A veces sentimos cosas que sencillamente no nos podemos explicar.

Puede darse el caso de que desees comprar un coche usado, que encuentres uno que realmente te guste y cuyo precio sea adecuado, y que, sin embargo, tengas una sensación imposible de explicar, como si una voz dentro de ti estuviera diciendo: “No, no lo compres, aquí pasa algo raro”. ¿Alguna vez has hecho caso omiso de esa sensación y posteriormente has deseado no haber actuado de ese modo? Tales sensaciones son como presentimientos. No conozco a nadie que no haya tenido algún presentimiento. Tampoco conozco a nadie que no haya tenido que lamentar el no haber hecho caso de un presentimiento.

Los presentimientos con frecuencia dan en el clavo, aun cuando muchas veces no tengan sentido. Algunas veces experimentamos una sensación que no somos capaces de explicar en base a lo que hemos aprendido. Esta idea parece provenir de nuestro interior. Por muy extraño que parezca, tal idea suele ser exacta.Por supuesto, estoy refiriéndome a la intuición.inticion

Con frecuencia se define la intuición como un saber que no se sirve de los sentidos ni tampoco de la razón. Entre otras razones porque son conocimientos directos. Están sencillamente allí. Se trata de unos conocimientos misteriosos, salidos de la nada, que te salen al paso y te piden que los aceptes, aún cuando no encuentres ninguna explicación para ello.

El término intuición es una palabra corriente. Sin embargo encierra un misterio. La intuición siempre ha representado un desafío para los pensadores. Hace pensar en una realidad que sea como fuere es diferente o escapa a la percepción sensorial y a la razón.

Cuando intuyes algo, posiblemente te preguntes en qué te basas para saber eso. Tal vez, tu intuición te ayude también a comprender la idea de Cayce (Edgar Cayce fue un vidente y psíquico estadounidense que hipotéticamente poseía la habilidad de responder a preguntas sobre temas tan diversos como sanación, reencarnación, inmortalidad, espiritualidad) de que el ser humano es por naturaleza un canal.

Algunas de las ideas resultantes de la exploración de la canalización representarán un reto para tu razón. Por mucho que yo trate de explicar las cosas con claridad y lógica, necesitarás hacer uso de tu intuición para ver lo que la razón no puede captar.

La intuición como Canal de Orientación

La intuición es un canal de conocimientos que sale de una fuente aparentemente invisible y desconocida, y pasa por la persona. Puedes experimentar una reacción visceral, o tener un presentimiento.

La intuición puede empujarte a hacer o dejar de hacer algo. Puede hacer que sientas algo en relación con cierta cosa, que sientas cierta inclinación o estés inspirado. La intuición es un canal natural de orientación. Un uso de la intuición que valoro es su utilización para la confección de mi propio programa interno de defensa que me ayuda mientras conduzco. A veces descubro que me he detenido al llegar a una intersección, y veo cómo un coche se salta una señal de stop y se me cruza por delante.

Suelo tener presentimientos en relación con las intersecciones y con determinados coches, presiento que debo vigilarlos atentamente. A veces intuyo que determinado coche va a girar repentinamente delante de mí, o va a hacer algo que podría afectarme. Generalmente acierto cuando tengo tales presentimientos. Asimismo, pienso que la intuición es un canal de orientación que merece ser tenido en cuenta a la hora de tratar cualquier asumo de naturaleza empresarial. Así por ejemplo, hay días en que me urge comentar determinada propuesta con un miembro de una de las organizaciones para las que trabajo como consultor.

Ahora bien, tengo el presentimiento de que no conviene que lo haga. Si paso por alto ese presentimiento, y actúo como si nada, las cosas no me salen bien. Posteriormente llega un día en que siento que “he de actuar”, y tal sentimiento suele resultar válido. Otras veces, sin tener ninguna idea preconcebida, de repente siento un vivo deseo de acudir a determinada organización, Al llegar me tropiezo con alguien que me dice; ¡Qué coincidencia, justamente estaba pensando en ti!. Esa persona tiene que discutir un proyecto y mi presencia se hace necesaria. Ciertamente no soy la única persona que encuentra que la intuición es útil para las cuestiones empresariales.

Años atrás, Douglas Dean y sus compañeros de la Escuela de Ingeniería de Nueva Jersey publicaron Executive ESP (La Percepción Extrasensorial de los Ejecutivos). Sus investigaciones demostraron que las sociedades que tenían mejores resultados desde el punto de vista económico eran aquellas cuyos directores obtenían puntuaciones más altas en los tests de Percepción Extrasensorial. Esos ejecutivos se mostraban bastante deseosos de manifestar que creían en la Percepción Extrasensorial y admitían que se fiaban mucho de su intuición a la hora de tomar una decisión.

Hoy en día, a juzgar por la gran cantidad de libros sobre la intuición que figuran en las secciones de las librerías dedicadas al comercio y los negocios, podemos decir que está en alza el mercado de libros sobre cómo aprender a utilizar la intuición.

Potencie su intuición, despierte su forma de pensar y póngalo a su favor.

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