sábado, 30 de abril de 2016

El perdón es la llave de la felicidad.




del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros


He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. He aquí lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. He aquí la senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder hallar alguna vez paz y tranquilidad. Con esta idea todas tus preguntas quedan contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la incertidumbre.

La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.

La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma y a todo lo que ve; atemorizada y airada, débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. Tiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la obscuridad la aterra, mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. ¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? ¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?

La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.

La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. No pregunta, pues cree saber. No cuestiona, convencida de que tiene razón.

El perdón es algo que se adquiere. No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tienes que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa a tu otro Ser. A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.

Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.

Nuestra práctica de hoy consiste en aprender a perdonar. Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. Dedicaremos diez minutos por la mañana y otros diez por la noche a aprender cómo otorgar perdón y también cómo recibirlo.

La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo. Hoy trataremos, no obstante, de aprender que son uno y lo mismo practicando el perdón con alguien a quien consideras un enemigo, así como con alguien a quien consideras un amigo. Y a medida que aprendas a verlos a ambos como uno solo, extenderemos la lección hasta ti y veremos que su escape supone el tuyo.

Comienza las sesiones de práctica más largas pensando en alguien que no te cae bien, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías haberte encontrado; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. Probablemente ya sabes de quién se trata. Ese mismo vale.

Cierra ahora los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso.


Contempla esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. Trata de transferirle a éste la luz que aprendiste a ver en torno de quien antes fuera tu "enemigo". Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro.

Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu "enemigo" y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. Ahora te has perdonado a ti mismo. No te olvides a lo largo del día del papel que juega la salvación en brindar felicidad a todas las mentes que no perdonan, incluyendo la tuya. Cada vez que el reloj dé la hora, di para tus adentros:
El perdón es la llave de la felicidad. Despertaré del sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré que soy el perfecto Hijo de Dios.

Las etapas de la vida




 
Una serena reflexión sobre las sutiles estaciones del ser humano:

-LA JUVENTUD 
-LA MADUREZ
-LA VEJEZ

Pensamientos y frases alusivas que nos enseñan a apreciar y valorar esa emotiva reseña de nuestro viaje por este mundo.

ADOLESCENCIA Y JUVENTUD

Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.

La adolescencia es como una casa en día de mudanza: un desorden temporal.

La inconveniencia de la adolescencia es no saber lo que se quiere, y sin embargo quererlo a toda costa.

La juventud vive de la esperanza. La vejez del recuerdo.

Es mejor malgastar la juventud que no hacer absolutamente nada con ella.

La iniciativa de la juventud vale lo que la experiencia de los viejos.

Ningún hombre sabio ha querido nunca ser más joven.

La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.
Lástima que nos curemos de él demasiado pronto.

Los jóvenes son como las plantas: por los primeros frutos se ve lo que podemos esperar de ellos en el porvenir.

"Nuestra juventud es decadente e indisciplinada.
Los hijos no respetan ni escuchan ya los consejos de sus mayores. El fin de los tiempos está cerca."


Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver.
Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer.


Los viejos desconfían de la juventud porque también han sido jóvenes. 

LA MADUREZ

La madurez es la etapa de la vida en la cual ya ha pasado la tempestad... pero aun continúa relampagueando.

La madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar.

Somos personas maduras cuando el guardar un secreto nos causa mayor satisfacción que divulgarlo.

Hemos llegado a la edad madura cuando, teniendo para escoger entre dos tentaciones, elegimos la que nos permite llegar a casa más temprano.

Madurez es la habilidad de realizar un trabajo aunque no tengamos supervisores, llevar dinero en el bolsillo sin gastarlo y soportar una injusticia sin desear la venganza.

Puede ser que la vida no sea la alegre fiesta a la que esperábamos llegar, pero ya que estamos aquí, es mejor que bailemos.

Es una lástima que el lapso entre ser demasiado joven y demasiado viejo sea tan breve, y que tengamos que decir con tristeza:
¡Qué temprano se nos hizo tarde!

Somos maduros cuando llegamos a la conclusión de que hay que tolerar los defectos ajenos, pero no por eso justificar los nuestros. 

Pero que tampoco debemos llegar al grado de que la tolerancia se convierta en sumisión. 

Todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas.

LA VEJEZ 

La vejez es lo más inesperado de todo lo que le sucede al hombre.

Descansar no es suficiente: hay que meditar

La edad se apodera de nosotros por sorpresa, sin sentirla llegar.

Cuando me dicen que ya estoy demasiado vieja para hacer una cosa, me apresuro a hacerla enseguida.

Una vejez feliz es como el pastel de la fiesta!

Los viejos dan buenos consejos porque ya no pueden dar malos ejemplos.

...que no son otra cosa que seres humanos antiguos.

Amamos las catedrales antiguas, los muebles antiguos, las monedas antiguas, las pinturas antiguas y los viejos libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor moral y espiritual de los ancianos 

En este mundo todos queremos llegar a viejos, pero ninguno queremos admitir que ya llegamos.

Cuanto más envejecemos más necesitamos estar ocupados. Es preferible morir antes que arrastrar ociosamente una vejez insípida y vacía. 

Por mi parte han de disculparme, pero yo no tengo tiempo para hacerme vieja. Con su permiso. 

Cuando ya se han cumplido 80 años años  ò estamos cercanos, todo contemporáneo es un amigo. 

Viéndolo bien no somos tan viejos, lo que pasa es que tenemos muchas juventudes acumuladas.

Hay que estar agradecidos de nuestra edad, pues la vejez es el precio de estar vivos.

Y en la hora del ocaso, una última reflexión:

La vida transcurre como un autobús en el que unos pasajeros suben y otros bajan. Hay que estar preparados para cuando nos toque bajar en la próxima parada y escuchemos el anuncio del conductor: ¡Bajan!

Hay que dejarse llevar suavemente por la corriente como la hoja que se desliza sobre su superficie.

Y disfrutar del regalo de la vida mientras podamos y estemos presentes en este mundo.

Autor desconocido

 

jueves, 28 de abril de 2016

Dar y recibir son en verdad lo mismo.




del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros


La visión depende de la idea de hoy. La luz se encuentra en ella, pues reconcilia todos los aparentes opuestos. ¿Y qué puede ser la luz sino la resolución, nacida de la paz, de fundir todos tus conflictos y pensamientos erróneos en un solo concepto que sea completamente cierto? Incluso éste desaparecerá, ya que el Pensamiento que se encuentra tras él aparecerá para ocupar su lugar. Y ahora estás en paz para siempre, pues en ese punto al sueño le llega su fin.

La verdadera luz que hace posible la verdadera visión no es la luz que los ojos del cuerpo contemplan. Es un estado mental que se ha unificado en tal grado que la obscuridad no se puede percibir en absoluto. Y de esta manera, lo que es igual se ve como lo mismo, mientras que lo que es diferente ni se nota, pues no está ahí.

Ésta es la luz en la que no se pueden ver opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar. Ésta es la luz que extiende tu paz interior hasta otras mentes, para compartirla y regocijarse de que todas ellas sean una contigo y una consigo mismas. Ésta es la luz que sana porque genera una sola percepción, basada en un solo marco de referencia, del que procede un solo significado.

Ahí dar y recibir se ven como diferentes aspectos de un mismo Pensamiento, cuya verdad no depende de cuál de esos dos aspectos se vea primero, ni de cuál parezca estar en segundo lugar. Ahí se entiende que ambos ocurren simultáneamente, para que el Pensamiento conserve su integridad. Y este entendimiento es la base sobre la que se reconcilian todos los opuestos, ya que se perciben desde el mismo marco de referencia que unifica dicho Pensamiento.

Un solo pensamiento, completamente unificado, servirá para unificar todos los pensamientos. Esto es lo mismo que decir que una sola corrección bastará para que todo quede corregido, o que perdonar a un solo hermano completamente es suficiente para brindarle la salvación a todas las mentes. Pues éstos son sólo algunos casos especiales de la ley que rige toda clase de aprendizaje, siempre que esté dirigido por Aquel que conoce la verdad.

Aprender que dar es lo mismo que recibir tiene una utilidad especial, ya que se puede poner a prueba muy fácilmente y comprobar que es verdad. Y cuando con este caso especial se haya comprobado que en toda circunstancia en que se le ponga a prueba siempre da resultado, el pensamiento subyacente se puede entonces generalizar a otras áreas de duda y de doble visión. Y de ahí se expandirá hasta llegar finalmente al único Pensamiento subyacente a todos ellos.

Hoy practicaremos con el caso especial de dar y recibir. Utilizaremos esta sencilla lección acerca de lo obvio porque produce resultados que no se nos pueden escapar. Dar es recibir. Hoy intentaremos ofrecerle paz a todo el mundo y ver cuán rápidamente retorna a nosotros. La luz es tranquilidad, y en esa paz se nos concede la visión, y entonces podemos ver.

De este modo damos comienzo a nuestras sesiones de práctica con las instrucciones para hoy, y afirmamos:

Dar y recibir son en verdad lo mismo.
Recibiré lo que estoy dando ahora.

Luego cierra los ojos y piensa durante cinco minutos en lo que quieres ofrecerle a todo el mundo, para así disfrutar de ello. Podrías decir por ejemplo:

Le ofrezco sosiego a todo el mundo.
Le ofrezco paz interior a todo el mundo.
Le ofrezco ternura a todo el mundo.

Repite cada frase lentamente y luego haz una pequeña pausa, esperando recibir el regalo que diste. Éste te llegará en la misma medida en que lo diste. Te darás cuenta de que recibes una retribución exacta, pues eso es lo que pediste. Puede que te resulte útil, asimismo, pensar en alguien a quien dar tus regalos. Él representa a los demás y a través de él estarás dándoselos a todo el mundo.

Nuestra sencilla lección de hoy te enseñará mucho. De ahora en adelante entenderás mucho mejor el concepto de efecto y causa, y nuestro progreso será mucho más rápido. Piensa en los ejercicios de hoy como rápidos avances en tu aprendizaje, el cual se acelerará y consolidará cada vez que digas: "Dar y recibir son en verdad lo mismo"

COMO PERDONAR A ALGUIEN QUE TE HA HERIDO, EN 15 PASOS- Wayne Dyer




Texto traducido del inglés por Tahíta ,último artículo escrito y publicado por Wayne en su blog
COMO PERDONAR A ALGUIEN QUE TE HA HERIDO, EN 15 PASOS- Wayne Dyer
Incluso cuando el perdón parece imposible
Perdonar a otros es esencial para el crecimiento espiritual. La experiencia de alguien que te ha herido, aunque dolorosa, es ahora nada más que un pensamiento o sentimiento que cargas. Estos pensamientos de resentimiento, ira y odio representan, energías lentas y debilitantes que que quitan poder si permites  que estos pensamientos ocupen espacio en tu cabeza. Si pudieras liberarte de ellos, tendrías más paz.
 A continuación comparto cómo perdonar a alguien que te ha herido en 15 pasos:
Paso 1: Muévete  al siguiente Acto
Tu historia pasada y la de todos los que te hirieron ya no están aquí en tu realidad física. No permitas que estén aquí, en tu mente, enturbiando tus momentos presentes. Tu vida es como un juego con varios actos. Algunos de los personajes que entran tienen papeles cortos que jugar, otros, mucho más extensos. Algunos son villanos y otros buenos. Pero todos ellos son necesarios, de lo contrario no estarían en el juego. Abrázalos a todos, y pasa al siguiente acto.
Paso 2: Reconéctate al Espíritu
Has un nuevo acuerdo contigo mismo para estar siempre conectado al Espíritu aun cuando parece ser la cosa más difícil de hacer. Si lo haces, se te permitirá acceder al grado de armonía perfecta que fue diseñada para que proliferara en tu cuerpo. Entrega tus heridas a  Dios y permite que el Espíritu fluya a través de ti.
Tu nuevo acuerdo con la realidad en el que amalgamas tu ser físico y tu personalidad con tu yo espiritual conectado a Dios comenzará a irradiar una energía más alta de amor y luz. Dondequiera que vayas, los demás experimentarán el brillo de tu divina conciencia  y la falta de armonía, el desorden y toda clase de problemas, simplemente no van a florecer en tu presencia. Conviértete en "un instrumento de tu paz", como San Francisco aspira en la primera línea de su famosa oración.
Paso 3: No te vayas a dormir enojado
Cada noche, mientras me preparo para dormir, firmemente rechazo utilizar este valioso tiempo para revisar todo lo que no quiero que sea reforzado en las horas en las que esté  inmerso en mi mente subconsciente. Elijo imprimir en mi mente subconsciente mi concepción de mí mismo como  creador divino alineado con la mente. Reitero mis “Yo Soy…”, que he situado en mi imaginación, y recuerdo que mi sueño será dominado por el último concepto mí mismo que esté presente en mi mente al dormirme. Yo estoy tranquilo, estoy contento, soy el amor, y solo atraigo hacia mí a aquellos  que están alineados con mis más altos ideales de mí mismo.
Este es mi ritual nocturno, siempre evitando cualquier tentación de volverme a cualquier temor o asunto desagradable que mi ego me pudiera estar pidiendo revisar. Asumo sentir en mi cuerpo que éstas afirmaciones de “Yo soy” están ya cumplidas, y sé que estoy permitiéndome a mí mismo  ser programado durante el sueño, para que en el día siguiente me levante sabiendo que soy un agente libre.
  En el sueño el hombre imprime la mente subconsciente con su concepción de sí mismo. - Neville Goddard

Paso 4: Cambia el enfoque de “culpar a los otros” hacia “entenderte a ti mismo”
 Cuando estés molesto por la conducta de los demás, quita el enfoque de aquellos a los que crees responsables de tu angustia interior. Cambia tu energía mental para permitirte “estar” con lo que sea que estés sintiendo - deja que la experiencia sea lo que es, sin culpar a otros por tus sentimientos. ¡No te culpes  tampoco!  Sólo permite que la experiencia se desarrolle y  dite a ti mismo que nadie tiene el poder de hacerte sentir mal sin tu consentimiento, y que no estás dispuesto a conceder esa autoridad a ninguna persona en este momento.
Dite a ti mismo que estás dispuesto a experimentar libremente tus emociones sin llamarlas "malas" o necesitar  ahuyentarlas. De esta manera, has hecho un cambio a la auto-maestría. Es importante evitar la culpa, e incluso  pasar por alto el deseo de entender a la otra persona; en cambio, enfócate en comprenderte a ti mismo.
Asumiendo la responsabilidad de cómo eliges  responder a algo o alguien, estás alineándote con la hermosa danza de la vida. Al cambiar la forma en que percibes el poder que los demás tienen sobre ti, verás un mundo nuevo y brillante de un potencial ilimitado  y  sabrás al instante cómo perdonar y dejar ir cualquier cosa.
Paso 5: Evita decirle a las personas qué hacer
Evita pensamientos y actividades que impliquen decirle a las personas que son perfectamente capaces de tomar sus propias decisiones , qué hacer. En tu familia, recuerda que no eres dueño de nadie. El poeta Kahlil Gibran nos recuerda:
Tus hijos no son tus hijos. Son los hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. Vienen a través de ti, pero no de ti. . .
Esto siempre es verdad. De hecho,has caso omiso de cualquier inclinación a dominar en todas tus relaciones. Escucha en lugar de exponer. Préstate atención  cuando estés teniendo opiniones de juicio y ve a dónde te lleva la auto-atención. Al reemplazar una mentalidad que trata de aferrar por una de “permitir”, comenzarás a ver el verdadero desarrollo del Tao en ti mismo y en los demás. A partir de ese momento en adelante, estarás libre de frustración con respecto a  los que no se comportan de acuerdo a las expectativas de tu ego.
Paso 6: Aprende a dejar ir y ser como el agua
En lugar de intentar dominar enérgicamente, sé como el agua: fluye por donde sea que encuentres  una apertura. Suaviza tus durezas siendo más tolerante con las opiniones contrarias. Interfiere menos, y en lugar de dirigir y hablar, elige escuchar. Cuando alguien te ofrece su punto de vista, trata de responder con: "Nunca lo había considerado así antes, gracias. Voy a pensarlo un poco. "
 Cuando renuncias a interferir, y optar por correr como el agua, gentil, suave y de manera discreta- te conviertes  en el perdón mismo.
Imagínate a ti mismo teniendo las mismas cualidades que el agua. Permítete ser  suave, fluido para entrar en lugares de los que previamente fuiste excluido debido a tu inclinación a ser duro. Fluye suavemente en las vidas de aquellos con quienes te sientas en conflicto: Imagínate entrar en sus yoes internos, para ver tal vez por primera vez lo que están experimentando. Mantén esta imagen de ti mismo como el agua corriendo suavemente, y ve cómo cambian tus relaciones.
Paso 7: Toma responsabilidad por lo que te corresponde
Remover  la culpa significa no asignar responsabilidades a nadie por lo que estás experimentando. Esto significa que estás dispuesto a decir: "Yo no entiendo por qué me siento así, ¿por qué tengo esta enfermedad, por qué he sido víctima de esto, o por qué tuve este accidente, pero estoy dispuesto a hacerme cargo de ello. Si lo estoy viviendo, yo soy responsable de tenerlo en mi vida”.
Si tomas la responsabilidad de tener la experiencia, por lo menos  tienes la oportunidad de tomar también la responsabilidad de eliminarla o aprender de ella. Si te consideras de alguna manera  responsable de  la migraña o ese sentimiento de depresión, entonces  puedes  trabajar para eliminarlo o descubrir  su mensaje. Si, por el contrario, alguien o algo más es responsable en tu mente, entonces por supuesto tendrás que esperar hasta que cambien para sentirte mejor. Y es poco probable que ocurra. Así que no obtienes nada, cuando la paz es realmente  el otro lado de la moneda.
Paso 8: Deja ir Los resentimientos
 ¿Qué causa la irritación y la ira después de una disputa? La respuesta genérica sería una larga lista que detalla por qué la otra persona estuvo mal y cuan ilógica e irrazonablemente se comportó, concluyendo con algo como: "¡Tengo derecho a estar molesto cuando mi [hija, suegra, ex marido, jefe, o quien sea en quien estés pensando] me habla de esa manera!”
Pero si estás interesado en vivir una vida plena de Tao, es imperativo que inviertas este tipo de pensamiento. Los resentimientos no provienen de la conducta de la otra parte en un altercado, no, ellos sobreviven y prosperan porque eres incapaz de poner fin a ese altercado con una ofrenda de bondad, amor y  perdón auténtico. Como Lao-Tzu dice:
 Alguien debe arriesgarse a devolver injurias con bondad, o la hostilidad  nunca se tornará en buena voluntad. - Lao-Tzu
Así que cuando los  gritos y amenazas se han expresado, el tiempo para la calma ha llegado. Recuerda que ninguna tormenta dura para siempre, y que ocultas dentro nuestro hay siempre semillas de tranquilidad. Hay un tiempo para la hostilidad y un tiempo para la paz.
Paso 9: Sé amable en lugar de querer tener la razón
Hay un proverbio chino. Si va a perseguir la venganza, es mejor que cave dos tumbas, lo que te está diciendo: tus resentimientos te destruirán.
El mundo es sólo de la forma en que es. Las personas que se comportan "mal" en el mundo están haciendo lo que se supone que deben estar haciendo. Lo puedes procesar de cualquier manera que elijas. Si estás lleno de ira por todos esos "problemas", eres uno más de los que contribuyen a diseminar la ira. En lugar de eso, recuerda que no tienes ninguna necesidad de demostrar que los demás están equivocados o tomar represalias cuando te han hecho daño.
Imagínate que alguien dice algo que encuentras ofensivo, y en lugar de optar por el resentimiento,  aprendes a despersonalizar lo que acabas de oír y respondes con amabilidad. Disponte a enviar libremente las más altas energías  de amor, paz, alegría, perdón y  bondad como respuesta a lo que llega de la manera en que llegue. Haces esto por ti mismo. Prefiere ser amable que tener la razón.
Paso 10: Practica el Dar
En medio de discusiones o desacuerdos, práctica el dar en  lugar del tomar antes de salir. Dar implica dejar el ego atrás. A pesar de que quieres ganar y demostrar tu superioridad llevando la contraria y siendo  irrespetuoso, tu naturaleza Tao quiere estar en paz y vivir en armonía. Puedes reducir el tiempo de peleas casi a cero si practicas este procedimiento:
Donde sea que  estés, siempre que sientas emociones fuertes agitándote y notes  la necesidad de "tener la razón", en silencio recita las siguientes palabras de la Oración de San Francisco:
Donde haya ofensa, [déjame llevar] perdón.
Sé un dador de perdón como él enseña: Trae amor al odio,  luz a la oscuridad, y perdona a las injurias. Lee estas palabras todos los días, para que te ayuden a superar las demandas de tu ego y conozcas la plenitud de la vida.
Paso 11: Deja de buscar oportunidades de ofenderte-
Cuando vives en o por debajo de los niveles ordinarios de conciencia, empleas  una gran cantidad de tiempo y energía buscando oportunidades en las que sentirte ofendido. Una nota en un periódico, un extraño grosero, alguien maldiciendo, un estornudo, una nube negra  -justo lo que estabas buscando para sentirte ofendido. ¡Conviértete en una persona que se niega a ser ofendida por cualquiera, cualquier cosa, o cualquier conjunto de circunstancias.
Si tienes  suficiente fe en tus propias creencias, encontrarás que es imposible ser ofendido por las creencias y la conducta de los demás.
No ofenderse es una forma de decir: "Tengo control sobre cómo me voy a sentir, y elijo sentirme tranquilo sin importar lo que pase. Cuando te sientes ofendido, estás juzgando. Juzgas a otra persona de ser estúpido, insensible, grosero, arrogante, desconsiderado, o tonto, y luego te sientes molesto y ofendido por su conducta. Lo que no sabes es que cuando jusgas a otra persona, eso no la define. Te define a ti mismo como alguien que juzga a los demás.
Paso 12: No vivas en el pasado - Mantente Presente
Cuando nos resulta difícil perdonar, a menudo es porque no estamos viviendo en el presente, y en su lugar, le asignamos más importancia al pasado. Empleamos una buena parte de nuestra energía y atención lamentando los buenos viejos tiempos que se han ido para siempre como la razón por la cual no podemos sentirnos hoy felices y realizados. "Todo ha cambiado", "Nadie respeta a los demás como antes... "Esto es asignarle al pasado la responsabilidad de por qué no puedes ser feliz hoy.
Es dudoso que otras criaturas pierdan el momento presente en  pensamientos del pasado y del futuro. Un castor sólo es castor, y lo es justo en el momento presente. Él no gasta sus días rumiando sobre el hecho de que sus hermanos castores recibieron más atención, o su padre castor se fue con un castor joven cuando él estaba creciendo. Siempre está en el ahora. Podemos aprender mucho de las criaturas de Dios sobre disfrutar el momento presente en lugar de utilizarlo consumiéndonos por la ira sobre el pasado o preocuparnos por el futuro. Practica vivir en el momento, apreciando la belleza que te rodea ahora.
Paso 13: Abraza tus momentos de Oscuridad
En un universo que es un sistema inteligente con una fuerza creativa divina apoyándolo, simplemente no puede haber accidentes. Reconoce que no fue tan difícil pasar por lo que has pasado con el fin de llegar a donde estás hoy, y la prueba es que lo hiciste. Cada avance espiritual que suceda en tu vida es muy probable que vaya precedida de algún tipo de caída o desastre aparente. Esos tiempos oscuros, accidentes, episodios difíciles, disoluciones, períodos de empobrecimiento, enfermedades, abusos y sueños rotos estuvieron en orden, fueron adecuados. Pasaron, por lo que puedes suponer que debían pasar por algo.
Abrázalos desde esa perspectiva, y luego entiéndelos, acéptalos, hónralos, y finalmente transfórmalos.
Paso 14: Abstente de Juicio
 Cuando dejas de juzgar y simplemente te convierte en un observador, conocerás  la paz interior. Con esa sensación de paz interior, te encontrarás más feliz y libre que con la energía negativa del resentimiento. Una ventaja es que encontrarás que los otros se sentirán mucho más atraídos por ti. Una persona pacífica atrae energía pacífica.
Si voy a ser un ser de amor viviendo desde mi más alto yo, eso significa que  amor es todo lo que tengo dentro de mí y todo lo que tengo para dar. Si alguien a quien amo elige ser algo distinto de lo que mi ego preferiría, debo enviarle los ingredientes de mi más alto yo, que es Dios y  Dios es amor.
Mi crítica y condena de los pensamientos, sentimientos y conducta de los demás me aparta de la realización de Dios. Y es la conciencia de Dios la que permite que mis deseos se cumplan, siempre y cuando estén alineados con la Fuente. Puedo llegar a elaborar una larga lista de razones por las que debería ser crítico y condenatorio hacia otro de los hijos de Dios y de por qué, maldita sea, yo estoy en lo correcto. Sin embargo, si quiero perfeccionar mi propio mundo, y yo lo quiero hacer, entonces tengo que sustituir estos juicios por Amor.
Paso 15: Envía Amor
Pasé años estudiando las enseñanzas de Patanjali, y él nos recordaba hace varios miles de años que cuando nos mantenemos firmes, lo que significa que nunca nos deslizamos a dirigir malos pensamientos a los demás, entonces todos los seres vivos dejan de sentir enemistad en nuestra presencia.
Ahora sé que todos somos humanos: tú, yo, todos nosotros. Ocasionalmente resbalamos y caemos en el juicio, la crítica y la condenación, pero esto no es una justificación para elegir practicar ese tipo de interacción. Sólo puedo decir que cuando por fin lo conseguí, y envié sólo  amor a otro de los hijos de Dios a quien yo había estado juzgando y criticando, obtuve el resultado inmediato de satisfacción interior.
Te insto a que envíes  amor en lugar de juicios y críticas a los demás cuando sientes que impiden tu alegría y felicidad, y los mantengas en ese lugar de amor. Ten en cuenta que si  permaneces firme, cuando cambies la forma de ver las cosas, las cosas cambiarán.
Una Meditación para Acabar en amor
Imagínate a ti mismo en la terminación de una disputa o controversia importante. En lugar de reaccionar con los viejos patrones de ira residual, venganza, y dolor, visualízate ofreciendo bondad, amor y  perdón.
Has esto justo ahora ante cualquier resentimiento que estés cargando,, y acostúmbrate a hacer de esto tu respuesta constante ante cualquier altercado futuro.Termina el asunto con Amor…no importa lo que sea!!!

FOTOS DE LA FAMILIA DE WAYNE DYER DEJANDO SUS CENIZAS EN EL MAR, COMO LO PIDIO, CON AMOR, ALEGRÍA Y PAZ...

domingo, 24 de abril de 2016

Max Planck, el Mesías de la física cuántica






Si los físicos escribieran la Historia, estaríamos en el siglo II de nuestra era, más concretamente en el año 105 después de Planck, el físico alemán que cambió nuestra visión del mundo cuando puso la primera piedra de la teoría cuántica en el año 1900 (de la era cristiana). Y eso que algunos de sus profesores le habían recomendado que se dedicase a las Matemáticas, que la Física no tenía futuro.

Cuando Max Planck (1858-1947) entró en la universidad parecía que en la Física todo estaba descubierto. A finales del siglo XIX el movimiento, la materia, la energía, el calor, el electromagnetismo y la luz se entendían muy bien por separado, pero no tanto cuando se relacionaban. Por ejemplo, los físicos tenían problemas para explicar la forma en que los cuerpos calientes irradian energía.


El cuerpo humano emite radiación infrarroja, no está lo suficientemente caliente como para emitir luz visible; pero sí lo están el Sol o un clavo al rojo vivo. Si el clavo se calienta aún más, en su luz irá predominando el naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Esto no había manera de encajarlo con ninguna fórmula construida según las reglas de la Física clásica, así que a los 42 años Planck decidió saltarse esas normas y se sacó de la manga un número fijo, con 34 ceros a la izquierda, que introdujo entre las incógnitas de sus ecuaciones. En principio usó ese número diminuto sólo porque le permitía resolver el problema, pero meses después se dio cuenta de lo que significaba: la radiación no era un chorro continuo de energía, sino que la energía salía disparada en pequeñas porciones indivisibles, a las que llamó cuantos. Aquello le sonaba tan ridículo como si al pulsar una tecla de su órgano oyese un sonido intermitente, entrecortado.

Planck era un buen músico. Los conciertos que daba en su casa de Berlín servían de plácida reunión a consagrados científicos, teólogos, filósofos y lingüistas. Nada más lejos de su intención que poner ese mundillo intelectual patas arriba; y de hecho, él fue el primero en desconfiar de su teoría cuántica y trató por todos los medios de librarse de aquel número diminuto (de revolucionarias implicaciones), que hoy llamamos la constante de Planck. Pero no lo logró y su teoría cambió la Física para siempre, por lo que recibió el Nobel en 1918. Tampoco pudo parar a los nazis, que en los años 30 subieron al poder y también acabaron controlando y usando para sus intereses bélicos la Sociedad Germana de las Ciencias, presidida por Planck. Entonces él dimitió. Aguantó en Alemania hasta el final de la II Guerra Mundial, a pesar de que perdió todas sus notas científicas en un bombardeo y de que su hijo fue ejecutado, acusado de conspirar para asesinar a Hitler.




A pesar de la resistencia inicial, primero Einstein y luego muchos otros científicos adoptaron las ideas cuánticas de Planck para explicar que las ondas de luz a veces se comportan como un chorro de partículas y que los electrones que giran en los átomos son al mismo tiempo partículas y ondas; o para descubrir que hay más formas de conseguir luz que hacer fuego o calentar un metal. Los beneficios fueron enormes: el tubo fluorescente, el láser, la electrónica, …

Gracias a Planck y su teoría cuántica, la física ya se podía aplicar a lo infinitamente pequeño, pero a cambio se convirtió en algo que supera nuestra imaginación: un electrón ocupa al mismo tiempo todos los puntos de su órbita, puede saltar a otra órbita sin pasar por ningún punto intermedio y su trayectoria es impredecible, al contrario que la de un objeto en movimiento, como una bala. Al menos la física clásica seguía sirviendo para las cosas que vemos con nuestros propios ojos. Como dijo Bohr, el primero en usar la cuántica para describir el átomo: «Si nada de esto te parece chocante, es que no lo has entendido».