Querernos nos cura y nos hace felices...y es el mejor regalo que podemos hacerle a los demás...
Es hora de quererse…!!!
Quererse es una experiencia. Es sentir una emoción: amor por uno mismo. Y como toda experiencia real, sólo puede suceder en el momento presente. En este preciso instante, por ejemplo…
Miremos siempre hacia el cielo, hacia ese potencial ilimitado que es nuestro destino desarrollar.
Expandamos nuestra consciencia, abandonemos los apegos, amemos y amémonos sin condiciones…
Y un día ya muy próximo, seremos los primeros en sorprendernos al descubrir que finalmente aprendimos ese misterioso arte de volar.
En realidad, la mente no existe. La mente es sólo una apariencia. Y cuando profundizas en la mente, desaparece. Sólo existen los pensamientos moviéndose a tanta velocidad que te hacen pensar y sentir que allí hay algo que existe en todo momento. Un pensamiento llega, otro pensamiento llega, y otro y así sigue. La separación es tan pequeña que no puedes distinguir el espacio entre un pensamiento y otro. De este modo, los pensamientos se unen, se convierten en un continuo, y debido a esa continuidad crees que existe la mente. Existen pensamientos, pero no mente, de la misma forma que existen electrones, no materia. El pensamiento es el electrón de la mente. Es lo mismo que una multitud, ella existe en cierto sentido y no existe en otro, sólo existen individuos. Pero muchos individuos juntos dan la sensación de una cosa diferente, independiente: una multitud.
Los pensamientos son como las nubes, vienen y van, y tú eres el cielo. Cuando deja de haber mente inmediatamente te llega la percepción de que has dejado de estar inmerso en los pensamientos. Los pensamientos están ahí, pasando a través tuyo
como las nubes cruzan el cielo. Los pensamientos pasan a través tuyo, y son capaces de hacerlo porque tú eres un inmenso vacío.
La mente es la ausencia de tu presencia. Cuando te sientas en silencio, cuando observas profundamente a la mente, la mente simplemente desaparece. Quedan los pensamientos, existen, pero no puedes encontrar a la mente. Pero cuando la mente ha desaparecido, puedes ver que los pensamientos no son tuyos. Desde luego que vendrán y a veces se quedarán un rato contigo, y luego desaparecerán. Tú puedes convertirte en su lugar de descanso, pero ellos no son creados por ti. Ni un solo pensamiento surge de tu ser, siempre proceden del exterior. No te pertenecen, son sin hogar, sin raíces, pero a veces descansan en ti, eso es todo.
Los pensamientos son como una nube descansando sobre una colina. Entonces se van por si mismos, no has de hacer nada. Si simplemente observas, sin juzgar, criticar o comentar, obtienes el control.
OSHO
Copiado del sitio"Amarse a uno mismo".
Sean Benditos en Amor Incondicional desde la Vastedad del Uno.
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