del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros
La verdadera luz que hace posible la verdadera visión no es la luz que los ojos del cuerpo contemplan. Es un estado mental que se ha unificado en tal grado que la obscuridad no se puede percibir en absoluto. Y de esta manera, lo que es igual se ve como lo mismo, mientras que lo que es diferente ni se nota, pues no está ahí. Ésta es la luz en la que no se pueden ver opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar. Ésta es la luz que extiende tu paz interior hasta otras mentes, para compartirla y regocijarse de que todas ellas sean una contigo y una consigo mismas. Ésta es la luz que sana porque genera una sola percepción, basada en un solo marco de referencia, del que procede un solo significado. Ahí dar y recibir se ven como diferentes aspectos de un mismo Pensamiento, cuya verdad no depende de cuál de esos dos aspectos se vea primero, ni de cuál parezca estar en segundo lugar. Ahí se entiende que ambos ocurren simultáneamente, para que el Pensamiento conserve su integridad. Y este entendimiento es la base sobre la que se reconcilian todos los opuestos, ya que se perciben desde el mismo marco de referencia que unifica dicho Pensamiento. Un solo pensamiento, completamente unificado, servirá para unificar todos los pensamientos. Esto es lo mismo que decir que una sola corrección bastará para que todo quede corregido, o que perdonar a un solo hermano completamente es suficiente para brindarle la salvación a todas las mentes. Pues éstos son sólo algunos casos especiales de la ley que rige toda clase de aprendizaje, siempre que esté dirigido por Aquel que conoce la verdad. Aprender que dar es lo mismo que recibir tiene una utilidad especial, ya que se puede poner a prueba muy fácilmente y comprobar que es verdad. Y cuando con este caso especial se haya comprobado que en toda circunstancia en que se le ponga a prueba siempre da resultado, el pensamiento subyacente se puede entonces generalizar a otras áreas de duda y de doble visión. Y de ahí se expandirá hasta llegar finalmente al único Pensamiento subyacente a todos ellos. Hoy practicaremos con el caso especial de dar y recibir. Utilizaremos esta sencilla lección acerca de lo obvio porque produce resultados que no se nos pueden escapar. Dar es recibir. Hoy intentaremos ofrecerle paz a todo el mundo y ver cuán rápidamente retorna a nosotros. La luz es tranquilidad, y en esa paz se nos concede la visión, y entonces podemos ver. De este modo damos comienzo a nuestras sesiones de práctica con las instrucciones para hoy, y afirmamos:
Dar y recibir son en verdad lo mismo.
Recibiré lo que estoy dando ahora.
Le ofrezco sosiego a todo el mundo.
Le ofrezco paz interior a todo el mundo.
Le ofrezco ternura a todo el mundo.
Nuestra sencilla lección de hoy te enseñará mucho. De ahora en adelante entenderás mucho mejor el concepto de efecto y causa, y nuestro progreso será mucho más rápido. Piensa en los ejercicios de hoy como rápidos avances en tu aprendizaje, el cual se acelerará y consolidará cada vez que digas: "Dar y recibir son en verdad lo mismo" |
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