Durante generaciones y siglos hemos aprendido a sobrevivir…
Nos educaron época tras época a luchar, al trabajo duro, al esfuerzo. Se nos dijo que para sobrevivir teníamos que competir, teníamos que ser más y mejor que el otro, que era la manera de poder vivir.Nos enseñaron a no ser débiles y que sólo a través del sacrificio, de normas, de reglas establecidas era posible el crecimiento y la evolución.
No nos educaron a compartir, ni a ser útiles los unos a los otros a través del compañerismo y la diversidad. Nos dijeron que debíamos pelear por lo que queríamos, a sentir que las Diferencias eran sinónimo de inferioridad, de escasez, de abuso…, que lo desconocido era peligroso, que no podíamos adentrarnos en aquello que no conocíamos y que era distinto. Así hemos estado todo el tiempo desde que tenemos conocimiento del hombre actual…
Pero la Verdad Está mucho más allá de esto…, la verdad Es que de tanto sobrevivir no aprendimos a vivir…., sólo hemos aprendido a mantener el espacio de la supervivencia, el espacio de la guerra, la lucha, la rivalidad y la competencia. Con todo esto hemos creado caos, dolor, conflicto y sufrimiento, ha sido la única forma de sobrevivir. Esto no es vida…, no es realmente vivir, sino una batalla donde el más fuerte se come al más débil, sin compasión, compañerismo o igualdad.
Para empezar a Vivir…, debemos abandonar la lucha, el combate y la rivalidad, primero para con nosotros mismos, porque desde nuestro interior también hay la misma rivalidad y conflicto al querer parecernos a…, o hacer tal o cual cosa mejor que…, pretendemos siempre buscar reconocimiento externo, sin importar si compartimos gustos, ideas o habilidades, buscamos en lo conocido la justificación de lo que hacemos o no conocemos. Esto no es vivir, la vida debe ser siempre para con nosotros, para hacer, sentir y vivir según nuestro criterio interior, y el reconocimiento debemos buscarlo desde dentro y en el centro de lo que somos…
Vivir no debe ser pura lucha, pura supervivencia, sino que debe ser la manera más fácil de mantener nuestra paz, nuestra alegría, nuestra identidad, más allá de una personalidad auto-impuesta o impuesta para ser como…, y no destacar, desentonar o ser diferente. En la diferencia está el conocimiento, la sabiduría, el crecimiento y la evolución de una raza hermosa y grande como es la humanidad.
Vivir es dejar de luchar para amar a los demás y no amarte tu mismo…, vivir es estar más allá de las apariencias, de reglas que no compartes, vivir es no creer que los demás son mejores que tú, que tienen más suerte o que son más felices, porque tienen cosas que tu no o porque han conseguido cosas que tú no. Vivir es no creer lo que dicen los demás de ti, porque no conocen tu verdad, tu realidad o tu intención.
Vivir es estar más allá del dolor, del sufrimiento, de la lucha y del conflicto porque no te identificas con nada de estas cosas, tú estás más allá de esto. Vivir es no dar poder a nada que no venga de lo que tú eres más allá de la forma, vivir es no sentir más que tu corazón, tu latido, tus emociones más positivas y hermosas, es conocerte en cada recodo de tu cuerpo físico, mental y emocional, es no dar poder a ninguna enfermedad física o mental, porque tú eres el creador de tu realidad y vida.
Vivir es sentir la vida en cada criatura, en cada rincón, es ver la belleza, la perfección, la creación de todo lo que nos rodea y de todo aquello que sentimos pero que no podemos identificar y catalogar.
Vivir es no creer que la muerte tiene el poder, que sobrevivir es tu única opción y salida.
Aprender a vivir es desaparecer de la dualidad, es no pertenecer al mundo del conflicto, la guerra y el control. Aprender a vivir es cancelar cualquier historia propia…, es desaprender lo aprendido para aprender de nuevo, desde la inocencia de aquel que no conoce historia que lo limite, até o prive de su libertad de poder elegir cómo debe vivir.
Aprender a vivir es elegir vivir sin miedo, duda, control, límite o sufrimiento porque conoces que esta realidad sólo es una pequeñísima parte de lo que él Es en LA VERDAD...
Aprender a vivir es estar más allá del tiempo y el espacio, porque lo que él es, no conoce estos conceptos. Aprender a vivir es elegir aceptar cualquier circunstancia, hecho o suceso que nos suceda porque conoce que es para su mayor crecimiento y evolución, sin importar cualquier resultado, el no se identifica con ello, sólo lo vive…, deja que lo atraviese y después lo trasciende, lo deja ir sin apego.
Cuándo has aprendido a vivir…, haz desaparecido, haz cambiado la idea que tenías sobre ti, tu percepción sobre ti está más allá de la forma, de una identidad, de una idea, de un concepto. Ya no eres vulnerable, frágil, no te sientes indefenso ante la vida y el mundo, no eres desgraciado, no tienes dolor.
Entonces, conoces tu origen y sabes que no tienen final, el final es para esta forma, pero tu no eres ella, esto es sólo una milésima parte de tu Ser.
AUTORA: María José, redactora de la gran familia de hermandadbnaca.org
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