domingo, 24 de julio de 2016

NINGÚN ARQUETIPO PARA LAS RELACIONES ÍNTIMAS


www.thepresenceportal.com
Michael Brown ©
Traducido por Maribel González – marigo28@gmail.com


El primer paso que cualquier religión debe dar antes de ser capaz de ayudarnos a despertar a la verdad es reconocer que ha perdido su camino.

No hay fórmulas para la activación de la auténtica intimidad dentro de una relación entre dos seres humanos en este mundo. No hay arquetipo saludable para los amantes que apoye este aspecto de nuestra experiencia humana como un medio para despertar la conciencia vibracional. Todos los arquetipos de la Relación alimentados en nuestra conciencia se nos presentan por medio de la religión, los negocios y la política. Como tal, su agenda es la sedación y el control, no la liberación. Todo el mundo de un modo u otro busca una relación íntima física, mental, emocional y vibracional con otro ser humano, ya que es un rito de iniciación hacia el pleno despertar de la conciencia humana. Sin embargo, debido a que buscamos esta experiencia de acuerdo a los parámetros de nuestra programación colectiva pasada, únicamente encontramos fracaso, desengaño y continua decepción frustrante.

El primer paso necesario para auténticamente contraer una relación íntima con otro ser humano es hacerlo desde el punto de conciencia de que no tenemos ni idea de cómo lograr esto. Por lo tanto, sólo desde un punto de "no saber" es que podemos tener éxito en la manifestación de tal encuentro. Porque la auténtica intimidad no es nada como la experiencia de "enamorarse" que estamos programados a recrear inconscientemente, no podemos reconocerle. No debemos asumir que podemos identificar fácilmente lo que se ha perdido para la humanidad desde hace más de 2000 años.

Todos los libros sobre relaciones que se han escrito dándonos consejos sobre este tema, desde el Kama Sutra hasta nuestras publicaciones de hoy en día, están basando su sabiduría en un modelo que es inherentemente defectuoso. Debido a que no honran El Sendero de la Conciencia dentro del mecanismo de "relaciones amorosas", cada paso que demos en la experiencia usando su guía efectivamente sólo sirve para matar la relación; su enfoque para manifestar la auténtica intimidad por lo tanto sólo tiene éxito para ayudarnos a vendar metafóricamente un cadáver rígido.

Todos nos hemos programado para repetir el pasado. Por lo tanto, si buscamos la auténtica intimidad inconscientemente, automáticamente así lo hacemos intentando repetir "un programa". La auténtica intimidad no es "un programa".

La auténtica intimidad, al igual que la conciencia del momento presente, no tiene fórmulas, sino que es un estado de ser que existe dentro de cada momento, pero no está limitado por los parámetros en un momento dado.

Nuestras experiencias en todas nuestras relaciones pasadas siguen diciéndonos que lo que estamos tratando de hacer no funciona, sin embargo, permanecemos sordos a la voz de nuestras experiencias personales. Por alguna razón preferimos creer en la programación instalada en nuestro interior por nuestras religiones, políticos y negociosos más allá de lo que nuestra experiencia personal nos dice.

Constantemente contraemos relaciones basadas en las nociones preconcebidas que el mundo exterior nos alimenta. Como es de esperar, fallamos. Con aparentemente poca vacilación entonces repetimos este mismo patrón de experiencia. Esto es ilusorio.

Para entrar en cualquier experiencia auténtica, es necesario acoger nuestra experiencia personal como nuestro maestro y no lo que el mundo nos dice.

Si buscamos sinceramente esta extraordinaria experiencia con otro ser humano, es beneficioso tomar conciencia de cómo algunos de los aspectos culturales, como la religión, impactan nuestro enfoque de "amar" para no guiarnos inconscientemente de vuelta a una experiencia de impotencia inevitable. La mayoría de nosotros contraemos una relación íntima con otro ser humano basados en la programación que hemos recibido de las organizaciones religiosas conservadoras. Esto puede no ser evidente al principio, pero esto es sólo porque aún no comprendemos el impacto que la filosofía religiosa conservadora tiene en las relaciones íntimas en el "mundo moderno". Ni siquiera tenemos que adoptar un sistema de creencias religioso conservador para ser influenciados por estos sistemas de creencias; al resistir o rechazar reactivamente las ideas religiosas conservadoras inconscientemente estamos dándoles poder sobre nosotros de todos modos.

Defendernos de cualquier cosa es una forma de atacarle porque lo percibimos como algo real.

No hay necesidad de atacar o defendernos de las creencias religiosas conservadoras para percibir y reconocer el impacto que dichas organizaciones tienen en nuestras percepciones individuales. Con sólo observar los arquetipos que sutilmente arraigan dentro de nuestra psique, y luego los afectos que estos patrones energéticos tienen sobre nosotros, podemos percibir lo que ha ocurrido, sin tener que pensar en una carga emocional acerca de ello. La intención de dicha observación no es para manejar culpa, ya que no somos víctimas; sino que es para despertarnos de la programación religiosa generalizada que impregna cada aspecto de nuestro enfoque a la intimidad.

Tomar conciencia de las corrientes de tales condicionamientos también nos ayuda a comprender por qué volver a entrar en una experiencia de relación íntima fundada en estos programas religiosos limitados es inútil. Una vez que hemos reconocido algunos de los efectos de los condicionamientos religiosos arquetípicos en nuestra propia experiencia, en nuestro comportamiento hacia otro, y en nuestros "sueños y fantasías" en torno a las relaciones, podemos comenzar a liberar el dominio que este dogma tiene sobre nosotros. Entonces podemos abrir nuestra conciencia a una posibilidad de que puede haber otra forma de relacionarnos. ¿Tal vez nuestro enfoque entero de las relaciones es una quimera? La auténtica intimidad puede ser una experiencia tan extraña a nuestra conciencia que puede ser irreconocible incluso si se nos muestra. ¿Y si lo estamos entendiendo mal, al revés, o de manera invertida? "Estar equivocado" sobre lo que es la auténtica intimidad, es sólo un problema cuando no nos damos cuenta de que estamos equivocados. La conciencia es el antídoto para tal situación.

Nuestros padres no experimentaron la auténtica intimidad entre sí. Es posible que hayan experimentado momentos fugaces de ello antes de rendirse a y ahogarse en la programación de nuestra cultura. Nuestros sacerdotes, monjas, monjes, políticos, líderes de negocios, celebridades y héroes culturales no representan la autenticidad en la relación. Por lo tanto, no hay un ejemplo que podamos seguir sino los parámetros de nuestra propia experiencia. En otras palabras, nadie puede decirnos cómo lograr la auténtica intimidad, y si lo intentan, lo más probable es que sólo lo hagan para sedarnos y controlarnos.

¡Cómo se atreve alguien a decirnos cómo amar a otro ser humano!

La conciencia de que no hay un "método" o "sistema" específico que pueda despertar el amor entre dos seres humanos es un punto muy importante de comprensión al que llegar. Es uno que empieza a ocurrírsenos de una manera muy real cuando estamos dispuestos a comprometernos a una relación íntima auténtica con otro ser humano. Una vez que consciente y voluntariamente entramos en la experiencia de la intimidad entonces se vuelve claro como el agua que hemos saltado a "lo desconocido".

Para experimentar la auténtica intimidad tenemos que entrar a un lugar que nunca hemos ido. Esta difícil situación no cambia sin importar qué tan profundo nos fusionemos en dicha experiencia. Un encuentro con la auténtica intimidad es siempre nueva, completamente impredecible, y siempre cambiante.

Las organizaciones religiosas envían un golpe demoledor doble a la posibilidad de experimentar la auténtica intimidad:

Ellos evitan o disminuyen el papel de la intimidad entre los seres humanos dentro de la aventura hacia el logro de la realización de Dios retratando dicha experiencia como un obstáculo "pecaminoso" para nuestro desarrollo espiritual.

Ellos luego nos presentan arquetipos disfuncionales a los que inconscientemente nos sometemos como nuestra inspiración para los papeles que desempeñamos dentro de la experiencia que llamamos "una relación de amor".

Para ilustrar esto, examinemos brevemente este juego de influencia dentro del contexto del cristianismo conservador:

La disposición arquetípica principal que nos presenta el conservador sistema de creencias cristiano es un Salvador célibe, Jesús, que está estrechamente alineado con María, su Madre Virgen. Jesús el Salvador, al ser hombre, representa el cuerpo mental, el maestro. La Madre María, al ser "una madre y cuidadora ", representa el cuerpo físico o la naturaleza o materia. En este sentido, al presentarnos con esta disposición arquetípica, la iglesia está transmitiendo sutilmente el mensaje de que hemos de ser salvados por nuestro cuerpo mental (por nuestro pensamiento y análisis), y que hemos de recibir apoyo en este esfuerzo recurriendo al cuerpo físico (materia). El cuerpo emocional, al ser María Magdalena, no sólo ha sido eliminado de esta disposición, sino disminuido por completo en su ausencia llamándole "una prostituta". Por ello, el cuerpo emocional no cuenta en el mundo que se ve influenciado por el cristianismo conservador. De hecho, lo contrario entra en juego; es visto como "la fuente del pecado". Posteriormente:

Le tememos a nuestros propios sentimientos y hacemos lo que sea necesario para sedarlos y controlarlos.

Huimos de las percepciones del corazón y en su lugar nos perdemos en las experiencias externas mentales y físicas de este mundo.

No podemos percibir el punto causal de nuestros malestares y por lo tanto somos impotentes cuando se trata de restaurar la armonía a la calidad de nuestras experiencias.

El único arquetipo de la figura paterna dentro de esta disposición es José, padre de Jesús, un hombre que se cierne en el fondo y no parece tener un impacto real. El otro arquetipo paterno es Dios, que está más allá del alcance de cualquier mortal, a menos que escuchen y honren los dictados de la iglesia.

Estos arquetipos principales como expuestos por la iglesia no son apropiados; es su relación retratada entre sí lo que distorsiona la influencia que tienen sobre los creyentes y no creyentes por igual. Los arquetipos exteriores están diseñados para reflejar nuestros atributos internos y nos ayudan a integrar la plenitud de nuestro ser. Cuando nuestros atributos internos están equilibrados entre sí entramos en una experiencia de plenitud, que también se puede llamar "santidad". Sin embargo, cuando nos sometemos a arquetipos que están desequilibrados también reflejamos dicho estado. Con sólo desterrar a María Magdalena, por ejemplo, de su lugar de Gracia, nosotros que somos influenciados por el conservador bastón cristiano en el oeste quedamos varados en un estado de impotencia emocional, ignorancia, arrogancia e inautenticidad.

Examinemos brevemente cómo la imagen de un "Jesús célibe" (el hermano) emparejado con la Virgen María (la madre) y un ineficaz José (el padre), junto con la eliminación simultánea y degradante de María Magdalena (la hermana), impacta destructivamente nuestra intención de contraer una "relación amorosa" con otro ser humano:

Porque no hay una figura paterna prominente en esta disposición arquetípica los hombres criados dentro de esta perspectiva cristiana no tienen ni idea de cómo ser padres auténticos para sus hijos, aparte de ser distantes; estar en todas partes pero en ninguna parte, al igual que Dios. O si no se vuelven como José - una figura paterna aparentemente no participativa, ineficaz - nadie de importancia, jugueteando en un taller haciendo y arreglando cosas.

Los hombres que buscan un modelo positivo religioso a imitar aspiran a convertirse en "un Salvador tipo Jesús" tal como es representado por la iglesia. O bien si rechazan esta imagen se convierten reactivamente en "un demonio destructivo". Ni el acto de convertirse en el arquetipo de Jesús tal como es representado por el cristianismo conservador o reaccionar a ello convirtiéndose en "un anticristo" puede llevar a un hombre a la autenticidad, la madurez emocional, o la intimidad. Ser "bueno" o "malo" son ambos patrones de comportamiento reactivos y todo comportamiento reactivo es inauténtico, inmaduro e impide la intimidad.

Debido a que el cuerpo emocional se omite de esta disposición arquetípica, y cuando se reconoce, degradantemente visto como una prostituta, los hombres se apartan de cualquier cosa "emocional" en su interior. Cuanto más grandes y más valientes se muestran, más aterrorizados están de su propio corazón. Por lo tanto, no crecen emocionalmente y en este sentido siguen siendo niños a pesar de su estatura física o mental. A causa de esto nuestro mundo está dirigido por niños para la gratificación de los niños.

Para compensar esta insuficiencia emocional estos hombres-niño recurren a la falsa valentía, el comportamiento machista, la fantasía del héroe del deporte, y un deseo de controlar y acabar con cualquier cosa que tenga un contenido emocional. Un miedo tan profundo se ha inculcado en los hombres sobre el cuerpo emocional que los que sucumben a este miedo recurren al menosprecio, palizas, violaciones, y abusándole cada vez que perciben su reflejo en su mundo. Por ello, el lugar más peligroso para muchas mujeres en este planeta es estar sola en casa con el hombre que se casó.

Debido a que el arquetipo de Jesús es mostrado como sexualmente impotente, hasta el punto de ser completamente castrado de cualquier sexualidad sana, los hombres-niño recurren a objetos externos para reemplazar el papel enérgico de sus penes. Acumulan autos grandes, armas grandes, casas grandes, grandes corporaciones, cigarros grandes, y grandes reputaciones, hasta el punto de tratar de conquistar países enteros sólo para sentirse sexualmente adecuados.

A pesar de que todos los hombres se sienten atraídos por una María Magdalena, una vez que han entrado en una relación con una, automáticamente le proponen matrimonio y la convierten en una Madre Virgen. Posteriormente pierden toda atracción sexual por su compañera. ¿Quién quiere dormir con su madre? Una vez que esta aniquilación de la Magdalena se produce inmediatamente empiezan a buscar otro encuentro con María Magdalena fuera de su relación.

Debido a que los hombres dentro de esta influencia arquetípica son incapaces de dejar energéticamente una relación con su madre biológica (porque convierten a sus esposas en sus madres) nunca pueden comprometerse auténticamente a y entrar en las profundidades sensuales de una relación con una verdadera María Magdalena. Son por lo tanto, privados de la experiencia de la auténtica intimidad. Cuando se trata de acercarse a la experiencia de la auténtica intimidad la mayoría de los hombres todavía están en el kínder.

Debido a que los hombres no tienen ningún ejemplo arquetípico que les muestre la manera de distanciarse de una manera saludable de la energía maternal de su infancia no aprenden a nutrirse. Esto se traduce en no poder disfrutar de lavar su propia ropa, lavar los platos, limpiar su espacio de la casa, hacer su planchado, o ser capaces de cocinar y hacer compras de manera competente. Quieren que "mamá" se los haga. Un comportamiento de cuidado en la mayoría de los hombres expuestos a estos arquetipos sólo se cultiva reactivamente como un medio para crear una impresión o para atraer a su pareja. No se inicia por propio amor. Los hombres dentro de esta influencia ortodoxa por lo general se comportan como si "Jesús tuviera una sirvienta".

La Virgen Madre no está destinada a ser un arquetipo para las mujeres; es un arquetipo que representa la tierra, la naturaleza, el plano material, y su capacidad para nutrir la conciencia en su viaje por la materia a la plena conciencia vibracional. Ninguna mujer puede llegar a ser "La Madre", y por lo tanto al tener este arquetipo como modelo para la mujer el cristianismo conservador conduce por mal camino a todas las mujeres; las mujeres dentro de esta influencia arquetípica erróneamente tratan de ser Madres Vírgenes en lugar de María Magdalenas. Por lo tanto todas las mujeres dentro de esta influencia "fallan en convertirse en".

El arquetipo auténtico para la mujer en este mundo es María Magdalena sentada con Jesús como su absoluta igual, con su papel, de acuerdo con El Sendero de la Conciencia, siendo el punto causal de toda la energía fluyendo a través de su "relación de amor". Debido a que María Magdalena se omite de esta relación y se juzga una prostituta, así es como la mujer es posteriormente percibida, tratada y descrita en este planeta. Las mujeres no tienen ningún papel en el mundo cristiano conservador, aparte de ser Madres Vírgenes o prostitutas. La mayoría de las mujeres se comportan en consecuencia.

Todas las mujeres naturalmente aspiran a ser una María Magdalena, pero terminan dejándose transformar en una Madre Virgen. Entonces muestran su afecto por los hombres que se sienten atraídas tratándolos maternalmente. Esto apoya inconscientemente la incapacidad de un hombre para "dejar el hogar" emocionalmente o crecer. Luego amargamente se vuelven contra estos hombres-niño por "no crecer" y se topan con la frustración del hombre-niño por no ser capaz de hacerlo. Esto da lugar a disputas y amargura en un extremo, y maltrato de esposa/esposo en otro. Cuando un hombre mata a su mujer está tratando de asesinar metafóricamente la influencia limitante de su madre para poder crecer y convertirse en un digno compañero de María Magdalena. Cuando una mujer mata a su marido ella está tratando de liberarse de su hijo para poder escapar de la prisión imposiblemente limitante de percepción de ser "la madre" y entrar en su destino como una María Magdalena para un hombre espiritualmente maduro.

La mujer, al ver que no tiene ningún papel en un mundo distorsionado, aparte de ser Madres Vírgenes o prostitutas, reacciona neciamente y desesperadamente buscando "la igualdad con el hombre". Sin embargo, los hombres que aún tratan de emular son emocionalmente hombres- niños que controlan y sedan sus ambientes con el fin de demostrar que realmente tienen penes funcionales. Por lo tanto, en un intento por encontrar un lugar en el mundo, las mujeres erróneamente empiezan a comportarse como si ellas también tuvieran penes disfuncionales y se convierten en hombres-niños en vestidos.

Debido a que el cuerpo emocional no está incluido dentro de esta disposición conservadora arquetípica cristiana, por lo tanto no puede ser conocido o reconocido como el punto causal del flujo de energía de lo vibracional a este mundo. En consecuencia, en lugar de ser la fuente de todo conocimiento dentro de sus relaciones amorosas con los hombres, las mujeres se dejan controlar, dictar y oprimir por ellos.

La mayoría de hombres y mujeres en el "mundo occidental" obedientemente se someten a las circunstancias físicas, mentales, emocionales, vibracionales que estos arquetipos religiosos consideran apropiadas sin siquiera ser conscientes de la prisión perceptual en la que están inconscientemente confinados.

Bajo estas circunstancias, en las que los hombres andan por ahí agitando sus penes en el aire en un intento por "sentir" algo, y en que las mujeres se comportan como Madres Vírgenes para tratar de y suprimir toda noción de sentir, hay poca o ninguna posibilidad de contraer en una relación auténtica e íntima con otro.

Aun cuando creemos que de alguna manera estamos por encima del impacto de este condicionamiento arquetípico, no lo estamos. El mundo "moderno" (o libre) entero funciona inconscientemente en este esquema arquetípico:

Todo lo que nos hacen creer sobre "enamorarse" se somete a este anteproyecto; el "enamorarse" es un punto de entrada a la matriz de este programa.

Todo acerca de las citas como le conocemos, está influenciado por este anteproyecto; "el juego de citas" como lo jugamos hoy en día es un entorno orquestado que tiende la trampa de la institución llamada "matrimonio".

Cada película famosa, programa de televisión, y novela best-seller sobre "enamorarse" está funcionando desde este anteproyecto; estas representaciones sirven para apoyar el cuento de hadas - el famoso final feliz falso llamado "matrimonio".

La institución del matrimonio como le conocemos y acogemos es un instrumento de este anteproyecto; el momento en que nos creemos el programa del matrimonio podemos ser física, mental, emocional y vibratoriamente dirigidos hasta el punto de que nos convertimos en carne de cañón para las agendas de la política, la religión, y el comercio.

La auténtica intimidad no tiene nada que ver con el matrimonio, el matrimonio está diseñado para destruir la posibilidad de tal experiencia, de modo que inconscientemente recurrimos a las fuerzas en la política, la religión y el comercio para que nos traiga el gozo y el éxtasis que se supone que debemos encontrar entre sí.

Si seguimos contrayendo relaciones con estas imágenes arquetípicas distorsionadas como nuestra guía;

O bien nos dirigimos hacia el matrimonio, o nos dirigimos al monasterio; o terminamos viviendo juntos en silenciosa desesperación, o solos en silenciosa desesperación.

Contraemos relación tras relación tratando de hacer algo que es inherentemente trabajo interrumpido, o nos damos por vencidos y cerramos nuestro corazón a tal esfuerzo.

Nos casamos, atrapados por esta institución, y luego nos distraemos con el trabajo, el golf, los niños y los asuntos, o nos divorciamos y volvemos a intentarlo.

Nos unimos a un camino espiritual célibe.  

A la auténtica intimidad siempre la cierra la religión, los negocios y la política; su objetivo es llenar el vacío creado por la incapacidad de experimentar el amor verdadero. Debido a este vacío buscamos una experiencia ilusoria llamada "iluminación" en lugar de intimidad y, posteriormente, encontramos decepción, desilusión, depresión y desesperación. El camino hacia la auténtica intimidad no puede ser pisoteado por lo que sabemos acerca de las relaciones y por lo que hemos sido programados a recrear. A menos que estemos dispuestos a dejar de lado todo lo que hemos sido llevados a creer y en su lugar poner toda nuestra confianza en que la experiencia personal sea nuestro maestro, no vamos a encontrar nuestro camino hacia la verdadera intimidad.

Dios es amor y el amor es Dios.

Cuando tratamos de contraer una auténtica relación amorosa con otro ser humano estamos buscamos una experiencia íntima con Dios en lo físico. Estamos buscando amor; estamos buscando un amor que puede ser anclado en lo físico pero que también nos empodera para despertar a lo vibracional. La religión mata el amor, sustituyendo "el amante" por "un sacerdote". La política sustenta la religión y los negocios sustentan la política. La religión, la política y los negocios son la trinidad del miedo y la ignorancia en la tierra. El amor no puede dar fruto en un jardín plantado con semillas de miedo. Creer que es así es ilusorio.

La religión como la conocemos hoy en día es la serpiente que se arrastró en el Jardín del Edén y trajo desequilibrio a la relación divina entre un humano y otro. Convirtió a los hombres en impotentes y a las mujeres en incompetentes predicando el conocimiento del bien y del mal. La religión organizada es "la serpiente" oculta debajo de una túnica de apariencias santas. No se crean una sola palabra que cualquier religión organizada predica si realmente buscan degustar el amor tan delicioso como una manzana madura y jugosa.

La pregunta es: ¿Tenemos el coraje de patear todo el porno-show de romance falso y entrar en la búsqueda de experimentar la auténtica intimidad? Ya sabemos hacia donde nos lleva este familiar anteproyecto religioso de "romance permitido"; definitivamente no al amor. Nunca al amor. Por lo tanto nunca a Dios. Los verdaderos buscadores de un encuentro amoroso e íntimo sabrán esto al igual que lo hacen los verdaderos buscadores de la realización de Dios.

Tratar de hacer las paces con nuestra familia cuando estamos en guerra dentro de nosotros mismos es inútil e inauténtico. Tratar de contraer una relación íntima consciente con otro ser humano, cuando todavía no se siente paz hacia nuestra propia familia es inútil e inauténtico. Tratar de contraer una relación íntima con lo que Dios es para nosotros cuando todavía no hemos hecho las paces con nosotros mismos, con nuestra familia, o aun así haber contraído una auténtica relación íntima con otro ser humano, es simplemente arrogante. El camino es claro para todos los que pueden ver:

Primero hemos de lograr la intimidad dentro de nosotros mismos.

Entonces hemos de lograr la paz hacia nuestra familia.

Entonces contraemos una relación íntima consciente con otro ser humano.

Sólo entonces nos acercamos a una relación íntima con Dios.

No creas lo que se te ha dicho sobre el amor o Dios si realmente quieres saber.

Entra a tu propia experiencia, deja que abra el camino y confía en lo que te dice.

Dios está en nuestra experiencia y nuestra experiencia está en Dios.


 

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Traducido por Maribel González – marigo28@gmail.com

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