En estos tiempos de Géminis donde celebramos el Gran Festival de Cristo que es también el Festival de la Humanidad, unamos nuestras mentes y nuestros corazones para elevarnos y elevar.
¿Cómo cambiar, como trabajar para que las condiciones cambien? Nosotros los servidores mundiales, los que libre, consciente y voluntariamente hemos elegido servir, los que hemos comprendido cuanta verdad encierra la frase del filósofo y poeta Rabindranath Tagore “Yo dormía y creía que la vida era alegría, desperté y vi que era servicio. Serví y vi que el servicio es alegría”, tenemos, en estos tiempos, nuestra gran oportunidad.
Nuestra gran oportunidad es trabajar para que se precipiten en la vida de todos los días, los principios y las leyes que el Maestro Tibetano nos enseñó van a ser los grandes pilares para la construcción de una Cultura de Paz, de una Nueva Civilización, de un espacio donde el Reino de las Almas, lo más bello, verdadero y bueno se puedan expresar.
El principio de Buena Voluntad está grabado en forma indeleble en el corazón humano, pero algunas veces, las experiencias de vida de las personas, no han facilitado que se exprese en la vida de las formas. Nosotros podemos ayudar a que ese principio se manifieste con acciones externar y internas. Externamente expresar en todo momento nuestra Buena Voluntad para que otros se sientan inspirados. Destacar y comentar los actos de Buena Voluntad dondequiera que los veamos. Comunicar todas las iniciativas de Buena Voluntad que conozcamos y ser comunicadores de Buenas Nuevas. En lo interno, las meditaciones con visualizaciones creativas son poderosas y mucho más poderosas cuando más personas se unan a la iniciativa. Una de esas iniciativas es la Plegaria por la Paz Mundial que hacemos los domingos por iniciativa del Maestro K P Kumar.
Cada vez que, como indica una de las estrofas de La Gran Invocación, “el espíritu de colaboración una a los humanos de buena voluntad, dondequiera que se encuentren” estamos construyendo una Nueva Humanidad y colaborando con el Plan de Cristo, Maitreya sobre la Tierra.
Marta N. Paillet
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