viernes, 27 de mayo de 2016

La falta de confianza... Cómo aumentar la confianza en uno




La confianza en uno mismo tiene que ver con la seguridad que tiene una persona en su capacidad para hacer algo, sus habilidades, conocimientos y destrezas.

Es normal que una persona dude de su capacidad para hacer cosas para las que no está bien preparada o no tiene los conocimientos necesarios. Sin embargo, algunas personas dudan de sí mismas incluso aunque tengan las habilidades y conocimientos necesarios y sean perfectamente capaces de hacerlo bien y esto les impide hacer cosas que desearían hacer o avanzar en el trabajo y hace sus vidas más insatisfactorias.

Hay que tener en cuenta que la confianza en uno mismo no necesariamente implica creer que puedes tener éxito en cualquier cosa que hagas. Por ejemplo, puedes pensar que no se te da bien jugar al tenis y a pesar de eso sentir la suficiente confianza como para jugar un partido contra alguien que sabes que es superior a ti, porque realmente no te importa perder o ganar, sino tan solo pasar un buen rato.

Por este motivo, la falta de confianza sucede especialmente cuando una persona pone demasiado énfasis en el resultado. Es decir, si no te crees capaz de hacer algo y, al mismo tiempo, piensas que si lo haces mal habrá consecuencias horribles (harás el ridículo, se reirán de ti, etc.), entonces es cuando aparecerá esa falta de confianza que te impedirá intentarlo.

Las personas con confianza
Las personas que confían en sí mismas no temen el fracaso y se centran más en el proceso que en el resultado, en el momento presente y en disfrutar de lo que hacen. Utilizan la experiencia como una oportunidad para aprender y mejorar sus habilidades.

Estas personas confían en su capacidad, tienen expectativas realistas e incluso cuando no alcanzan sus metas continúan teniendo un estado de ánimo positivo y se aceptan a sí mismas.

Las personas con falta de confianza
Las personas con falta de confianza dependen demasiado de la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismas, temen el fracaso y evitan asumir riesgos. Esperan más el fracaso que el éxito.

Estas personas no solo se centran más en los resultados y esperan más consecuencias negativas, sino que además tienden a subestimar sus capacidades, creyéndose realmente más incompetentes de lo que son, incluso aunque tengan un alto grado de competencia en dicha tarea. No obstante, ambos aspectos están relacionados, puesto que si pones demasiado énfasis en los resultados, en hacerlo bien y en quedar bien ante los demás, entonces habrá muchas más posibilidades de que te parezca que nunca estás lo bastante preparado, debido a que te estás exigiendo una perfección muy elevada, tal vez demasiado elevada como para poderla alcanzar.

En resumen. La falta de confianza puede deberse a:
  • Exceso de énfasis en el resultado.
  • Una evaluación no realista de tus capacidades (te crees menos competente de lo que eres).
  • Eres demasiado perfeccionista y te exiges un rendimiento tan alto que nunca estás a la altura.

Qué puedes hacer para aumentar la confianza
  • Conoce bien tus capacidades y sé realista. Pregunta a los demás hasta qué punto te creen capaz de hacer algo; pueden ser más realistas que tú a la hora de evaluarte.
  • Olvida los resultados y céntrate en el proceso, en el momento presente. Piensa que cualquier cosa que hagas es una oportunidad para aprender.
  • Proponte hacerlo simplemente bien, no perfecto.
  • Trata de divertirte haciendo la tarea que tengas entre manos.
  • Hazlo con midfulness. Es decir, céntrate exclusivamente en lo que estás haciendo en cada instante y olvídate del siguiente instante, de todo lo demás y de la gente a tu alrededor; olvídate de ti mismo, no observes ni juzgues tu rendimiento, tan solo hazlo.
  • Hazlo desde dentro no desde fuera: hacer algo desde fuera significa hacerlo como si una parte de ti estuviera fuera de tu cuerpo, observándote, juzgándote, evaluándote y criticándote. Cuando lo haces desde dentro nada de eso existe, ni siquiera tú, porque te concentras tanto en la tarea que realizas que te olvidas incluso de ti mismo.
 
 Por Ana Muñoz

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