del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros
¿Qué es lo que mantiene al mundo prisionero sino tus propias creencias? ¿Y qué puede salvar al mundo excepto tu propio Ser? El poder de las creencias es ciertamente formidable. Los pensamientos que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad. Los locos creen que el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. No se les puede persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. Sólo cuando se pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la esperanza de libertad. La salvación, no obstante, puede alcanzarse fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al hacerlo todos sus pensamientos cambian también. Ahora la fuente de los pensamientos ha cambiado, pues cambiar de mentalidad significa que has efectuado un cambio en la fuente de todas las ideas que tienes ahora, que jamás hayas tenido o que algún día puedas tener. Liberas al pasado de todo lo que antes pensabas Liberas al futuro de todas tus viejas ideas de ir en busca de lo que realmente no deseas encontrar. El único tiempo que queda ahora es el presente. Aquí, en el presente, es donde el mundo queda liberado. Pues al dejar que el pasado quede cancelado y al liberar el futuro de tus viejos temores, encuentras escape y se lo ofreces al mundo. Has esclavizado al mundo con todos tus temores, dudas y aflicciones, con todo tu dolor y todas tus lágrimas; y todas tus penas lo oprimen y lo mantienen prisionero de tus creencias. La muerte lo azota por doquier porque albergas en tu mente amargos pensamientos de muerte. El mundo en sí no es nada. Tu mente tiene que darle significado. y lo que contemplas en él es la representación de tus deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales. Tal vez pienses que no fuiste tú quien construyó este mundo, sino que viniste en contra de tu voluntad a lo que ya estaba hecho, un mundo que no estaba precisamente esperando a que tus pensamientos le confiriesen significado. Pero la verdad es que encontraste exactamente lo que andabas buscando cuando viniste. No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. Las ideas no abandonan su fuente. Esta idea central se menciona con frecuencia en el texto, y debes tenerla presente si quieres entender la lección de hoy. No es el orgullo el que te dice que fuiste tú quien construyó el mundo que ves y que ese mundo cambia según tú cambias de mentalidad. Pero si es el orgullo el que sostiene que has venido a un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. ¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita a sí mismo ser guiado. Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez retrocederá un poco para luego regresar de nuevo. Mas la curación es el regalo que se les hace a aquellos que están listos para aprender que el mundo no existe y que pueden aceptar esta lección ahora. El hecho de que estén listos hará que la lección les llegue en una forma que ellos puedan entender y reconocer. Algunos la entienden de súbito al borde de la muerte y se levantan para enseñarla. Otros la encuentran en una experiencia que no es de este mundo, lo cual les demuestra que el mundo no existe porque lo que contemplan tiene que ser la verdad a pesar de que contradice claramente al mundo. Y algunos la encontrarán en este curso y en los ejercicios que hoy llevaremos a cabo. La idea de hoy es verdad porque el mundo no existe. Y si en verdad éste no es más que un producto de tu imaginación, puedes entonces liberarlo de todo lo que jamás pensaste que era, cambiando simplemente todos aquellos pensamientos que le daban su apariencia. Los enfermos se curan a medida que abandonas todo pensamiento de enfermedad, y los muertos resucitan cuando permites que los pensamientos de vida reemplacen a todos los pensamientos de muerte que jamás albergaste. Ahora tenemos que subrayar nuevamente una lección que ya se ha mencionado antes, pues contiene los sólidos cimientos de la idea de hoy. No hay lugar en el que puedas sufrir, ni tiempo que pueda alterar tu eterna condición. Eres tal como Dios te creó. ¿Cómo iba a poder existir un mundo de espacio y tiempo, si tú sigues siendo tal como Dios te creó? ¿Qué es la lección de hoy sino otra manera de decir que conocer tu Ser es la salvación del mundo? Liberar al mundo de toda clase de dolor no es otra cosa que cambiar de mentalidad con respecto a ti mismo. El mundo no existe aparte de tus ideas porque las ideas no abandonan su fuente, y tú mantienes el mundo intacto en tu mente mediante tus pensamientos. Mas si tú eres tal como Dios te creó, no puedes pensar estando separado de Él, ni fabricar lo que no comparte Su intemporalidad y Su Amor. ¿Son acaso éstos inherentes al mundo que ves? ¿Crea acaso este mundo tal como Él lo hace? A menos que lo haga, no puede ser real ni tiene existencia alguna. Si tú eres real, el mundo que ves es falso, pues la creación de Dios es diferente del mundo desde cualquier punto de vista. Y así como fue Su Pensamiento el que te creó, así también son tus pensamientos los que dieron lugar al mundo y los que tienen que liberarlo para que puedas conocer los Pensamientos que compartes con Dios. ¡Libera al mundo! Tus verdaderas creaciones están esperando a que lo liberes para concederte la paternidad; y no una paternidad de ilusiones, sino una de verdad como la de Dios. Dios comparte Su Paternidad contigo que eres Su Hijo, pues Él no hace distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. Lo que Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado. El mundo no existe porque es un pensamiento separado de Dios, concebido para separar al Padre del Hijo y aislar una parte de Dios Mismo, destruyendo de esta manera Su Plenitud. ¿Podría acaso ser real un mundo que emana de esta idea? ¿Dónde se le podría encontrar? Niega las ilusiones, pero acepta la verdad. Niega que seas una sombra superpuesta brevemente sobre un mundo moribundo. Libera a tu mente, y contemplarás un mundo liberado. Nuestro propósito hoy es liberar al mundo de todos los pensamientos vanos que jamás hayamos tenido acerca de él y acerca de todos los seres vivientes que vemos en él. No pueden estar ahí, con todos ni nosotros tampoco. Pues nos encontramos, junto ellos, en la morada que nuestro Padre creó para nosotros. Y nosotros, que seguimos siendo tal como Él nos creó queremos liberar hoy al mundo de cada una de nuestras ilusiones para así poder ser libres. Comienza cada una de las dos sesiones de quince minutos de práctica de hoy con lo siguiente:
Yo que sigo siendo tal como Dios me creó quiero liberar al mundo de todo lo que jamás pensé que era.
Pues yo soy real porque el mundo no lo es. Y quiero conocer mi propia realidad.
No es necesario que te des cuenta de que cuando envías estos pensamientos para bendecir al mundo, la curación les llega a muchos de tus hermanos en remotos lugares del mundo, así como a aquellos que ves a tu alrededor. Y te percatarás de tu propia liberación, aunque tal vez aún no comprendas del todo que nunca habrías podido liberarte solo. Haz que la liberación que a lo largo del día, envías a todo el mundo mediante tus ideas sea cada vez mayor, y siempre que sientas la tentación de negar el poder de este simple cambio de mentalidad, di:
Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era, y en lugar de ello elijo mi propia realidad.
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