Todos nosotros tenemos capacidades que se halla sin explotar, según el especialista Robert K. Cooper, el 90% de nuestras capacidad estan por descubrir. Robert K.Cooper nos da las llaves para despertar estas cualidades escondidas.
Según el autor hay cuatro dominios a los que debemos atender si queremos aprender a aprovechar al máximo toda nuestra capacidad y potencial latente. Ellos son el dominio de la confianza, la energía, la visión a largo plazo y el temple.
El primer dominio: La confianza
Para fortalecer la confianza es necesario construir y mantener excelentes relaciones con nosotros mismos y con los demás. Para ello el autor recomienda:
1.- Mantener viva nuestra originalidad
Nuestra originalidad es la fuente principal de nuestra vitalidad e iniciativa. Si queremos aprovechar nuestras capacidades al máximo debemos mantener vivo aquello que nos hace únicos. Es necesario instalar mecanismos que nos ayuden a sobresalir entre la multitud y a dar lo mejor de nosotros, que sirvan para vencer nuestra resistencia natural al crecimiento y al cambio. Según el autor es esencial preguntarnos con regularidad ¿Qué fue lo más excepcional que hice esta semana? O ¿qué será lo más excepcional que haré la próxima? O ¿cómo contribuí a mejorar la vida de quienes me rodean o el mundo, en general? Para Robert Cooper aunque soñemos con nuestro futuro en imágenes maravillosas, son las acciones prácticas y cotidianas las que conforman nuestra vida.
2.- Utilizar nuestros tres cerebros
Las últimas investigaciones han demostrado que además del cerebro existen otros dos importantes redes neurológicas, una alojada dentro del tracto intestinal, conocido como el sistema nervioso entérico y otra en el corazón. Independientemente de que podamos reconocer o no las reacciones provenientes de ellas, tienen funciones específicas y moldean todo lo que hacemos, todo el tiempo. Nuestra efectividad depende de que podamos tomar decisiones o resolver problemas haciendo uso no sólo del “cerebro” de la cabeza sino con la participación activa de los “cerebros” de las entrañas y el corazón. El autor nos sugiere en el libro algunas de las recetas para emplear efectivamente este sistema tripartito.
3.- No competir
La competencia de suma cero - aquella en la que alguien tiene que perder para que otro pueda ganar- tiende a minar lo mejor que hay en nosotros, inhibiendo el aprendizaje y la creatividad. Las personas que más se destacan en todos los campos se concentran en superar su propio récord y batir la mejor marca que ellos mismos han obtenido. Con frecuencia la competitividad revela el deseo de no querer cambiar o dar más de nosotros mismos y a cambio gastamos energía comparándonos con los demás y tratando de vencerlos.
4.- Conocer nuestros valores.
Cuando nuestros valores individuales no concuerdan con la vida que estamos llevando o con la dirección en la que estamos yendo, retenemos lo mejor que hay en nosotros y nos sentimos vacíos o estresados. Debemos poder reconocer al menos cuáles son los cin co valores que mejor nos describen. Tener claridad con respecto a nuestros valores es la puerta que conduce al compromiso y la iniciativa. También conocer y explorar los valores de aquellas personas que son importantes en nuestra vida y en nuestro trabajo nos ayuda a aclarar lo que de verdad es importante para los demás y a poder comprender sus acciones y motivaciones.
5.- Atreverse a confiar
Según Cooper la confianza es una fortaleza emocional que debemos proyectar en los demás y que se basa en la existencia de un propósito y del sentimiento de la propia valía. Confiamos en los demás cuando sentimos por un lado, que nos comprenden y saben quiénes somos realmente y qué es importante para nosotros y para el otro, cuan do sentimos que se preocupan por nosotros y tienen en cuenta nuestras necesidades, intereses y deseos a la hora de tomar decisiones. Para enriquecer nuestras relaciones con los demás debemos estar atentos a observar qué es lo verdadera mente importante para ellos, demostrar que los valoramos, y mostrar interés en sus intereses.
6.- Reconocer la grandeza de los demás.
En el interior de todos los seres humanos hay grandeza. ¿Cuál es el precio que pagamos por no reconocerla? Los que buscan esa grandeza en los demás y la honran, están creciendo. Podemos hacer varias cosas para obtener el respeto que merecemos y demostrar respeto a los demás. - Pedir reconocimiento con claridad y respeto. - Reconocer el aporte de cada persona de manera sincera y personalizada. - Hacer, siempre que podamos, contacto visual con los demás. - Utilizar, siempre que sea posible, los nombres de pila de las personas. - Al hacer un pedido, explicar al otro por qué lo hemos elegido a él. - Enviar con frecuencia notas de agradecimiento y /o reconocimiento.
El segundo dominio: La energía
1.- Administrar nuestra energía. Administrar nuestra energía nos permite incrementar nuestra calma y aumentar nuestra efectividad bajo presión. Cuando mantenemos alta nuestra energía y simplificamos nuestros esfuerzos, tenemos máximo acceso a nuestras capacidades y potencial. Existen en las personas dos estados energéticos básicos: el de energía tensa y el de energía tranquila. El primero es un estado inducido por el estrés, caracterizado por elevada tensión muscular y una sensación casi placentera de productividad. El estado de energía tranquila, se caracteriza por la baja tensión muscular, un estado mental más alerta y optimista, sensaciones corporales agradables de vigor y bienestar físico. Es un estado crucial para obtener el máximo rendimiento. La energía tranquila nos permite concentrarnos en lo que es importante e impide que nos desgastemos con los detalles. La energía tensa nos hace exagerar los aspectos negativos, creciendo las frustraciones en detrimento de la creatividad y el vigor. Para aumentar el nivel de energía tranquila y poder lograr más con menos tensión, es preciso mejorar nuestra capacidad de auto-observarnos. El autor recomienda una serie de ejercicios prácticos que van desde diseñar lo que él llama un programa de descansos breves y «pausas estratégicas» a lo largo de nuestra jornada de trabajo, como así también acciones concretas vinculadas a factores tales como la respiración, el uso de la luz, la postura corporal, la ingesta de agua, el uso del humor, la alimentación, etc.
2.- Agregar pasión
La pasión es una fuerza que mueve el corazón y el alma y que compromete nuestro entusiasmo en actividades que son importantes para nosotros y que redundan en felicidad interior. No hay nada tan efectivo para sacar a flote nuestras cualidades ocultas como la pasión. Para ello Robert Cooper recomienda descubrir qué tipo de actividades, sueños o intereses se hallan vinculados con nuestra pasión y comenzar a darle un lugar cada vez más preponderante en nuestra vida, aún en medio del ajetreo cotidiano.
3.- Usar nuestros talentos naturales
Para el autor, la creencia de que podemos llegar a ser lo que queramos es una creencia equivocada, pero él dice que lo que sí podemos hacer es descubrir y aplicar nuestros talentos a la vida cotidiana y no dejar de desarrollar las fortalezas que hacen de cada uno de nosotros un ser único. Los talentos son patrones instintivos y naturales de pensamiento, sentimiento o comportamiento que se consolidan gracias a los nuevos conocimientos, habilidades y experiencias. Para saber cuáles son nuestros talentos y fortalezas es necesario aumentar la conciencia de sí mismo y observarse minuciosamente. En lugar de dedicar todo nuestro tiempo, energía y es fuerzo en tratar de convertir nuestras deficiencias en fortalezas debemos buscar la manera de utilizar nuestros talentos y fortalezas al máximo, durante el mayor tiempo posible.
4.- Comprometernos a hacer
Cuando más capacidad creamos tener para mejorar el mundo, y marcar una diferencia con nuestro esfuerzo, más obligados estamos a hacerlo. Para el autor es importante comprometernos a hacer las cosas, cumplir con nuestras promesas y asumir la responsabilidad de nuestros compromisos y nuestras acciones aún cuando no podamos controlar los resultados. De esta manera demostramos quiénes somos y nos ganamos la confianza y la lealtad de los demás.
5.- Preocuparse por los detalles que valen la pena
Una vida agradable y saludable depende más de la frecuencia con que experimentamos felicidad que de la magnitud de ese sentimiento. Es más beneficioso vivir muchos momentos positivos y gratificantes, aunque pequeños que esperar a que llegue la gran felicidad. Según Cooper identificar los detalles pequeños, pero importantes de la vida diaria, y distinguir los que nos fastidian de aquellos que nos animan contribuye a liberar la energía y la atención que necesitamos para des cubrir y desarrollar más y mejor nuestras habilidades personales.
6.- Vivir plenamente
El autor incluye dentro en este apartado acciones y recomendaciones para buscar un mayor balance entre la vida familiar y laboral tales como: - Elaborar una agenda familiar que permita con ciliar los planes y compromisos de todos los miembros y generar espacios de encuentro para disfrutar todos juntos. - Mantener contacto telefónico frecuente con ellos a lo largo del día. - Cuidar el clima emocional familiar, dejar las preocupaciones, tensiones y conversaciones del mundo del trabajo fuera del ámbito familiar, usar el humor, etc.
El tercer dominio: La visión a largo Plazo
1.- Vivir de acuerdo a nuestros sueños Es necesario animarnos a plantear metas grandes para que nuestra mirada se eleve más allá de la rutina diaria y de sus posibilidades. Son los grandes sueños los que movilizan el espíritu humano. Tener un gran sueño nos ayuda a sobreponer nos a la adversidad, a la incertidumbre y salir adelante descubriendo que tenemos capacidades que no conocíamos. Debemos asimismo alinear nuestra vida presente con los grandes sueños para utilizar esas nuestras habilidades no explotadas.
2.- Mirar hacia delante
Uno de los factores que más obstaculiza el descubrimiento de nuestras capacidades es la estrechez de nuestra visión del tiempo. Quienes tienen un corto horizonte temporal tienden a ser más rígidos y a no adaptarse fácil mente a los cambios. Mirar hacia delante, al futuro más lejano, todos los días de nuestra vida es uno de los secretos para despertar nuestro potencial oculto.
3.- Mantener una postura erguida
La mala postura, genera tensión y contracturas que a su vez restringen la respiración, disminuyen el flujo sanguíneo al cerebro y el rendimiento de los sentidos hasta un 30%, reduciendo los tiempos de reacción y agravan do las sensaciones de pánico y desesperanza. Según el autor existen cinco claves para mantenernos erguidos y con energía tan solo acomodando adecuadamente nuestra cabeza, cuello, hombros, pecho, abdomen y espalda de modo de lograr una postura corporal óptima que libere gran parte de nuestras capacidades ocultas.
4.- Mantener viva la esperanza y la perspectiva
Son los patrones inconscientes del cerebro los que nos hacen estancar en los detalles, defectos y aspectos negativos del mundo que nos rodea. Vivir con esperanza exige tomar una decisión. Debemos estar atentos para que los detalles de nuestro que hacer cotidiano no terminen absorbiendo todo nuestro tiempo y energía. ¿Qué podríamos hacer para detenernos cada día unos momentos a fin de reavivar nuestra esperanza y renovar nuestra perspectiva?
5.- Mantenerse joven
Las investigaciones científicas han encontrado que cuan do el individuo tiene diversos intereses intelectuales y un estilo de vida sano, su organismo, su mente y su espíritu no dejan de liberar capacidades ocultas. La clave es entonces encontrar maneras sencillas de desafiar el cerebro, y los sentidos para desarrollar aun más nuestras capacidades y retardar o prevenir el envejecimiento. Mejorar nuestra conciencia sensorial, admirar la naturaleza, intensificar nuestra curiosidad, sumergirnos en la riqueza de cada experiencia, divertirnos, dejar de correr, son alguna de las cosas que según el autor nos ayudarán a envejecer más lentamente.
6.- Apadrinar causas perdidas.
Dedicar una pequeña parte de nuestro tiempo a defender alguna causa noble, pero sin demasiado porvenir, no sólo puede contribuir a darle un nuevo sentido a nuestra vida sino que contribuye a despertar capacidades que no hemos descubierto. La recomendación del autor es realizar una vez por se mana alguna acción sencilla o impopular que sintamos que contribuye a aliviar el sufrimiento ajeno, mejorar la situación de las futuras generaciones o contribuir en mejorar el mundo en algún grado.
7.- Aprender a soltar
A diferencia de otros recursos nuestra energía y perspectiva no se pueden ahorrar, comprar ni vender. Lo único que podemos hacer es buscar reponerlas a me nudo y que por ello es importante saber bajar el ritmo, apartarnos del mundo y soltar el control del tiempo y las preocupaciones.
El cuarto dominio: El temple
Para el autor el temple es una manera de afrontar la vida que se caracteriza por el coraje, la entereza y el espíritu.
1.- Poner a prueba nuestro espíritu
Los desafíos inesperados, los acontecimientos que pro curamos evitar, son siempre oportunidades para vivir nuestros valores, poner a prueba los límites de nuestro ingenio. Existen algunos momentos de la vida que la única manera de salir de ciertas circunstancias es afrontándolas. El coraje en estos casos es un ingrediente vital. Es en los momentos de duda, peligro o adversidad dónde las personas mostramos lo que somos realmente. Cada momento decisivo de nuestras vidas nos pone a prueba. ¿Somos capaces de afrontar el cambio, la pérdida y el dolor sin eludirlos ni derrumbarnos? ¿Podemos conservar la esperanza en medio de la adversidad?
2.- Hacer de la adversidad nuestra aliada
Las personas que gozan de fortaleza mental, física y emocional, están mejor equipadas para crecer, nunca se sienten víctimas de las circunstancias, tienden a aprender más de los reveses y a permanecer más sanas a lo largo de su vida. Para forjar nuestro temple es preciso desarrollar las habilidades para superar con éxito los momentos críticos, transformando el estrés y la adversidad en aliados. Cada vez que nos encontramos frente a un riesgo, un temor o una incertidumbre es una oportunidad única de sacar a relucir capacidades insospechadas. Para hacer de la adversidad nuestra aliada el autor presenta una técnica de tres pasos que recomienda para el manejo de situaciones de tensión y estrés y que cubre aspectos físicos, mentales y emocionales.
3.- Actuar con claridad
Las suposiciones crean infinidad de malentendidos, nos hacen perder el tiempo, deterioran las relaciones interpersonales e impiden que nuestro potencial se manifieste. La verdad sobre la vida y los otros seres humanos casi nunca es lo que inicialmente suponemos. El autor nos induce a que cuando estemos a punto de recurrir a la adivinación, en vez de hacer conjeturas hagamos preguntas y observemos. Cuando recibimos mensajes vagos o confusos, el cerebro tiende a suponer lo peor. Cualquier esfuerzo que hagamos en pro de la claridad nos ahorra tiempo y pro mueve confianza.
4.- Desarrollar cuero de rinoceronte y alma de ángel
Según Cooper esto significa que debemos desarrollar cierto grado de fortaleza para ser capaces de hablar con franqueza lo más directa y sinceramente posible, aceptar que siempre habrá personas que estén moles tos con nosotros y que no nos aprecien, discriminar la crítica constructiva de aquella que no la es, enfrentar la ironía, y la falta de seguridad en nosotros mismos. Al mismo tiempo mantener el espíritu de ángel para fomentar actos de bondad y generosidad, ayudar a los demás a descubrir lo mejor que hay en su interior, e inspirarlos a crecer y a desarrollarse.
5.- Poner a prueba nuestros límites
Para crecer es necesario asumir riesgos. Algunos pueden ser intrascendentes como entablar una conversación importante pero difícil con alguien de nuestro en torno, levantar la mano para hablar en público o probar una nueva metodología en el trabajo. Otros pueden ser trascendentales como cambiar de trabajo, o radicarnos en un país lejano. Desafiar nuestros límites nos permite adentrarnos en nuestra interioridad y liberar nuestra creatividad y capacidad potencial. Hay momentos en que dar pequeños pasos uno tras otro no es suficiente. Según el autor para romper la tendencia del cerebro a reaccionar como lo ha hecho siempre es necesario negarse a los cambios graduales, transformar las rutinas, abandonar viejos hábitos y renovar el espíritu aventurero.
6.- Interésese por los demás
Para el autor los cambios que perduran no son resulta- do de la elucubración intelectual, sino de pequeñas acciones que confirman nuestra preocupación e interés por los demás. Por ello es importante estar atento a los otros, a las necesidades ajenas, convencidos de que la chispa de la vida brilla, incluso, en las personas y lugares que menos esperamos.
7.- Dejar nuestra marca personal
Todos nacemos con un potencial único que de alguna manera define nuestro destino. También tenemos la oportunidad de hacer lo que nadie ha hecho antes, y dejar nuestro sello distintivo en el mundo. Cada uno de nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y acciones forma parte del entramado del destino humano. Tenemos la responsabilidad de enriquecer lo que nos queda de vida con la máxima toma de conciencia. Preguntarnos qué es lo más importante de la vida y cuál es el aporte que estamos haciendo al mundo. Todos tenemos la oportunidad de decidir quiénes que remos llegar a ser y el compromiso ineludible de brindarle al mundo lo mejor de nosotros.
Sumario extraido del libro Aprenda a utilizar el 90% de Robert K. Cooper
|
Descubriendo mi interior, puedo llegar a aquel lugar que se quiere expresar mediante las expresiones de otros... Gracias.
sábado, 15 de julio de 2017
Aprende a desarrollar todo tus capacidades por Lourdes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario