lunes, 10 de julio de 2017

Sobre el crecimiento espiritual basado en las enseñanzas de Louise L. Hay





El trabajo de crecimiento espiritual pasa en primera instancia por querernos a nosotros mismos, aceptarnos y aprobarnos; para ello, el trabajo de la profesora metafísica, escritora y conferenciante Louise L. Hay es excepcional.
Sus enseñanzas se asientan sobre 3 puntos básicos:
Perdonarnos a nosotros mismos. Nos solemos tratar muy mal y reprocharnos mentalmente errores cometidos y actitudes (ese diálogo interior típico del “no vales para nada”, “hay que ver lo mal que lo has hecho”, etc), que va acrecentando el NO APROBARNOS haciendo que la “bola” se haga más grande y acabemos por no poder mirarnos a la cara frente al espejo.

Querernos. El trabajo de las afirmaciones positivas frente al espejo es lo más sencillo y al mismo tiempo, más revolucionario que hay, todavía a día de hoy en cuanto a la autoestima.

Y a partir de ahí, el poder de la atracción gracias a la mente positiva, controlando lo que decimos e incluso lo que pensamos. Lo que envías (dices) al universo es lo que el universo te devuelve, a modo de espejo, creando así tu realidad.
Para atajar esta baja autoestima y empezar la vida que realmente está destinada a ser vivida por nosotros, Louise Hay propone empezar cada mañana delante del espejo mirándose a los ojos y decirse:” TE QUIERO, TE QUIERO MUCHO, TE QUIERO DE VERDAD”. La primera vez que lo dices, puedes sentir un pinchazo en el estómago, demostrándote que tienes algo que trabajar interiormente para quererte, porque no te suena verdadero. No pasa nada, al principio es raro, pero con la práctica y la constancia, estas palabras serán reales.
Seguir el día siendo agradecido de forma que aprecies todo lo que tienes. Por ejemplo, gracias a la cama donde has dormido porque habéis pasado muchas horas juntos y te ha permitido descansar y tener sueños maravillosos, gracias al agua de la ducha porque te permite estar limpio y fresco; gracias a los alimentos que vas a comer porque permiten alimentar y nutrir tu cuerpo, etc…

Finalmente debemos conquistar la forma de pensar, modificándola a positiva, repitiéndote afirmaciones que afiancen tu confianza, por ejemplo: “ todo el mundo me quiere y yo quiero a todo el mundo”, “todo está bien en mi vida”, “atraigo sólo cosas buenas a mi vida”, “estoy rodeado de belleza y abundancia” , “la abundancia es mi derecho de nacimiento”.

Pero hay momentos en que sucede algo inesperado y que realmente es un problema; no debemos aparentar que no sucede nada malo, pero para no enviar al universo la idea de este problema (cuyo resultado sería que el universo nos devuelve ese problema una y otra vez), la afirmación positiva en este caso sería : ” A excepción de “este problema” todo está bien en mi mundo”. Esta afirmación permite al universo encontrar la mejor solución posible al problema, siguiendo con tu actitud en modo positivo.
Angélica Chouciño

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