miércoles, 19 de julio de 2017

La actitud del Merecedor.

por ElizaCavazos
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Muchas veces no llevamos a cabo nuestros sueños porque creemos que vamos a fallar, nos falta la confianza en nosotros y por ende nos saboteamos. Pensamos que no vale la pena, no amerita el esfuerzo y en el fondo lo que tenemos es un sentimiento de no merecernos ser felices, vivir con amor o tener dinero. Para ello tenemos que trabajar con nuestras creencias sobre el merecimiento.
Desarrollar la actitud del merecedor es bastante fácil si nos lo proponemos, requiere de una buena dosis de constancia, pero los resultados bien valen la pena.
Te voy a sugerir un ejercicio que me ha dado resultados porque le he puesto empeño, y el no ponerle empeño también es parte de esa resistencia que todos tenemos al cambio y que nos mantiene atados a un estado de comodidad aunque los resultados sean desagradables e infelices.
Todo se trata de tomar una decisión consciente y firme. Una afirmación continua, que debe salir desde lo más profundo del corazón con completo convencimiento, seguridad y sin vestigio de duda.
YO MEREZCO TODO LO BUENO, YO MEREZCO TENER PAZ, YO MEREZCO SER FELIZ, YO MEREZCO PROSPERIDAD porque yo estoy hecho de la misma sustancia de Dios.
Cuando realices esta afirmación o cualquier otra similar que a ti te sirva, y te convenza, esta debe estar cargada de energía, de la sensación de poder, debes sentir la energía vital que recorre todo tu cuerpo, desde la cabeza a los pies, (el mana). Se asemeja a un cosquilleo. Esta energía es la energía de todas las cosas, es la energía divina del universo y es la energía creadora que te da vida, y se encuentra en ti, y es la que te permite manifestar.
El estado ideal para insertar en tu mente subconsciente estas ideas es hacer ejercicios profundos de respiración, especialmente la respiración Ha, (revisar artículo anterior) luego serénate y toma la determinación calmada que TU ERES MERECEDOR DE TODO LO BUENO, la respiración producirá el extra mana o energía vital que necesitas para manifestar. Luego siente como el mana viaja por tus células y recorre tu cuerpo.
Para que tus afirmaciones se fijen en ti también tienes que ayudar actuando con la certeza de merecer, y para merecer paz, amor y dinero, debes de sentir que ya lo tienes, que ya es parte de ti y actuar compartiendo paz, amor y dinero con el mundo, con el universo, con todos.
Si aun intentándolo te quedan dudas entonces chequeamos todas nuestras creencias que no nos permiten sentirnos como tal, las escribimos en una hoja y luego una a una, podemos decirles -“Pido humildemente perdón por haber atado estas memorias a mi realidad… lo siento… gracias por esta oportunidad de liberarlas y liberarme” o -“Queridas memorias, las amo. Gracias por esta oportunidad de liberarlas y liberarme” ó -Cualquiera de las frases que te lleguen a la mente en ese momento, luego nos deshacemos del papel pero cada vez que aparezca un pensamiento relacionado repetimos el procedimiento, de esta manera vas eliminando las dudas y se va instaurando en tu subconsciente la nueva determinación que es natural a tu verdadero ser.
Cuando creemos que no somos merecedores de todo lo bueno, debemos de comprender que estos pensamientos fueron insertados gradualmente en nuestra psiquis, desde el momento de nuestra creación y nosotros así lo hemos creído, pero estos pensamientos no reflejan quienes realmente somos. Somos seres divinos experimentando una existencia humana.
Con el transcurrir de los días nos seguiremos topando con situaciones donde resulta fácil retornar a la actitud de no ser merecedor, debes de estar muy atento a estas circunstancias y no engancharte a ellas, no lo tomes personal, esa es la forma como los viejos patrones se aseguran su permanencia.
Ante cada situación que sientas que te vence, vuelve a practicar la respiración, relájate y retoma las herramientas del Ho’oponopono antes mencionadas, no intentes nada, solo mantente relajado y te sorprenderás como un fresco aliento comienza a disipar cualquier sensación de darte por vencido.
Las memorias son reacias, e intentaran tomarte por sorpresa, así actúan ellas, pero siempre mantente relajado, respira profundo y recuerda que tú eres un merecedor. Repítete a ti mismo con fe, con la misma fe que le tienes a Dios, que tu eres merecedor. Que mereces ser próspero, en tus relaciones, en el amor, y con el dinero, y por último y muy importante actúa como tal, créetelo.

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