lunes, 31 de julio de 2017

NACÍ ENTERA, NO NECESITO MEDIA NARANJA



por angelescastell

No soy una fruta, soy una persona, tengo todo lo necesario para sentirme completa y para vivir una vida plena sin necesidad de que otras personas me completen.

Mi felicidad depende de mí, no de otra media naranja.

No me creo los cuentos de hadas, ni creo en los príncipes azules, ni en las princesas, ni en los ideales románticos.

Creo en mi y en mis posibilidades de hacerme feliz.

La falsa creencia de la media naranja

Idealizar a una persona con pensamientos como “estamos hechos el uno para el otro” hace mucho daño a las parejas al transcurrir el tiempo, porque en cuanto surgen dificultades se ve que la afirmación de estar hechos el uno para el otro, no es tan real y se genera insatisfacción y frustración.

Las parejas no son perfectas e inevitablemente surgirán problemas con el tiempo.

A veces, los problemas tienen su origen en diferencias de edad, de educación, de cultura e incluso de religión, pero hay que aceptar a la otra persona tal y como es, de forma que las diferencias no sean para discutir sino para enriquecerse.

El gran error que se oculta tras el mito de la media naranja es el de considerar que somos seres incompletos y que solo podemos lograr la plenitud al encontrar el verdadero amor, que será lo que nos permita ser felices.

Pero hacer depender toda nuestra felicidad de una relación de pareja, es una gran equivocación y nos impedirá, justamente, ser felices.

Las personas que son felices, lo son con independencia de si tienen pareja o no.

Todos somos personas completas, no nos falta un trozo, ni una mitad para poder alcanzar lo que nos propongamos.

Somos naranjas enteras, no una media naranja esperando encontrar a su otra mitad.

De hecho el éxito de una relación está en que las dos personas sean completas, independientes y felices.

Desde luego es mucho mejor el amor entre dos naranjas, dos manzanas, dos fresas que entre dos mitades.

Se trata de compartir la vida, lo bueno y lo malo, y de disfrutar de la otra persona tal y como es.

No eres una mitad de una naranja, quiérete a ti mismo

Querernos a nosotros mismos es una asignatura pendiente para muchas personas. Pero se trata de algo fundamental para construir nuestra felicidad y sobre todo para relacionarnos con los demás.

A continuación te damos algunos trucos para quererte más:

Valora tus cualidades

En multitud de ocasiones nos torturamos viendo lo que hacemos mal y sintiéndonos culpables por ello, pero es necesario dejar de lado lo malo y apreciar la gran cantidad de buenas cualidades que tenemos.

Piensa en lo que haces bien y anótalo para verlo cada día y recordarte a ti mismo lo maravilloso que eres.

Ama quién eres y qué eres y lo que haces. Louise L. Hay

No busques la aprobación de los demás

A lo largo de nuestra vida muchas personas intentan influir en lo que hacemos y en las decisiones que tomamos.

Pero es necesario dejar de intentar agradar a todo el mundo, porque es imposible.

A veces debemos poner un límite a los demás para que no influyan en nuestros sentimientos.

Sentirse bien no requiere la aprobación de otras personas, ya sean amigos, familiares o pareja.

No te compares

Somos seres únicos, diferentes unos de otros, la comparación te generará infelicidad.

Eres único, posees debilidades, defectos, cualidades y fortalezas que nadie posee.

Tu cultura, tu educación, tus experiencias forman una combinación única que te hace completamente diferente a los demás.

Aprende a decir lo que piensas

Nos callamos nuestras opiniones por el miedo al “qué dirán” o a las reacciones de los demás, pero tu opinión es valiosa y debe ser expresada.

Además, si te la guardas ¿cómo te conocerán los demás?

Solo es necesario ser respetuoso y hablar con asertividad, de forma que los demás nos escuchen sin ofenderse.

A veces tus ideas serán distintas, pero eso no supone que no deban ser expresadas.

“Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.

No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas con la responsabilidad de completar lo que nos falta.”

-Jhon Lennon-

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