Descubriendo mi interior, puedo llegar a aquel lugar que se quiere expresar mediante las expresiones de otros... Gracias.
jueves, 23 de abril de 2015
EL AMOR MODIFICA EL CEREBRO.
¿Qué provoca estar enamorado en nuestro cerebro? Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hanui (China) ha determinado que el amor cambia el cerebro; literalmente, ya que más de 10 áreas del cerebro sufren modificaciones en sus niveles de actividad cuando nos encontramos en ese estado motivacional en el que deseamos mantener una relación estrecha con alguien muy concreto.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron un experimento con 100 alumnos de universidad que fueron divididos en tres grupos: los que afirmaban estar enamorados, los que no tenían pareja y los que habían terminado una relación hacía poco tiempo. A todos ellos se les pidió que dejaran la mente en blanco y se les realizó una prueba de resonancia magnética funcional (fMRI) para registrar los niveles de actividad en las distintas áreas del cerebro.
El examen de los datos reveló que el cerebro de los participantes enamorados presentaba al menos una docena de zonas de forma distinta, que se activaban de manera coordinada solo en ellos y que registraban un aumento de actividad constante. En el resto de participantes, la única actividad destacada fue la del núcleo caudado. Estos resultados evidencian que el amor incrementa la actividad en las áreas del cerebro relacionadas con la motivación, las redes cognitivas, la recompensa o las aptitudes sociales y, cuanto más tiempo ha transcurrido desde una ruptura sentimental, más baja es la actividad en estas zonas, según los resultados de los escáneres cerebrales.
“Es la primera prueba empírica de que el amor altera la arquitectura funcional del cerebro”, apuntan los autores. Y es que es el primer estudio que registra la actividad del cerebro en estado de reposo de jóvenes enamorados y compara esta actividad cerebral con la de jóvenes que sin pareja.
El estudio ha sido publicado en la revista Frontiers of Human Neurosicence.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario