Todos hemos escuchado que hacer cosas nuevas mantiene el cerebro joven y en general es bueno para la salud. Esto se ha confirmado científicamente y, de hecho, realizar actividades novedosas es uno de los factores principales que promueven la neurogénesis, es decir, la generación de neuronas durante el curso de la vida.
Experimentar cosas nuevas es quizás la mejor forma de procurar el desarrollo perenne de nuestra inteligencia.
Antes se creía que uno nacía con las neuronas que iba tener y que si las perdía, ello era un daño irreversible; con el auge de la neuroplasticidad hoy sabemos que, por suerte, nuestro cerebro es un órgano dinámico.
La neurocientífica
Sandrine Thuret explica que todos los días producimos por lo menos 700 neuronas en el hipocampo. “Pueden pensar que esto no es mucho comparado con los millones de neuronas que tenemos, pero cuando llegamos a los 50, hemos intercambiado las neuronas con las que nacimos en esta estructura por neuronas nacidas en nuestro cerebro adulto”.
Thuret entiende que la neurogénesis es una actividad en la que podemos influir voluntariamente. “Tenemos suficiente evidencia como para decir que la neurogénesis es un objetivo que podemos elegir si queremos mejorar nuestra memoria o nuestro estado de ánimo, e incluso prevenir el declive de funciones asociado con la edad o el estrés”.
Thuret menciona tres actividades fundamentales que generan neuronas: correr (o hacer algún otro ejercicio), tener sexo y hacer algo nuevo (aprender un idioma, tomar clases de baile, etcétera).
El poder de aprender algo y de constantemente refrescarse sometiéndose a actividades novedosas –lo importante es que no nos estresemos haciéndolo– no debe ser subestimado.
Diversos estudios muestran que cuando aprendemos, las células del cerebro envían y reciben información relacionada a una tarea de manera más eficiente. Esta actividad intensificada hace que se formen nuevas conexiones –y son estas conexiones las que, a la larga, mantienen la salud del cerebro y su capacidad de seguir aprendiendo.
Especialmente los nuevos pensamientos y habilidades son algo que crea vías neurales, las cuales pueden ser reforzadas a través de la repetición, formando hábitos; las vías neurales que se dejan de usar son como caminos que se van llenando de hierba y empiezan a desvanecerse.
El doctor Ernest Lawrence Rossi considera que el ejercicio físico, la estimulación neural mediante el aprendizaje de nuevos hábitos –como puede ser un idioma, la meditación y las experiencias estéticas son poderosas técnicas que fomentan la neurogénesis.
La importancia de aprender cosas y estimular al cerebro es ejemplificada por investigaciones que muestran, quitando todas las demás variables, que las personas bilingües tardan 4.5 años más en desarrollar Alzheimer.
El caso de Rossi es particularmente notable, ya que él mismo sufrió daño cerebral a la vez que estudiaba los mecanismos de autosanación del cerebro. Según cuenta, someterse a novedosas experiencias artísticas y espirituales le ha permitido regenerar de manera importante su cerebro. Su hipótesis mantiene que existe un “efecto de novedad-numinosidad-neurogénesis”:
Sugiero que de la misma manera en que estados emocionales negativos pueden llevar a la red genómica psicosocial a que inicie una expresión de genes que desencadena la sobreproducción de proteínas de estrés y enfermedades, así también las experiencias psicológicas inician el efecto novedad-numinosidad-neurogénesis para facilitar la reproducción de la expresión de genes para optimizar la neuroplasticidad, la solución de problemas y la sanación.
Rossi cita estudios que muestran que, en el caso de animales que son sometidos a experiencias nuevas y ambientes de estímulos enriquecidos, se ha observado que el gen zif-268 se expresa durante el sueño. Este gen está asociado con la producción de proteínas, facilita la sinaptogénesis y la neurogénesis.
Es durante el sueño que se consolidan las memorias.
De lo anterior podemos concluir que buscar experiencias novedosas, especialmente aquellas que presentan un desafío de aprendizaje o que nos hacen entrar en contacto con la belleza y el arte, es (según Rossi) una excelente forma de seguir creciendo mentalmente, no obstante la edad que tengamos.
Así que ya sabes: intenta buscar nuevas experiencias en tu vida, para cultivar tu salud cerebral.
Eso sí: cuando tenemos estas experiencias es importante dormir bien, para que los trazos de memoria y las conexiones puedan cimentarse.
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