domingo, 17 de mayo de 2015

PREGUNTAS FRECUENTES....



Una manera efectiva de aclarar dudas en un sitio web es reunir esas preguntas que se repiten con mayor frecuencia. Aquí van algunas de esas preguntas que vengo escuchando regularmente desde hace mucho tiempo, junto con la mejor respuesta a la que llegué hasta ahora. Aunque claro que por la naturaleza misma de estos interrogantes “espirituales” no hay una única respuesta que sea válida en todos los casos y para todas las personas. Muchas gracias desde ya a quienes dejen un comentario con alguna respuesta diferente o con alguna pregunta que no aparezca en la lista.

¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?

Un saludable nivel de autoestima es fundamental para llevar una vida plena. Nuestros sentimientos y emociones con respecto a nosotros mismos afectan en forma decisiva todos los aspectos de nuestra experiencia. Los libros de Louise L. Hay, especialmente “Usted puede sanar su vida” (que puede encontrarse en Internet), proponen técnicas muy útiles y sencillas como el ejercicio del espejo y las afirmaciones positivas. También puede practicarse la Ley de Atracción, concentrándose en aumentar la autoestima.

¿Cómo puedo resolver los problemas que me impiden ser feliz?

Podemos pensar en la vida como una sucesión de lecciones por aprender. Esta sería una interpretación “positiva” que nos permite sacar provecho aún de los obstáculos con los que inevitablemente nos toca enfrentarnos. Pero con una visión “negativa” o pesimista podríamos decir que la vida está llena de problemas que nos impiden ser felices. Vale la pena resistir esa interpretación negativa y aceptar los problemas como algo natural de la vida. Los problemas no son el obstáculo para la felicidad sino que muchas veces los usamos para justificar los “oscuros” estados de ánimo que estamos acostumbrados a sostener. Claro que hay que tratar de resolverlos, pero sin condicionar nuestra felicidad a la solución de ningún problema en particular. La felicidad nace de una decisión (la decisión de ser felices!) y de una actitud general de aceptación y de gratitud por lo que ya tenemos.



¿Cómo hago para transmitirle estas ideas tan valiosas a mi pareja, a mis hijos o a mis compañeros de trabajo?


Tal vez lo mejor que podemos hacer por los demás sea aplicar estas ideas en nuestras propias vidas. Los demás se interesarán si notan la diferencia a través de nuestros cambios, si sienten que realmente tenemos algo valioso para compartir. Mientras tanto ellos están en muy buenas manos, recorriendo sus propios caminos (a veces más fáciles, a veces más duros) y cuando sea su momento de descubrir estas ideas entonces recibirán la información necesaria, de la manera más adecuada.

¿Cómo puedo librarme de los conflictos? 

Mi pareja, mis hijos, mi jefe o mis compañeros de trabajo permanentemente me envuelven en sus conflictos o me agreden sin que yo los provoque.

Siempre que nos vemos envueltos en un conflicto sentimos que nosotros tenemos la razón. Y el “sentido común” nos señala que la única solución es que el otro reconozca que está equivocado y que cambie de actitud. Pero esto rara vez sucede. Vale la pena entonces investigar acerca de nuestra responsabilidad en el origen de estos conflictos. Según la Ley de Atracción somos nosotros los que atraemos estas situaciones, pero especialmente la técnica de Ho’oponopono nos propone una estrategia para resolver los conflictos sanando primero nuestra propia mente.

La técnica de Ho’oponopono es realmente una muy valiosa herramienta. Sobre todo porque nuestro ego construye una “fortaleza” desde donde señala a los demás (y a la realidad en general) y los culpa de lo malo que nos pasa, y nos lo confirma con razonamientos impecables y hasta con la información de nuestros sentidos. Por el lado de la lógica no hay manera de desconfiar de lo que él afirma ni camino de salida de esa prisión en la que nos encierra. La única señal de que algo no encaja es que siguiendo sus consejos no nos sentimos bien.

Ho’oponopono propone que somos responsables de cada cosa que sucede a nuestro alrededor, y las pistas de que tenemos algo por sanar son precisamente los conflictos y los problemas en general. Cada problema es una señal de que tenemos algo por sanar (que proyectamos hacia “afuera”, en la forma de una situación desagradable) y una oportunidad de pedir a la Divinidad que ese aspecto de nuestra mente sea sanado y que podamos alcanzar un mayor nivel de serenidad y de alegría.

¿Cómo puedo concentrarme en el momento presente, en el “aquí y ahora”? 

Comprendo el profundo malestar que me provocan mis propios pensamientos, pero mi cabeza no se detiene nunca!


El momento presente, ese único instante en el que todas las cosas suceden, encierra un verdadero tesoro de plenitud, alegría y paz que tal vez sólo hemos experimentado en algunas circunstancias excepcionales. Los libros de Eckhart Tolle son una excelente fuente de información y de sugerencias para experimentar plenamente el momento presente. Aquí un artículo muy interesante.

También vale la pena experimentar con alguna técnica de meditación. Hay muchísima información disponible en Internet, basta con elegir alguna técnica que nos resulte agradable de practicar. Para quien no tenga experiencia tal vez sea una buena idea simplemente recostarse durante 20 minutos y respirar lentamente, concentrándose exclusivamente en las sensaciones producidas por el aire al inspirar y espirar. La idea es interrumpir la interminable y desgastante corriente de nuestros pensamientos y conectarnos de manera consciente con el momento presente.

¿Cómo puedo aplicar la Ley de Atracción?


Esta pequeña imagen merece un comentario: Se trata de una persona que mientras sube trabajosamente unas escaleras va pensando al mismo tiempo en lo agotador que es subir esas interminables escaleras. La Ley de Atracción propone que esa es la actitud mental que hará que los problemas (representados aquí por las escaleras) nunca se terminen. La idea es tratar de desarrollar el hábito de pensar en las situaciones a las que nos gustaría llegar como si ya las hubiéramos alcanzado. Ni siquiera tenemos que pensar en una solución, que para la persona del dibujo podría ser un ascensor, sino simplemente desentendernos de los problemas y de sus posibles soluciones y concentrarnos exclusivamente en imaginar los objetivos como si ya los hubiéramos alcanzado, tratando de experimentar las sensaciones placenteras que sentiríamos si nuestros deseos ya hubiesen sido concedidos.

¿Es realmente posible perdonar? Reconozco que guardar rencor me hace daño y siento la necesidad de perdonar…


Es mejor considerar primero situaciones en las que nos resulta difícil perdonar, pero que objetivamente no hayan sido muy graves, que no hayan provocado “daños irreparables”. Luego, revisando situaciones “más serias”, cada uno podrá comprobar si estas ideas son realmente de validez universal.

El verdadero perdón sólo puede alcanzarse al comprender que el dolor que experimentamos frente a una ofensa en realidad no está causado de manera directa e inmediata por la falta que el otro cometió, sino que se trata de algo que se origina posteriormente en nuestro propio mundo interno, en nuestra mente, y que por lo tanto tenemos la posibilidad de modificar.

Muchas veces conseguimos perdonar cuando la ofensa queda ya muy atrás en el pasado o nos alejamos definitivamente de la persona que sentimos que nos ofendió. Pero este no es el verdadero perdón sino que tiene más que ver con olvidar, y el hecho de que todo el proceso normalmente lleve mucho tiempo parece confirmarlo. 

El verdadero perdón es algo completamente diferente y sólo es posible si somos capaces de liberarnos de viejas creencias equivocadas, de pasar a un nivel superior de consciencia y de comprender que efectivamente tenemos la posibilidad de elegir con qué emociones responder ante los conflictos.

En general el rencor tiene mucho que ver con nuestras propias limitaciones, que quedan dolorosamente expuestas, y no tanto con la falta que ciertamente el otro cometió.

Axel Piskulic

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