lunes, 7 de marzo de 2016

A cada cual según sus necesidades




La Creación es una Naturaleza Viva y Divina de Abundancia Infinita donde la Gracia y la Riqueza se distribuyen entre todos los componentes que la configuran y en ella son, existen, viven, se integran y fusionan… 

El sistema socioeconómico aún imperante, construido sobre una consciencia egocéntrica, actúa y concibe la vida desde la escasez (de recursos, de bienes, de energía, de amor,…) y distribuye lo escaso según las “capacidades”, que es la ley del más fuerte. Sin embargo, la Creación entera es Abundancia y desconoce la escasez. Y esa Abundancia se reparte no según las “capacidades”, pues no hay niveles conscienciales –ni dones y talentos- mejores o peores, sino en función de las “necesidades” derivadas del momento concreto biológico y del proceso evolutivo que cada componente de la misma esté experienciando. 

Esto ha sido percibido por bastantes hombres y mujeres a lo largo de la historia, que han vivido en consonancia con esa visión no egocéntrica o han propuesto modelos sociales y económicos para superar el hoy vigente. Entre los primeros, fue el caso, por ejemplo, de los colectivos cristianos primitivos. 


Así se describe en los Hechos de los Apóstoles (4,32-35) el modo de vida de la comunidad: “No tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos (…) No había ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada cual según sus necesidades”. 


En cuanto a la formulación de modelos socioeconómicos fundamentados en ese reparto según las necesidades, valga como botón de muestra la propuesta sintetizada por Karl Marx en su Crítica del Programa de Gotha (I, 3): “En la fase superior de la sociedad comunista (…) sólo entonces la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual según su capacidad a cada cual según sus necesidades!”.

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