lunes, 28 de marzo de 2016

ES TIEMPO DE AYUDAR




En este tiempo, cuando vemos la condición del mundo, muchos de nosotros queremos servir al mundo. Pero cuando nuestras mentes se afectan por la condición del mundo, realmente no podemos servirle.
 Una mente que esté llena de ira o tristeza no puede servir.
Soy consciente de lo complicado que resulta no entrar en esa energía cuando vemos las barabaries que se cometen sobre millones de vidas inocentes, sobre los animales, sobre el planeta…
Pero si queremos ayudar, si queremos el CAMBIO, debemos SER el cambio.
La analogía del barco avanzando a través del agua es útil para describir esta situación. Para que el barco llegue a su destino, el agua debe permanecer fuera del barco.
Para que nuestras mentes sean capaces de servir, la atmósfera del mundo debe permanecer fuera de nuestras mentes. No ha de suceder que la atmósfera exterior se filtre en el barco de nuestra mente. Las vibraciones de una mente poderosa y limpia afectan la atmósfera externa, proporcionando fortaleza a los demás.
Así que, ¿cómo creamos una mente que esté llena de poder espiritual? ¿Cómo cultivamos una mente que esté cualificada para servir? Hay tres aspectos que hemos de comprender a fin de cultivar tal mente poderosa.
Primero: El reconocimiento de que nuestra naturaleza innata es intrínsecamente buena. Puede que nos hayamos olvidado de que ésta es nuestra naturaleza original, pero no hemos perdido esa bondad innata. Esta bondad personifica el amor, la paz, la felicidad, la verdad y la pureza.
Segundo: Como alma, soy parte de la Divinidad. Soy no-violento. Soy pacífico. También soy amoroso. Soy puro y poderoso, del mismo modo en que lo Divino es puro y poderoso.
Mi naturaleza inherente es como la naturaleza de la Divinidad. Estos son los regalos de lo Divino para mí – estos poderes, estas virtudes, estas cualidades. Dios es un dador. De la misma forma que un hijo adopta a menudo el trabajo de su padre, nuestro trabajo también es, como dadores, el de dar nuestros pensamientos puros, nuestros buenos deseos, nuestras virtudes y poderes a los demás.
Tercero: La idea de ” Separación” es el mayor problema de todos. Ser el cambio implica tener claro que no somos los buenos y los criminales los malos… porque desgraciadamente la mayoría de los actos malvados del ser humano parten de ahí. Los “malos” matan porque “el otro” le amenaza, amenaza su identidad, sus propiedades, su credo, su ideología… Para ellos sus víctimas son los malos…
Únicamente ayudamos entendiendo que somos Uno, que en todos nosotros, incluso en los que permanecen ciegos a esta verdad universal, habita un alma que en esencia es amor. Agradeciendo que en nuestra evolución espiritual venimos con una vibración más cercana al Amor y que es desde esa, y no bajando a la vibración del Miedo, de la venganza, de la Ira y del Castigo como elevamos la energía del planeta y de los seres que la habitamos.
Cuarto: ¿qué es especial acerca de este tiempo? Esta es la Edad de la Confluencia, el tiempo más elevado en que el mundo viejo se encuentra con el mundo nuevo. Es un tiempo en que el barco ha izado su ancla y ha dejado las orillas de la oscuridad, atraído por un futuro nuevo y brillante.
La Edad de la Confluencia es la era que amanece en el momento más oscuro de la humanidad, trayendo los primeros rayos de luz desde el mundo futuro, puro y pacífico, que yace por delante.
En este tiempo podemos obtener el poder de discernir. Este es el tiempo en que la comprensión de que soy parte de lo Divino despierta en mi interior, permitiéndome conectarme con Ello, tomar fortaleza del todo.
 Soy capaz de sentir cuánto me he cansado. Puedo ver cuánto se ha agotado el mundo bajo la influencia de la avaricia de poder, la ira ante la injusticia y el miedo de la violencia y la ignorancia.
Empiezo a comprender que la manera de sanar el mundo es sanarme a mí mismo.
Cultivo los poderes sanadores de la esperanza, armonía, compasión, compromiso, tolerancia y respeto.
Veo cómo estas cualidades iluminan el camino hacia la nueva orilla.
Es un tiempo en el que podemos conocer nuestro verdadero ser, podemos conocer lo divino y podemos conocer el futuro.
Empezamos a percibir los contornos del brillante mundo futuro. Viendo ese mundo emergente, nos sentimos inspirados.
Usamos nuestros sentimientos puros y pensamientos elevados para llenar el mundo con todo lo que le da vida.

FUENTE: Evolución Conciente

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