Cuando la mente calla, la Luna bendice la Templanza y la Templanza te bendice a Ti.
De sobras conoces que las coyunturas son cambiantes y que todo, absolutamente todo, puede ser visto desde múltiples perspectivas. Incluso sabes que lo que sientes pertinente en un momento dado, más adelante, con una óptica diferente, puede mostrarse perfectamente obsoleto.
Pero, del mismo modo, también es cierto que hay etapas que un día acaban, ciclos que se cierran, relaciones que terminan… Y aquello que era nuestra “realidad”, de repente nos parece una total paradoja, un tremendo oxímoron.
Entonces, es muy saludable y altamente recomendable, elevar la mirada, soltar prejuicios, cesar justificaciones y abrirnos a comprender no sólo con el intelecto, sino con el discernimiento del alma. Y, sobre todo, necesitamos aprender a dedicar a las nuevas circunstancias, energía y atención en la medida precisa, sin negligencia ni obsesión.
Los arcanos de ENERO nos proponen un verdadero reto y nos invitan a reflexionar sobre qué hacer cuando percibimos que una situación ha tocado fondo. ¿Arrancarla de cuajo del corazón? ¿O abonar el fértil campo de la despedida atravesando desamparos, miedos, tristezas y dudas?
Apostar conscientemente por vivir el desapego, nos acabará conduciendo a una calma profunda de la que brotarán claridad, visión y la palabra justa para no permanecer atados a lo que fue y, mucho menos, a lo que pudo haber sido y no fue. Un camino arduo que podemos posponer, pero del que no será posible escaquearse eternamente.
Te invito a parar de leer por un instante y probar con una pequeña práctica. Cierra los ojos y conecta con el vaivén que produce el aire que entra y sale de tu cuerpo, deja que su recorrido sea tal como es, sin modificar ni intensidad, ni amplitud, ni velocidad…
Simplemente acompaña tu respiración con ternura y compasión. Hazlo como si acabaras de descubrirla, como si fuera la primera vez que respiras.
El ruido da paso al silencio.
Tiempo de dar, tiempo de recibir, tiempo de integrar.
La flor se abre sin estruendo. La Luna serena observa cómo se agita el mundo y sabe los secretos de su movimiento.
Despierta la Luna en ti, hallarás la fuerza que mueve las mareas. Quieta, suave, a veces invisible, pero siempre poderosa. Presientes que te rodea un océano de emociones, no lo reduzcas a un charquito. No temas las profundidades abisales, también son Tú.
Contacta con tu inconsciente, no con la finalidad de etiquetarte, sino para liberarte.
Ahí están cuatrillones de neuronas dispuestas a reorganizarse para que todo tu potencial se despliegue.
Acóplate con tu esencia, y aquieta el dialogo interior, permitirás que, nazca la poesía, resplandezca la belleza y asome la autenticidad. Ya no habrá lugar para relacionarse desde una carencia afectiva ni vincularse en búsqueda de recompensas. Desarrollarás tu intuición y se te revelará el sentido que tanto anhelas.
Mirar de frente a los desafíos emocionales que la vida nos presenta, pide flexibilidad, respeto por los ritmos y una aceptación profunda e incondicional de cada aliento, de cada pálpito, de cada sentir… Nos exige respirar la Vida.
¡SÍ, la vida está latiendo por ti! ¿Y tú? ¿Lates por la vida?
¡Nunca has estado más cerca de vivir con intensidad un gran amor! Recuerda que siempre, siempre, el gran momento es AHORA. ¡Sé tu mejor apuesta, lo vales y lo mereces, tenlo por seguro!
© Montserrat Tubau
Taróloga, arbóloga y consultora personal
en TubiConsulting
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