miércoles, 20 de enero de 2016

LA FALTA DE AMOR POR UNO MISMO, LLEVA A RELACIONES TÓXICAS

Foto de Elizabeth Romero Sánchez.


Cuando buscamos el amor para formar una pareja estamos pensando en tener una vida mejor que al estar solos...
Ya desde ésta primera frase, estamos mal.

En primer lugar, no estamos sólos y en segundo lugar, no tenemos que buscar nada.
Entonces, ¿por qué lo hacemos?
Porque así nos entrenaron, recuérdenlo. Nos entrenaron con sentencias como:

- Algún día encontrarás el amor de tu vida.
- Debes casarte y tener hijos.
- Se te está yendo el tren.
- Si no encuentras pareja pronto, "te quedarás para vestir santos".
- Sin un hombre/mujer, tu vida no tiene sentido.
- No sentarás cabeza, hasta que te cases.
- Está mal que vivas sólo.
- Tu vida no estará completa hasta que tengas una pareja.

Y entonces...salimos corriendo a la calle y nos enamoramos de "quién sea"..
Porque el objetivo ya no es "ser felices", sino "tener pareja".

¿qué sucede cuando quedamos atrapados en una relación en la que solamente pasamos malos momentos? 
¿qué sucede, cuando por el afán de cumplir con las creencias, no podemos liberarnos de una persona tóxica?
¿qué sucede cuando en nuestro pobre amor propio, creemos que ese pedazo de porquería es lo único que puede amarnos?
¿qué sucede para que pensemos que nadie más sobre la Tierra puede interesarse en nosotros?

La necesidad imperiosa de conseguir pareja, la falta de amor propio y el miedo a que sólo esa persona pueda amarnos provoca las denominadas "relaciones tóxicas".

Y la peor parte, es que ambas personas, sufren en la relación.

Un factor común en este tipo de parejas, además de la infelicidad, es que siempre hay uno de los 2 que intenta constantemente sostener esta relación, mantenerla, salvarla, por lo que se se provoca una mayor insatisfacción. 
Las relaciones ideales son aquellas en que las dos personas ganan en afectividad, comprensión, respeto mutuo, consideración, en donde ambas partes ganan.

Sin embargo, en las relaciones tóxicas, solamente gana uno, mientras el otro, simplemente pierde. Y lo que es peor aún, existen los casos, en que ambos pierden.

Para saber si estás relación tóxica, responde honestamente a las siguientes preguntas:

- ¿Tu pareja te ha herido a tal grado en que hay ocasiones en que desearías no verlo/a, no salir con él/ella, no estar con él/ella?

- ¿Tú pareja te hace sentir culpable, es sarcástico/a contigo, hace bromas que te ofenden, utiliza la ironía o se burla de ti, de cómo piensas o de cómo haces las cosas?

- ¿Tu pareja ha ido poco a poco menguando tu capacidad de decidir? Incluso puede ser que en la relación, tú ya hayas llegado al punto de decir cosas como: "prefiero que él/ella decida, es inteligente y siempre toma buenas decisiones".

- ¿Vives a diario con la sensación de no ser tú, de tener que ocultar lo que sientes o lo que piensas, para que él/ella, no se molesten?

-¿Tu pareja te ha ido alejando de tu familia y amigos con el pretexto de que son conflictivos y que es mejor pasar el tiempo juntos?

-¿Tu pareja prefiere que se queden todo el tiempo en casa, sin salir y cuando salen lo hacen siempre a los mismos lugares?

-¿Tu pareja habla y habla esperando que le contestes, pero cuando comentas o preguntas algo te ignora?

-¿Tu pareja de pronto es imposible de localizar, te deja esperando o te planta o bien llega muy tarde y tú debes estar feliz y contenta?

Cuidado....si has respondido "SI" a más de una cuestión anterior, es posible que tu relación sea tóxica.

En una relación tóxica, lo más común es que una de las partes, se desviva por darle gusto al otro, se trague sus ideales, sueños, planes, carácter, gustos, metas, con tal de que la otra parte "esté feliz" (...y me ame).
En una relación tóxica, daremos todo nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra integridad, nuestra dignidad, nuestro auto respeto a condición de que no nos abandonen.
Porque en nuestro corazón, hay un vacío y falsamente creemos que sin esa persona moriremos ( cuando lo que realmente está pasando, es que ya estamos muertos y no nos hemos dado cuenta).
No amarnos a nosotros mismos es estar muertos sí.
Porque si no somos capaces de disfrutarnos a nosotros mismos y vivimos esperando que llegue otro/otra a completarnos, estamos perdidos.

En las relaciones tóxicas, las sensaciones de bienestar son muy efímeras. A menudo es necesario silenciar o pasar por alto ciertas cosas que, de darles la importancia que efectivamente tienen, causarían un profundo dolor e incluso llegarían a poner en peligro la continuidad de la pareja. A menudo tu pareja te hiere y te entristece de forma exagerada. Utiliza mecanismos tales como la culpa, el sarcasmo y la burla para manipularte, mina tu autoestima y tu capacidad de decisión. En ocasiones la persona llega a una situación en la que no se reconoce a si mismo.

¿Por qué nos involucramos en una relación tóxica?

Hay diferentes razones:

Baja Autoestima.
El creernos salvadores/as: fantasear con la idea de que nosotros podemos cambiar a esa persona, que hemos llegado a su vida para que se transforme en otra clase de ser humano, mejor, más como nosotros queremos que sea,

Victimismo.
El asumir el rol de víctimas y pensar y sentir que nadie más nos va a querer o a aceptar como ésta persona que se digna a darnos ratos de su tiempo, o a convivir con nosotros, en definitiva, a darnos momentos su (mala) compañía cuando le place.

La necesidad de obtener amor.
La urgencia en la necesidad de muestras de cariño.
Este tipo de deseo imperioso es muy mal consejero, y se suma a la necesidad de suplir carencias profundas. A veces da como resultado el tolerar cualquier cosa por un poco de lo que atisbamos como cariño (una demostración de afecto, sexo, un regalo), pero que en realidad encubre otro comportamiento de fondo (uso, abuso, egoísmo, maltrato, falta de respeto, etc).

Miedo a estar solo/sola.
Estar acompañado a cualquier precio, el miedo a la soledad es el paso preliminar hacia una posible relación tóxica, podemos tolerar literalmente cualquier cosa con tal de no estar solos.

El aburrimiento.
La búsqueda de nuevas sensaciones puede hacer que sólo veamos una faceta de la personalidad de quien nos atrae, la divertida y agradable que nos saca del letargo. Así no logramos ver con claridad el resto de la personalidad de quien nos atrae, en la cual hay comportamientos tóxicos que en un principio no identificamos.

Cumplir con la Creencia.
La necesidad imperiosa de cumplir algún rol social, como por ejemplo el de esposa/o, madre o padre. Esto tal vez pueda llegar a hacernos priorizar el fin antes que ver a la persona que elegimos como realmente es.

Algunas veces tratamos por todos los medios posibles de enmascarar la realidad para seguir manteniendo las apariencias y la estructura social, aunque el costo interno suele ser demasiado alto. El miedo a seguir avanzando en la vida: a veces aceptamos quedarnos en una zona conocida en vez de crecer, desarrollarnos, cambiar y superarnos. Amar no es dar sin ninguna clase de límites

Siempre hay un límite bien claro y es el respeto y el amor a uno mismo, que debe estar por encima de todo lo demás. Si no te quieres, no te haces valer y ensalzas a otra persona al punto de priorizarla por sobre tu bienestar y estabilidad, estás inmerso en una relación tóxica. Si la comunicación con la otra persona te hace daño, impide que desarrolles tu potencial, te frustra una y otra vez e implica que relegues deseos que son importantes para ti no lo debes seguir tolerando.

No hay por qué dejar de lado nuestras expectativas, ilusiones, deseos y sueños por intentar sostener una situación que a las claras resulta insostenible.

¿Se puede uno salir de una relación tóxica?

La respuesta es: SI.
Hay que tomar la decisión de cambiar los términos de tu vínculo de pareja tóxico en el momento que estés preparado (o preparada) para hacerlo. 
En ocasiones es necesario recurrir a un profesional para que nos ayude, generalmente un psicólogo. 
Abandonar el papel que asumiste en este vínculo ya sea de salvador, maltratado, quien-todo-lo-aguanta, perdedor o sumisa.

La otra persona automáticamente cambiará su postura al tratarte ya que no encontrará el mismo eco de tu parte (por ejemplo, para que haya una persona en rol de "verdugo" debe existir su contraparte, alguien que asuma el rol de víctima).

Tal vez no te resulte fácil controlar tus emociones o sentimientos, aunque sí puedes elegir qué hacer y qué no hacer con ellos *

Siempre debes pensar que eres libre para decidir qué clase de relaciones y de personas te rodearán cada día de tu vida.

Lo más importante es tener siempre presente que somos libres para elegir el tipo de pareja que deseamos tener, y que si esta no nos hace felices podemos dejar todo y recomenzar una nueva vida.

Akasha Sanación Integral - Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.

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