lunes, 11 de enero de 2016

¿Te resulta difícil descubrir cuáles son tus dones y talentos?






Si te resulta difícil descubrir cuáles son tus dones y talentos, siéntate en un lugar tranquilo, guarda silencio, respira conscientemente y busca en tu interior. También te será útil preguntar a personas de confianza acerca de los dones que ven en ti. 


En cualquier caso, ante lo que tú mismo percibas o ellos te digan, no caigas en esa falsa modestia tan propia del ego. Y ten muy en cuenta que los dones y talentos presentan estas cuatro características básicas:

1º. Son muy variados y diversos y cada ser humano, sin excepción, posee los suyos.

2º. Su contenido no tiene que ser algo muy “grande” o “importante”: disponer de cualidades para cualquiera de las diversas facetas artísticas; ser un “manitas” para el bricolaje; “ver” las matemáticas; movilizar energías de sanación; saber aglutinar a la familia o a la gente y que se sienta cómoda y acompañada; contar con serenidad y valor para afrontar situaciones críticas y delicadas; poseer sentido del humor y rapidez mental para, con chistes o chascarrillos, alegrar el momento de los demás; tener buena mano para la cocina; etcétera. 

Lo más frecuente es que se trate de algo sencillo, nada extraordinario. Sin embargo, siempre es muy especial.

3º. Siendo tan distintos, entre ellos no hay jerarquía, grado o clasificación, ya que todos los dones y talentos son expresión de la divinidad -lo que somos y todo es-, que es una –Unicidad-, aunque se manifieste en cada uno 

–Diversidad-.

4º. Su puesta en práctica no requiere esfuerzo y se lleva a cabo de manera espontánea y con entusiasmo, que etimológicamente significa precisamente “Dios en mí” (del griego “entheos” -“en”+“theos”-: Dios dentro). 

Desde la divinidad de cada cual, una energía se moviliza desde el interior e impulsa a ejercitar el don de modo natural y con íntimo gozo, sin connotación alguna de obligación, deber, carga o sacrificio, por lo que se trata de un “hacer no haciendo”: todo lo contrario del “hacer” y el trabajo al que permanecen atadas las personas que sobreviven como esclavos integrales. Y ese gozo desembocará en que te Enamores de la Vida, impregnando con ese Enamoramiento vital todas las otras actividades que acometas en tu cotidianeidad, por muy ajenas que sean a tus dones y talentos.

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