domingo, 3 de enero de 2016

“LOS ELOGIOS Y LAS ACUSACIONES SON LO MISMO”




 
           
 
 
 
 
 
Quiero compartirles el fragmento de un libro que  hace largo tiempo andaba buscando y simplemente no lográbamos “coincidir”. Hace unas dos semanas lo encontré y realmente me parece un buen libro que nos ayuda a cambiar las percepciones que tenemos acerca de las cosas.

El libro se llama “No te Ahogues en un Vaso de Agua”  de Richard Carlson.
 



Una de las lecciones más difíciles que nos enseña la vida es la de tener que hacer frente a la desaprobación de los demás.
Pensar que los elogios y las acusaciones son todo lo mismo, constituye una manera inteligente de recordarte la vieja frase hecha de que nunca serás capaz de contentar a todo el mundo al mismo tiempo. Incluso en una victoria electoral arrolladora en la que un candidato recibe el cincuenta y cinto por ciento de los votos, existe un cuarenta y cinco por ciento de la población que desea que sea otro quien gane. Es algo bastante humillante ¿verdad?
 
 

            
   
 
No es probable que el porcentaje de aprobación que recibimos nosotros entre la familia, los amigos y la gente quien trabajamos sea mucho mayor. La verdad es que cada uno tiene sus propias ideas sobre la vida y no siempre coinciden con las de otras personas. Sin embargo la mayoría nos empeñamos en luchar contra esta realidad. Nos sentimos enojados, heridos o frustrados cuando la gente rechaza nuestras ideas, nos dice que no o manifiesta alguna otra forma de desaprobación.
 
Cuanto antes aceptemos el inevitable hecho de que no podemos contar con la aprobación de todas las personas a las que conocemos, más fácil será nuestra vida. Cuando uno es consciente de que en su camino también va a encontrar cierto grado de desaprobación y lo acepta, desarrolla un sentido de la perspectiva que resulta de gran ayuda.

En lugar de sentirte rechazado por la desaprobación  puedes recordarte a ti mismo que todo está bien. Y puedes aprender a sentirte agradablemente sorprendido e incluso agradecido  cuando recibas la aprobación que deseas.
 
 
            
 


Yo me encuentro con que hay muchos días en los que soy objeto tanto de elogios como de acusaciones. Me contratan para dar una conferencia, pero no me aceptan para otra; una llamada telefónica me transmite buenas noticias y otra anuncia un nuevo problema que hay que solucionar. Alguien me dice lo maravilloso que soy y otra persona piensa que soy mezquino porque no le devuelvo una llamada telefónica.



Esta combinación de avances y retrocesos, cosas buenas y malas, aprobación y desaprobación, forman parte de la vida de todo el mundo. Soy el primero en admitir que prefiero la aprobación a la desaprobación pues la aprobación  hace que uno se sienta mejor y desde luego, resulta más cómoda, no obstante, cuanto más contento me siento, menos dependo de esto para experimentar bienestar.



Decretos para hoy:

Hoy me siento libre de las opiniones de los demás.

Hoy me permito disfrutar del hecho de ser yo.

Hoy puedo tener un día feliz ya sea que lo aprueben o desaprueben otras personas.

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