El Dr MG Gershon defiende que parte de nuestro bienestar físico y emocional cotidiano depende del cerebro entérico, subdivisión del sistema nervioso autónomo, localizada dentro de la musculatura lisa (es decir, involuntaria) de los intestinos. Se encarga de controlar directamente el aparato digestivo para que las funciones digestivas se mantengan su funcionamiento coordinado e integrado.
Casi todas las sustancias que controlan y hacen funcionar el cerebro, se producen en el intestino. Hay una conexión íntima entre los dos cerebros, sólo que el cerebro abdominal es capaz de aprender y actuar por sí solo y sin hacer caso al otro cerebro.
En el lenguaje popular todos conocemos las expresiones que reflejan la relación intima de las emociones con el aparato digestivo, con nuestro centro, aquí se expone unos ejemplos: ̈Tengo mariposas en mi estómago", "no me lo puedo tragar ̈, ̈esto difícil de tragar ̈, ̈me hace un nudo en el estómago ̈...
El molestar intestinal, la diarrea, los vómitos... de origen emocional, son mensajes de este cerebro alojado en nuestras tripas.
Lisa Sarahohn recomienda las siguientes pautas para conciliar los dos cerebros:
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Descubriendo mi interior, puedo llegar a aquel lugar que se quiere expresar mediante las expresiones de otros... Gracias.
viernes, 5 de febrero de 2016
En tus tripas hay tanta sabiduría como en tu cabeza
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