lunes, 8 de junio de 2015

Como es Arriba es Abajo, Como es Adentro es Afuera




 El Principio de Correspondencia es una de las 7 Leyes del Universo.

 Esta Ley nos dice que somos un reflejo del ambiente, es decir, que nuestra naturaleza como seres humanos es el reflejo de la naturaleza del Cosmos. El Kybalión es un documento del siglo XIX que describe las 7 leyes universales sobre las cuales reposa toda la creación. 


El origen de este conocimiento metafísico brota de la alquimia  de Hermes Trismegisto, cuya existencia se estima en Egipto antes de la época de los faraones y, según la leyenda, fue guía de Abraham. Dentro de estos 7 principios, el Principio de Correspondencia nos dice: Como es Arriba es Abajo, Como es Adentro es Afuera. 

El Universo entero es un sistema total, y dentro de la gran totalidad hay totalidades menores, como el Hombre. Bajo esta mirada, y teniendo en cuenta el Principio de Correspondencia, estudiando las pautas de la totalidad mayor -del Universo-, podemos comprender las pautas del Hombre mismo. Es decir, estudiando la energía del Universo descubrimos la energía del Ser Humano. Y viceversa. 

En otras palabras, según expresó Proclo en su comentario del Timeo de Platón: “El hombre es un pequeño mundo (mikros cosmos), ya que, como el universo mismo, posee tanto mente como razón, tanto un cuerpo divino como un cuerpo mortal. 

Está dividido en concordancia con el universo”. Cuando hacemos contacto con nuestra Carta Natal, y comenzamos a aprender Astrología, experimentamos este principio fundamental al observar que nuestra propia energía innata es el reflejo de la energía que estaba presente en el ambiente en el cual nacimos. 

En palabras de Carl Jung: “Nacemos en un momento dado en el que ello toma lugar y como los vinos buenos tenemos las cualidades el año y la estación en los cuales hemos venido a este mundo. 

La Astrología no debe justificar nada más.” Así, en el Universo todo se corresponde entre sí: tal como es aquí abajo, va a ser allá arriba. Podemos integrar, entonces, esta Ley a nuestra vida teniendo presente que todo lo que ocurre en el mundo material es un reflejo del mundo espiritual. 


Así, podemos comprender que, además de que somos el reflejo de la energía universal, observando cómo está nuestro interior podemos comprender cómo está nuestro mundo físico. O bien, conociendo nuestro exterior, podemos descubrir nuestra energía interior. Así de exacto, así de preciso. 

Al observar el Cosmos nos observamos a nosotros mismos; y al observarnos a nosotros mismos, al conocernos, podemos comprender mejor el Universo.... 

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