La respuesta está justo en frente de ti.
En muchas ocasiones crecemos creyendo que lo mejor que podemos dar de nosotras mismos son nuestras ganas de amar y ayudar incondicionalmente a los demás. Creemos que preocuparnos tanto de nuestras propias necesidades es un acto egoísta y que lo que realmente demuestra nuestra bondad son las ganas de poner a los demás en primer lugar, como la más importante de tus prioridades. No importa si se trata de tu familia, tus amigos o un desconocido; siempre estaremos en esta situación en la que ante esta elección, decidiremos dejarnos en segundo lugar.
He estado ahí, en ese punto en la vida en el que eres completamente buena y despreocupada y, sin embargo, te sientes increíblemente vacía, como si nada de lo que haces tuviera un real sentido.Con esta idea perfectamente instalada en nuestra mente, tendremos que posponer todos esos planes que tenemos, todas las ideas que tenemos para el futuro y darle el pase a esas personas que muchas veces ni siquiera se hacen un tiempo para preguntarte cómo estás. Pasarán los días y poco a poco comenzarás a cuestionarte hasta donde te llevará esta forma de ver la vida ¿habrá alguna otra posibilidad? la respuesta estará siempre frente a ti pero necesitarás valentía para aceptarla.
Cuando ignoramos lo que sentimos, cuando ignoramos lo que necesitamos, básicamente nos estamos abandonando. Estamos poniendo nuestro cuerpo en la peor de las encrucijadas y nos estamos obligando a dejarnos en algún remoto lugar de nuestra consciencia mientras que seguimos funcionado en piloto automático. Amarte no es un privilegio, amarte no es algo que haces de vez en cuando. Amarte y aceptarte tal y como eres es una necesidad, es lo opuesto a ser egoísta, es la única forma que tienes de seguir respirando y tiene mucho que ver con ser responsable con tu existencia.
Cuando comiences a amarte todo cambiará: los días no parecerán ni demasiado largos ni demasiado cortos y el tiempo será el indicado. Comprenderás que hacer lo que sea que necesites con tu tiempo es una poderosa herramienta y notarás algunas diferencias al mirarte al espejo. Verás que hay un brillo en tus ojos que nunca antes habías visto y que tu boca formará una sonrisa ante los cientos de posibilidades que ahora te depara el futuro. Cuando aprendas que no hay nadie más importante que tú, y que eso no te hace egoísta, comprenderás que existe una libertad desconocida para amar y que el amor que sientes por ti misma es una fuente infinita que nunca se acaba.
Cuando comiences a amarte dejarás de tener miedo, porque ya no habrá razones para tenerlo. Lo que digan los demás ya no será importante y dejarás de regirte por estándares externos: tú serás tú y tu vida la construirás como mejor te plazca. Cuando comiences a amarte te sentirás satisfecha contigo misma y con lo que has logrado, dejarás de intentar cambiar cosas de ti misma y te aceptarás tal y cómo eres. Le dirás adiós a la frustración, no sin antes mirarla directo a los ojos y decidir que es hora de vivir la vida que siempre quisiste.
Amarte te demostrará que eres hermosa y perfecta y que eres exactamente lo que necesitas y que nunca,nunca más, volverás a abandonarte.
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