viernes, 12 de junio de 2015

PARA QUE PENSAR EN POSITIVO..


 
La práctica del pensamiento positivo es una de las maneras de lograr que la felicidad sea un estado permanente que vaya más allá de la emoción, del amor, de los placeres, aún atravesando sufrimientos y pesares. Puede que en el camino haya paradas debido al cansancio del dolor o de los inconvenientes, pero que solo sea eso, un alto, para luego continuar con más fuerza.
 
Según el médico estadounidense Brian Weiss, durante siglos el ser humano ha creído erróneamente que la tecnología resolvería todos los males de la humanidad, que la ciencia indicaría claramente el camino para salir del bosque, para alejarse de la enfermedad, la pobreza, el dolor.
 
Pero actualmente se sabe que la tecnología y la ciencia por sí solas son incapaces de resolver los verdaderos problemas del hombre.
 
 La tecnología puede usarse con fines buenos o malos, pero “solo cuando se emplea con iluminación, sabiduría y equilibrio puede ayudarnos de verdad.
 
El amor es la piedra sobre la que se basa ese equilibrio”.
 
Entiende este autor que esa forma de amor es “incondicional, absoluta e ilimitada.
 
Es como un impulso de energía pura, con atributos de gran fuerza como la sabiduría, la compasión, la eternidad y la conciencia sublime”.
 
Dice que el amor es la energía más básica y dominante que existe, es la esencia de nuestro ser y de nuestro universo. “Es el componente fundamental de la naturaleza, que conecta y une todas las cosas, a todas las personas”, asegura Weiss.
 
 
Ernest Holmes, teólogo fallecido en 1970, decía que “las grandes almas como Jesús, Emerson o Whitman, que nos brindaron para siempre una profunda visión espiritual, fueron seres muy espontáneos, muy simples y muy tiernos, incluso con un buen sentido del humor”.
 
 Por eso recordaba siempre que es necesario olvidar todos los argumentos negativos y pensar en los realmente positivos, reconocer el espíritu divino que se aloja en nuestro pensamiento y aprovecharlo de manera tal que nos permita hacer realidad nuestros sueños, contemplando la vida con el mejor humor.
 
Pero sobre todo, confiando en el poder del amor, por nosotros mismos y por el prójimo. Porque el amor es posiblemente la emoción más positiva de todas y definitivamente nos hace sentir mejor física y emocionalmente.
 
Según la terapeuta británica Ursula Markham, “existen muchos tipos de amor y cada uno de ellos es importante. Aunque puede que no seamos lo bastante afortunados para experimentarlos todos al mismo tiempo, existen en abundancia a nuestro alrededor y cuanto más demos, más es probable que recibamos a cambio”.
 
 
Explicaba entonces que cuando el labrador ara la tierra y la siembra, no vuelve sobre sus pasos y revuelve el terreno para ver si la semilla ha germinado, sino que deja que la naturaleza haga su trabajo.
 
Es necesario que cada uno de nosotros haga lo mismo, dejando obrar a la naturaleza, al Universo, a Dios, porque aportan soluciones que la mente jamás sospecharía. Y si pese a todo eso, los resultados obtenidos no son los esperados, de nada vale preocuparse o angustiarse, porque es seguro que existen razones para ello.
 
 Lo que ocurra siempre será lo mejor para cada uno; tal vez la explicación no aparezca enseguida, pero hemos de tener claro que algún día nos será revelado.
 
Mientras tanto, dediquémonos a sembrar, a entregar, a dar con el corazón. Porque, según lo ha expresado el famoso médico hindú Deepak Chopra, si quieres lograr la felicidad, primero debes procurar hacer felices a otros.
 
Vale decir que si deseas lograr tus sueños, ayuda a los demás a concretar los suyos. Solo así podrás alcanzar la propia felicidad
 
Cuando perdono, sano de alma, mente y corazón.

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